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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 20 de diciembre de 2013cermi.es semanal Nº 105

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportajes

Celebramos el 25 aniversario de Asociación Española de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad (Acime)

ACIME: armas cargadas de razón

Cinco lustros reivindicando la inclusión social y laboral de los militares y guardias civiles con discapacidad

20/12/2013

Beatriz Sancho

Uno de los militares con discapacidad más ilustres y de reputada fama literaria fue, sin duda, Cervantes que, apodado “el manco de Lepanto” por haber sido herido en tan conmemorable batalla, dejó patente en su encomiable obra ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’ la situación de desamparo en la que quedaban los “mutilados”. Pasados cuatro siglos, los militares de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado con parecida suerte siguen enarbolando la misma queja. Aquí, en España. Acime, que cumple ahora 25 años, reivindica la inclusión social y laboral de sus integrantes, a poder ser, “dentro de las entidades a las que, tan vocacionalmente, se entregaron apasionados”.

Logotipo del 25 aniversario de Acime“No es bien que se haga con ellos”, criticaba la pluma de Cervantes asemejando la situación del soldado “mutilado” a lo que solían hacer “los que ahorran y dan libertad a sus negros cuando ya son viejos y no pueden servir” que, en opinión del erudito militar complutense, “echándoles de casa con títulos de libres, los hacen esclavos de hambre”. Es el hondo penar, el hondo sentir de miles de militares de todo el mundo que cuentan que por la adquisición de una discapacidad, en servicio o no, “son apartados de su profesión” lo que “lejos de ayudar a superar sus problemas de salud, les aleja diametralmente de la vida que llevaban”. 

Así lo afirman desde la Asociación Española de Militares y Guardias Civiles con Discapacidad (Acime), una ONG a la que se pueden adscribir, voluntariamente, todos los miembros de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado que hayan adquirido, como consecuencia de heridas, lesiones o enfermedades, una discapacidad. Después de 25 años, sigue velando por los intereses económicos, morales y sociales de aquellos que, confirman desde la entidad, “se quedaron desamparados de la protección oficial que les brindaba el Cuerpo de Mutilados”.
En su 25 aniversario, Acime reivindica la inclusión social y laboral de los ex militares y ex guadias civiles con discapacidad 
“Allá por el 1989, de forma inesperada, nos encontramos que en pocos meses nuestra carrera militar se frustraría y seríamos personas retiradas. La sensación de desamparo fue total. En el plano económico, hubo que luchar para que se aplicara la legislación vigente pues la intención política era otra. En el moral, fue un golpe difícil de asumir, mientras que en el social y asistencial empezaban a aparecer muchos problemas al quedar fuera de la institución”, se lamenta el presidente de Acime, Andrés Medina. 

En este sentido, recuerda que “no llegábamos a comprender por qué nuestros generales no reaccionaban, dentro de los cauces legales, contra esa decisión política que expulsaba del sistema a muchos de sus mejores hombres, todos ellos con una discapacidad”. Y de ahí surge, explica el presidente de esta entidad, miembro del CERMI, “la decisión de algunos militares y guardias civiles con discapacidad, entre los que tuve el honor de estar, de fundar Acime para eliminar barreras. Tuvimos que acostumbrarnos a la incomprensión de nuestros propios compañeros e incluso al rechazo de todo lo que supusiera la reivindicación de derechos y asociacionismo”, asegura. 
No comprendíamos por qué nuestros generales no reaccionaban contra esa decisión política que expulsaba a muchos de sus mejores hombres por tener una discapacidad
El 25 aniversario de Acime les sirve a sus asociados ahora para demostrar que “estamos orgullosos de haber cumplido una importante misión”, ya que “para un colectivo integrado por militares y guardias civiles apartados de la vida activa de la milicia, el mejor logro ha sido mantenernos unidos por los valores y principios que siempre llevaremos dentro y proyectarlos también sobre aquellos que adquieren una discapacidad”. Así lo siente Medina. El presidente añade que él y los miembros de la asociación tienen muy presente, además, que “un día, algunos de nuestros compañeros en activo también nos van a necesitar”.  
 
El respecto a los que por servir a su patria sufrieron algún tipo de herida o encontraron la muerte en el camino ha estado presente a lo largo de la historia. Hoy, el ‘Reconocimiento al militar retirado’ está recogido en el artículo 41 de las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, sin embargo, desde Acime sostienen que los militares y guardias civiles con discapacidad “han sido apartados de la vida militar, independientemente de la edad o del tipo de discapacidad adquirida”. Es por ello que, durante su larga trayectoria, esta organización ha luchado para que esto no suceda y defiende su causa aludiendo a que “si no es bastante desgracia para sus miembros adquirir una discapacidad”, aún es peor apartarles de la “única profesión que muchos de ellos saben hacer y cuya especificidad, en muchos de los casos, no tiene salida fuera de la vida militar”. Esto “provoca la exclusión social y laboral de estas personas” y, precisamente, lo que reivindican desde Acime es “la inclusión social y laboral de sus asociados”.

Desfile del 12 de octubre de 2010. Jean Pedraza a la derecha con bastón
 
MUTILADOS Y EXCLUIDOS
 
Manuel Molinero, en 1982, tuvo un accidente en acto de servicio en un buque de la Armada en el que perdió parte de su integridad física. Ingresó en el Cuerpo de Mutilados, que existía en aquel entonces, y con la desaparición de este cuerpo, diez años más tarde, pasó a convertirse en “retirado”, cuenta y puntualiza, “como todos sus compañeros”. Molinero pertenece a Acime también desde su fundación y, de hecho, en la actualidad es su vicepresidente. Manifiesta que la asociación le ha aportado, además de mucha seguridad, “un apoyo inestimable que sólo se puede reconocer cuando una persona vive un momento que, traumáticamente, cambia tu vida”. Para este luchador ilusionado e incansable, como él mismo se sabe, Acime es “imprescindible para el reconocimiento de derechos e igualdades de sus miembros respecto al resto de componentes de la sociedad”.
Acime es imprescindible para el reconocimiento de derechos e igualdades de sus miembros
Sin embargo, el vicepresidente de Acime es consciente de que las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad no han sido capaces de integrar ni social ni laboralmente a los militares o guardia civiles que adquieren una discapacidad, y achaca la causa a “la falta de voluntad política y de compañerismo a la hora  de abordar el problema”. “Una persona con discapacidad vistiendo de uniforme no sale bien en la foto que se quiere transmitir a la sociedad”, critica disconforme y refrenda su postura con la sentencia de que “hasta hace bien poco, no eran noticia los heridos o fallecidos en misiones de las Fuerzas Armadas  en el extranjero”. No obstante, reclama la importancia de la lucha que han mantenido desde Acime durante sus cinco lustros de existencia. 
La falta de voluntad política y de compañerismo es la causa de la exclusión social y laboral de los miembros de Acime
Por su parte, Jean Pedraza tenía 18 años y prestaba el servicio militar como soldado de reemplazo en Barbastro cuando, estando de maniobras en el Campo de Maniobras de San Gregorio (Zaragoza), explosionó un artefacto enterrado y le hizo perder el brazo izquierdo y la visión. “Evidentemente, después del accidente tuve que olvidarme de mi vida anterior y empezar de nuevo con mi situación”, explica Pedraza. De hecho, acudió al centro de rehabilitación de ciegos adultos que tiene la ONCE en Sabadell y allí le enseñaron a “ser autónomo de nuevo” y se dedicó a la venta del cupón. Acime ha representado para él “un apoyo a todos los niveles porque además de tener amistad con gran parte de sus miembros, me informan y asesoran. Gracias a ellos, he conseguido mantener mi identidad como persona perteneciente al ejército o participar en el desfile de las Fuerzas Armadas. Sin ellos, muchas cosas no habrían sido posible”, sostiene Pedraza. 


MOTIVADOS E INCLUIDOS

 
Molinero es una prueba viviente de la entrega total y absoluta a la profesión de la que le han apartado. “Ya han pasado muchos años, pero añoro todavía el poder navegar y el espíritu de camaradería de una dotación”, relata el vicepresidente de Acime. A este hombre le hubiera gustado seguir prestando sus servicios en un destino de tierra y, de hecho, asegura que “podría haberlo hecho sin ningún tipo de duda”. Porque, reclama, “cualquier miembro de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad que sufra un accidente debe seguir perteneciendo a los mismos siempre que su discapacidad se lo permita. Encontrar un puesto acorde con la discapacidad que le ha sobrevenido a una persona sólo requiere”, insiste, “voluntad política”, pero también “ganas de buscar una solución”. 
Siempre que su discapacidad adquirida lo permita, cualquier miembro de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad debe seguir perteneciendo a ellos
A consecuencia de su accidente, también Jean Pedraza descubrió un don dentro de sí mismo: “un afán de superación increíble”. De hecho, fue después de éste cuando comenzó a compaginar su trabajo con la práctica de diversos deportes como kárate, atletismo, descenso de barrancos, ciclismo, esquí y montañismo. Esta última afición le impulsó incluso a realizar varias expediciones a diversos picos internacionales como el Aconcagua, el Cotopaxi, el Mont Blanc , Ararat , Kilimanjaro, y otros ya en España como el Teide, el Mulhacén o el Aneto. “Como atleta, también he participado en varias competiciones nacionales he ganado varias medallas”, se enorgullece Pedraza.


Momento de la entrega del Premio Extraordinario de Defensa que recibió el CERMI el Día de la Discapacidad

Para este hombre, la clave principal para conseguir las propias metas “es la constancia y la paciencia”. “Hay que buscar el método para hacer lo que te gusta y, a partir de ahí, tener perseverancia”, indica Pedraza. “También hay que tener en cuenta las limitaciones y si algo resulta imposible de hacer, hay que intentar otra cosa”, aconseja este deportista ciego.
 
EXALTANDO CAPACIDADES
 
Andrés Medina, aunque se considera “un soldado, catalogado oficialmente desde hace años como clase pasiva”, se resiste a las etiquetas. Por ello, a lo largo de los 25 años en Acime y ocupando distintos cargos en la asociación hasta llegar a la presidencia en la actualidad, sigue empeñado en reivindicar “las cualidades, valores y capacidades de los personas con discapacidad”. De hecho, tiene fe en que llegue un día en que las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad de su país “dejen de excluir a los que adquieren una discapacidad durante su permanencia en las mismas y favorezcan la igualdad de oportunidades”.  Para conseguirlo propone un trabajo diario con las organizaciones de personas con discapacidad porque opina que “la unión, la cohesión y la colaboración con entidades que comparten fines y actividades es fundamental”. Pero también apuesta por “mostrarse visibles y demostrar sus capacidades”, ya que, “hay que probar que con pequeños y razonables ajustes, la igualdad de oportunidades puede ser real”, insiste Medina.
La integración de los miembros de Acime pasa por la unión, la cohesión y la colaboración con organizaciones de personas con discapacidad

El presidente de Acime observa como "evidente, que determinadas discapacidades limitan la ocupación determinados destinos", pero que "existen infinidad de funciones y puestos que podríamos desempeñar”, defiende, “para que no nos alejen de nuestras vidas anteriores”.  “Es una contradicción que el Ministerio de Defensa, uno de los más avanzados en políticas de integración de personal civil con discapacidad, no incluya del todo a su personal enfermo, lesionado o herido”, lamenta Medina.

Andrés Medina recogiendo el Premio Extraordinario de Defensa que recibió el CERMI el Día de la Discapacidad

 
El Ministerio de Defensa, con avanzadas políticas de integración de personal civil con discapacidad, no incluye del todo a su personal discapacitado
 
Para Pedraza, la inclusión de un ex militar con discapacidad depende también del grado de mutilación o discapacidad, pero subraya que “los mayores efectos negativos los crean las barreras, tanto físicas como psicológicas, especialmente por parte de la gente que no comprende nuestras posibilidades. Conforme se superan estas barreas, uno puede conseguir casi todo lo que se proponga”, recalca el vicepresidente de Acime.

Andrés Medina acompañado de la subsecretaria de Defensa Irene Domínguez-Alcahud
 
Sin embargo, el presidente de la entidad exculpa a las instituciones como responsables de “no habernos integrado social o laboralmente”. Pero, en este sentido, va más allá y compromete la inocencia de "sus dirigentes y algunos integrantes de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad". “La política juega una baza determinante y los presupuestos para la Defensa tienen un papel fundamental”, critica Medina. “En un momento determinado se consideró, políticamente, que era necesario reducir el gasto de Defensa y se tomó la decisión de apostar por la exclusión retirando a unos 22.000 militares y guardias civiles con discapacidad”. “Se rompía así la historia de cerca de trescientos años de reconocimiento del personal retirado”, manifiesta. Sin embargo, optimista, Medina reconoce también que “si conseguimos que la sociedad se conciencie plenamente de las capacidades de las personas con discapacidad, la voluntad política para acometer reformas cambiará en positivo, incluso, en las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad”, confía el presidente de Acime.
 
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