Reportaje
La Federación Nacional de Arte y Discapacidad (FNAD) busca la promoción del arte y la discapacidad para su normalización
Artes aplicadas a la inclusión
La FNAD contribuirá a visualizar las capacidades de las personas con discapacidad
31/01/2014
Beatriz Sancho
Aunque décadas después que el resto de Europa, la Federación Nacional de Arte y Discapacidad (FNAD), con apenas un año de existencia, se congratula de que por fin España se suba al mismo carro que su continente y tanto entidades privadas, como artistas y profesionales del campo del arte y la discapacidad hagan proliferar proyectos de arte inclusivo por todos los rincones del país. El reto de la entidad es normalizar el arte de las personas con discapacidad para que sus creaciones puedan medirse, para bien y para mal, con el mismo rasero que las de los artistas sin discapacidad y no sean contempladas a través de esa visión “paternalista” con la que suelen analizarse. Cuando esto ocurra la naciente federación "podría morir en paz".
La
FNAD se propone canalizar, precisamente, todo este potencial de sensibilización social y temperamentos creativos. En estos primeros meses de andadura, y teniendo en cuenta que no se vistió de gala hasta su presentación en sociedad hace poco más de dos meses, la
FNAD ya se ha preocupado y ocupado de sensibilizar a los agentes sociales (públicos o privados) para que promuevan actividades artísticas de personas con discapacidad. De igual manera, velan y fomentan que los espacios culturales sean accesibles.
“Después de muchos años trabajando en el campo del arte y la discapacidad, las personas y entidades involucradas nos unimos por necesidad para luchar por un objetivo común”, cuenta Marta Cantero, presidenta de la federación. Este fue el motivo por el que se organizó el
I Congreso Nacional de Arte y Discapacidad, en octubre de 2012, en el que se decide la creación de la FNAD y donde quedan trazados sus estatutos para motivar el interés y la participación activa en la sociedad de las personas con “diferentes tipos de discapacidad a través del arte, la creatividad y la cultura, atendiendo a una amplia demanda social y profesional”, explica la presidenta de la entidad.
La federación está compuesta por entidades relacionadas con las artes escénicas, visuales y plásticas, pero también por artistas y profesionales federados. Tiene carácter emprendedor, pero, sobre todo, inclusivo y busca, entre otros objetivos, promover el acceso de las personas con discapacidad a la expresión artística y creativa. Y esto se realiza desde la FNAD fomentando el empleo de artistas con discapacidad, proponiendo un espacio donde pueden dar a conocer su obra, haciendo del arte su modo de vida y normalizando la actividad creadora de los artistas con discapacidad. Precisamente, la también actriz Marta Cantero es un ejemplo vivo de cómo es posible este proceso y cuánto beneficia.
"La FNAD tiene carácter emprendedor e inclusivo y busca promover el acceso de las personas con discapacidad a la expresión artística y creativa"
Cuando Cantero se subió a un escenario por vez primera, una parte de su consciencia se iluminó, de repente, y fue esa luz la que precipitó a la artista a un camino sin retorno: el de realizar su mayor sueño, que su trabajo personal y el de sus compañeros fuera “contemplado por los espectadores como una obra artística sin más y no como algo realizado por personas con discapacidad”, apostilla. Por ello, como presidenta de la federación, y también como artista con discapacidad, apuesta desde esta doble faceta por “normalizar lo que tradicionalmente ha estado marcado por la diferencia” porque “no sólo se trata de la superación de limitaciones que ejerce la propia persona con discapacidad como algo interno suyo sino también de cómo la ven, la viven y la entienden aquellos que, en principio, no presentan esas limitaciones, pero consideran las capacidades diversas no como una ausencia de capacidad”, explica la presidenta de la federación. Y es que, afirma con rotundidad Cantero, “la discapacidad es una aportación, un valor añadido en cualquier manifestación artística”.
Argumenta la actriz que mediante la creación “el artista con discapacidad proyecta su nivel de identidad y provoca en el espectador reacciones, ya sean positivas o negativas”. Para Cantero, “la devolución de esas reacciones retroalimentan al creador haciendo que éste estimule su nivel de autoestima, utilice de sus recursos internos, se descubra a sí mismo dentro de todas sus posibilidades y potencie su valor como persona en el entorno social”. En este sentido, reclama Cantero que “el arte supone, ante todo, una forma de expresar, un nuevo lenguaje de comunicación”.
Marta Cantero también es gerente de la
Asociación Paladio Arte, entidad federada en la FNAD, que busca la inclusión social y laboral de personas en situación vulnerable mediante el teatro. Ella y sus compañeros han observado que “el arte es una manera de expresión a tener en cuenta además del lenguaje verbal porque, en ocasiones, es más afín a ciertas personas”. En este sentido, destaca la danza porque “el uso del cuerpo como herramienta comunicativa permite a ciertas personas expresarse muy bien, sentirse cómodos y más cercanos a ellos mismos, así como expresar numerosos matices de su personalidad como su sensualidad, su afectividad, su interrelación con los otros o sus emociones”. Así, la presidenta de la FNAD menciona que la experiencia científica acumulada en este aspecto demuestra que la educación artística en personas con discapacidad “tiene un impacto directo sobre el desarrollo de habilidades; incrementa su autoestima; mejora los patrones adecuados de conducta, el comportamiento social, produce un ajuste psicológico de la persona y de la familia, también en las normas de comportamiento y ayuda a la convivencia social”, ilustra Cantero.
DIVERSIDAD COMO ENRIQUECIMIENTO
Por su parte, Juan Ramón
Puñal, un artista social federado en la FNAD, insiste en que hablar de inclusión significa “reconocer, asumir y admitir una desigualdad existente, que afecta a distintos planos de la persona”. Por ello, defiende las particularidades esgrimiendo que “aportan diversidad y pluralidad de pensamientos, conceptos y acciones” y es así como “se genera un conocimiento mayor que enaltece la conciencia colectiva y contribuye a tener una vida más plena”, sostiene.
Como federado, este artista plástico que utiliza el arte como herramienta de transformación de las desigualdades, vaticina que la FNAD contribuirá a visualizar las capacidades de las personas con discapacidad y, además, creará un espacio de libre expresión y comprensión a través de las artes”. Sin embargo, para él no hay arte bueno ni malo sino que considera que “el arte per se es uno de los pilares fundamentales de la formación del género humano”.
Puñal no resiste dejar sin referir el hecho de que “han existido artistas, políticos, escritores y un sinfín de personas que han contribuido desde sus quehaceres a la transformación de la sociedad que les toco vivir y a los que, por cierto, no se les ha tenido en cuenta su discapacidad a la hora de juzgar la genialidad de sus obras. Es el caso de Goya, Van Gogh, Leonardo da Vinci, Gauguin o Toulouse-Lautrec”, señala. Pero, especialmente, destaca a
Judith Scott, fallecida en 2005, que para Puñal “es una de las grandes artistas de nuestro tiempo, que ha expresado nítidamente sus sentimientos y emociones” y que incluso con el síndrome de Down y la sordera profunda que padecía “logró sacar toda su creatividad en el
Centro de Arte Creativo de Crecimiento, en Oakland, California”, relata Puñal. Este lugar es una institución artística fundada en 1974 en el que sin ser un centro terapéutico se han producido cerca de 450.000 piezas realizadas por personas con discapacidad según relata un
reportaje sobre la artista publicado en
El País.
Puñal, además de artista, realiza unos talleres a los que denomina cariñosamente “proyectos vitales” porque contribuyen a la formación de personas y están vinculados con la discapacidad, el ser, el sentir, el trasmitir, el relacionarse con la vida de distinta manera y vivir sacándole todo el partido a esta porque, dice, “es esa la misión de todo ser humano”. Para este artista trabajar con la discapacidad es hacerlo con las “emociones puras” porque “son raras las ocasiones donde la emoción no existe o está escondida cuando se trabaja con ellos”. Confirma, además, que lo más emocionante en estos proyectos es ver “los progresos de las personas y constatar que el arte es completamente transformador”.
Sin embargo, denuncia también Puñal que cuando la sociedad se pronuncia sobre la discapacidad “adjudica una etiqueta y un pensamiento asociado que, generalmente, contiene tintes negativos”. Para él “todo depende de nuestra mirada, de lo que vemos con ella, de cómo valoramos lo visto, se trata de asignar más valores a la mirada propia y profundizar en ella hasta entender que sólo mirar no basta”. Él se sabe diferente, aunque no tiene una discapacidad, y afirma que siempre se ha sentido minoría, pese a que “se perciben como negativas” porque, según él, “parece que las minorías pueden atentar contra el sentir de la amplia mayoría por no coincidir o ser críticas con las normas establecidas”. “La importancia de las minorías”, observa el artista, “radica en que son el contrapeso de las mayorías, crean reductos de pensamientos ejemplarizantes, ejercen críticas y gracias a ellas, a las diferencias, podemos ser más libres si sabemos respetarlas”, pronostica.
“Hay que conseguir que los artistas con discapacidad puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado del arte”
Los “proyectos vitales” de este creador social no buscan sólo fortalecer la salud de la persona o formarles sino “generar producciones artísticas accesibles, genuinas y originales”, es decir, coincidiendo con otra pretensión de la FNAD, “se trata de conseguir una producción que ronde la excelencia para que se puedan visibilizar otras realidades y que los artistas con discapacidad puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado del arte”. En definitiva, el objetivo de Puñal, y también de la federación, es “generar recursos económicos que permita la independencia económica de las personas con y sin discapacidad”, concluye.
NORMALIZAR EN TODOS LOS SENTIDOS
El teatro es una de las disciplinas artísticas para conseguir la inclusión laboral y la normalización de las personas con discapacidad, ya que, según descubre Marta Cantero “favorece el desarrollo de habilidades psicomotrices, sociales y el pensamiento creativo”. La Asociación Paladio Arte, matiza la actriz, como gerente de esta entidad esta vez, “es fruto de un ambicioso proyecto y logró obtener la calificación como Centro Especial de Empleo (CEE) en 2007. Actualmente, tiene contratadas siete personas con discapacidad, cuatro intelectual y tres física. Es decir, el 100% de la plantilla”, puntualiza. El
CEE se dedica a la creación y representación de espectáculos teatrales de pequeño, medio y gran formato que representan por el territorio nacional, Francia y Portugal bajo el nombre de ‘
Compañía de Teatro Paladio’ y su director, Patricio Liras, asegura que la crisis les ha provocado dificultades para subsistir, pero que, de momento, “nos da para vivir. Y eso es lo importante”, se congratula. Liras aclara que sus problemas económicos no tienen nada con el hecho de que todas las personas que componen la compañía tengan una discapacidad sino “con el panorama del sector cultural, que es bastante lamentable y hay que tener en cuenta que la empresa, el CEE, está en una ciudad como Segovia para bien y para mal. Nuestra situación es comparable con la de la mayoría de compañía convencional de las mismas dimensiones y características”, diferencia.
Lo que sí confiesa es que puede ser posible que aún, en algún evento concreto, se les contrate por la discapacidad como ejemplo de inclusión social y laboral. Sin embargo, defiende y tiene muy claro que la mayor parte de los trabajos que les ofrecen es por su calidad artística y su profesionalidad pues “llevamos muchos años subiéndose a los escenarios, concretamente desde el año 96, y nos hemos hecho un nombre. En la mayoría de los circuitos se nos llama porque les gusta nuestro trabajo independientemente de que tengamos alguna discapacidad”, asegura. Por ello, para el director de la compañía ‘Teatro Paladio’ su labor y su deseo, que coincide con la de la FNAD, es la de “normalizar el arte de las personas con discapacidad en todos los sentidos”.
Advierte el director de Teatro Paladio que “cualquiera de las personas o entidades de la federación estaría de acuerdo en afirmar que la federación no debería existir”. “Lo tenemos claro todos. Pero, de momento, existe porque hay una visión discriminatoria hacia el arte realizado por las personas con discapacidad. Hay una visión paternalista y poco objetiva respecto a lo que este sector de la sociedad puede realizar en este campo”, critica Liras. En este sentido, el también actor y guionista, observa que la paradoja radica en que, por ejemplo, “si hoy en día viviera Van Gogh y pintase, por el mero hecho de tener un grave trastorno mental no se le encumbraría tanto ni se daría tanto valor a su obra como el que se le ha dado. Su arte se vería como especial porque lo hace una persona que tiene una enfermedad mental y, a día de hoy, se llegaría, como máximo, a montar una exposición de este arte tan especial", puntualiza.
“Cualquiera de las personas o entidades de la federación estaría de acuerdo en afirmar que la federación no debería existir”
Por eso, expresa Liras, “queremos que la calidad artística de las personas con discapacidad sea valorada con el mismo rasero que se evalúa el arte de las personas sin discapacidad. No todo es arte. No se trata de que la gente valore el arte de las personas con discapacidad porque la realizan personas con discapacidad”. Remata el director teatral: “el día en que la gente vea una obra de arte realizada por una persona con discapacidad que no le guste y diga con total libertad, sin sentirse mal por la discapacidad del autor, ‘esto es una porquería’, habremos dado el paso definitivo y la federación habrá perdido su sentido de ser”, termina Liras.