Reportaje
La Accesibilidad Cognitiva en España. Estado de situación. Observatorio Estatal de la Discapacidad
Definir y comprender este complejo mundo
13/05/2016
Blanca Abella
¿Quién no se ha sentido alguna vez confundido en un entorno repleto de flechas, señales o carteles? O por el contrario, con temor o indecisión ante la ausencia de indicaciones. “La vida en el entorno actual es especialmente compleja desde el punto de vista cognitivo, lo que la hace difícilmente comprensible”, asegura Fefa Álvarez, Directora Adjunta de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE. El estado de situación de la accesibilidad cognitiva en España está todavía por definir ya que las actuaciones que se están desarrollando en esta materia suelen ser puntuales y sin una estrategia común, “falta un corpus de conocimiento claro sobre las necesidades y las soluciones”, tal y como asegura el informe del Observatorio Estatal de la Discapacidad ‘La Accesibilidad Cognitiva en España. Estado de situación’.
La primera evidencia de la escasa atención que ha merecido este asunto es el hecho de que no existe tampoco un acuerdo a la hora de definir la accesibilidad cognitiva. Tal y como expone este
estudio, “
un acuerdo sobre cómo definir la accesibilidad cognitiva podría ayudar a avanzar en la identificación de modelos y prácticas para su aplicación y en la determinación de los factores clave para una mejor y más eficaz utilización de los recursos que esta ofrece”. De ahí que el estudio parta de esta búsqueda, aunque concluirá que “
no existe un consenso entre expertos en la materia y se considera necesaria una definición más elaborada y consensuada de la accesibilidad cognitiva”.
A juicio de una de las colaboradoras en el estudio,
Ana Gallardo, responsable de Comunicación de Plena Inclusión Madrid, “una de las mayores dificultades es la dificultad en sí que entraña la cognición, ¿cómo medir la comprensión?, ¿cómo medir el nivel de comprensión alcanzado? Quizá un punto de partida puede ser definir una serie de ámbitos y a partir de ahí definir unos mínimos. Si pensamos en los criterios que recogía cualquier legislación sobre accesibilidad, vemos avances evidentes en los criterios y en su alcance. Creo que el reto principal es empezar”.
Así pues, lo importante no es lo que hay, que es poco, sino la intención de lograr mayores avances, como explica otra colaboradora en el estudio,
Fefa Álvarez, Directora Adjunta de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE: “no considero que sea tan importante dedicar mucho más tiempo a debatir sobre la definición, tenemos dos o tres definiciones con las que resultaría relativamente fácil llegar a un acuerdo y a partir de ahí, la clave sería mantenernos trabajando en esa dirección”. Y añade: “La historia nos demuestra, y más con la rápida evolución de las tecnologías en el momento actual, que lo que hoy nos parece válido mañana no lo será y hay que ser muy prácticos avanzando en aquello en lo que podamos estar de acuerdo para dar respuesta a las personas que necesitan las soluciones ya”.
Aproximaciones a un concepto de partida
Eso sí, en la misma introducción se acota el campo de trabajo dejando una idea clara de lo que son las capacidades cognitivas: “
aquellas que permiten a las personas conocer y entender lo que les rodea a través del procesamiento de la información que reciben. Estas son: la atención, la percepción, la memoria, la resolución de problemas, la comprensión, la toma de decisiones, el aprendizaje y el procesamiento del lenguaje entre otras”. Y explica en ese momento que, cuando personas con alguna dificultad en estas capacidades se enfrentan a un entorno desconocido o cambiante donde la información no es clara, ven limitada su participación en la sociedad.
Es decir, la accesibilidad permite a las personas participar en las actividades sociales y económicas para las que se han concebido los entornos. Y según la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad incluye la accesibilidad como uno de sus principios generales y en el artículo 9 insta a dotar a los edificios y otras instalaciones abiertas al público de señalización en formatos de fácil lectura y comprensión.
Así pues, los conceptos de procesamiento de la información, comprensión, lectura fácil, señalización, entre otros, son los que están marcando las pautas para crear las condiciones básicas de la accesibilidad cognitiva en los diferentes entornos.
Y como en los últimos años se ha constatado un creciente interés en esta materia, el
Observatorio Estatal de la Discapacidad consideró necesaria la realización de un estudio que recopilara y analizaras las actuaciones impulsadas.
Esta nueva inquietud por la accesibilidad cognitiva viene de la mano del trabajo de las entidades de la discapacidad, explica Ana Gallardo: “Se debe por un lado a la iniciativa del movimiento asociativo de personas con discapacidad intelectual, que poco a poco van reclamando y alzando la voz con respecto a la vulneración de un derecho que les impide participar en la sociedad. Por otro, a una realidad social que también pone encima de la mesa el movimiento asociativo, y es que las soluciones en esta materia son beneficiosas para todos, y especialmente para una sociedad cuya pirámide poblacional está y estará cada vez más envejecida”.
Para Fefa Álvarez, “ese interés se debe a que las múltiples acciones en favor de las personas con discapacidad que se van llevando a cabo van permitiendo que afloren necesidades ocultas hasta un momento concreto. Los avances en materia de accesibilidad van íntimamente relacionados con los avances en la autonomía y la independencia de las propias personas con discapacidad; cada paso que las personas que se encuentran en situación de discapacidad cognitiva dan, empuja a la acción a múltiples entidades (organizaciones de personas con discapacidad, universidades, fundaciones, empresas,…) y profesionales, lo que va multiplicando exponencialmente las posibilidades de encontrar soluciones”.
La normativa ausente
“Es importante abordar de manera global la situación de la accesibilidad cognitiva en términos normativos”, asegura la
responsable de Plena Inclusión, y añade: “La realidad es que las experiencias que se realizan son aisladas, pero todas ellas apuntan ya algunas cuestiones que podrían incorporarse en desarrollos normativos que obliguen a arquitectos, ingenieros, diseñadores… a tener en cuenta una serie de aspectos marcados por código técnico, norma une o ley, que vayan más allá de las sensibilidad individual de estos profesionales”.
El trabajo debe provenir de diferentes ámbitos, pero los principales responsables, a juicio de esta experta, son las administraciones públicas: “que impulsen el conocimiento y la investigación en accesibilidad cognitiva de forma que nos permita abordar con seriedad y con intención de activar normas que obliguen a empresas, administraciones... para beneficio y ejercicio de un derecho de todos los ciudadanos. Llegado el momento será necesario no olvidar incluir en los grupos de expertos que trabajen en esa norma, código, ley… a quienes venimos desarrollando pequeños y grandes proyectos en este sentido, y especialmente a los usuarios”.
Fefa Álvarez considera fundamental también la labor de las entidades, quizás necesaria ante la pasividad de otros actores: “con frecuencia y no solo hablando de criterios y condiciones relacionadas con la capacidad cognitiva hay carencias sobre cómo aportar soluciones que deben surgir del campo de la investigación y la innovación y que hasta que las personas con discapacidad o sus entidades o los diferentes profesionales no las hacen visibles no se abordan”.
Conclusiones
El estudio constata, en definitiva, una serie de conclusiones que sirven para actuar en una nueva dirección y mejorar la situación. En primer lugar, no existe un consenso entre los expertos en la definición de accesibilidad cognitiva, por lo tanto se manifiesta necesaria una definición más elaborada que ayude a avanzar en la identificación de modelos y prácticas para su aplicación, y en la determinación de los factores clave para una mejor y más eficaz utilización de los recursos que esta ofrece.
En segundo lugar, sí existe un acuerdo en la afirmación de que al igual que cualquier medida de accesibilidad universal, la accesibilidad cognitiva beneficia a todas las personas. Aun existiendo diferencias en las necesidades específicas de cada tipo de discapacidad y para las distintas situaciones vitales que llevan a necesitar soluciones de accesibilidad cognitiva, son muchos los factores que unen a estos colectivos y el objetivo es poder cubrir las necesidades relacionadas con las limitaciones cognitivas del mayor número de personas.
Y en tercer lugar, en la revisión de los manuales, recursos, proyectos de investigación y eventos relacionados con la accesibilidad cognitiva aparecidos en los últimos años en España, puede constatarse por una parte el creciente interés por esta temática y, por otra, la falta de prácticas comúnmente aceptadas que guíen estas iniciativas.
Respecto a las herramientas para facilitar la comunicación y la comprensión de textos, el concepto y método de Lectura Fácil ha sido muy trabajado y difundido en los últimos años en España. Existe un
Instituto de Lectura Fácil, empresas, y asociaciones de lectura fácil y entre los recursos para aumentar la capacidad de comunicación de las personas que presentan impedimentos para conseguir una comunicación verbal funcional destaca el Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa (
ARASAAC) por su amplia biblioteca de pictogramas e imágenes para la comunicación y como complemento que facilitar la comprensión de textos o entornos. No obstante, en muchas ocasiones, estos pictogramas son utilizados para señalizar espacios, a pesar de que no han sido diseñados para tal fin.
Las actuaciones que se están desarrollando en materia de accesibilidad cognitiva para la orientación y el diseño de espacios públicos son, en general, iniciativas puntuales, elaboradas de manera independiente por cada organización, sin una estrategia en común ni una metodología claramente definida o compartida. A este respecto cabe destacar la labor realizada por los grupos de trabajo, como el grupo de trabajo de “
Accesibilidad Cognitiva Urbana”, y las iniciativas de expertos independientes (como la de
Berta Brusilovsky) para crear pautas, metodologías y directrices destinadas a mejorar la orientación y el diseño de espacios públicos.
Finalmente, aún es necesario contar con una normativa que recoja métodos y herramientas comunes en materia de accesibilidad cognitiva, que permitan superar las ineficiencias y la descoordinación que actualmente existe en las actuaciones que se desarrollan en este ámbito.
Y como conclusión positiva, apuntada por la propia
Fefa Álvarez, destaca la creación, el año pasado, de la Subcomisión de Accesibilidad Cognitiva dentro de la Comisión de Accesibilidad del
CERMI. “La propuesta surgió de la Fundación ONCE y de las entidades del propio CERMI, que ya trabajábamos coordinadas desde hacía años. El resto de entidades, como era de prever, acogieron la propuesta, diría que con entusiasmo, pues todas son conscientes de su importancia y del esfuerzo que hay hacer para avanzar”, explica la responsable de Fundación ONCE.