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Reportaje

Petales – Trastornos de apego

No me olvides: Apego, no desapego

28/02/2020

Blanca Abella

La mente está diseñada para relacionarse con los demás, está interconectada, y cuando las condiciones no son adversas, florece con normalidad. Sin embargo, cuando esa mente se desarrolla en una adversidad temprana, pueden surgir serios problemas. En Petales, las familias buscan y ofrecen apoyo mutuo para afrontar esta situación que, de no tratarse, a menudo deriva en trastornos graves de conducta que pueden extenderse hasta la edad adulta.

Úrsula Martínez, vicepresidenta de Petales“Nuestros hijos tenían comportamientos que nadie sabía explicar, comportamientos compulsivos, impulsivos, incluso disruptivos en momentos, niños que no consiguen regulación emocional y viven en un tobogán continuo”, explica Úrsula Martínez, vicepresidenta de Petales y madre. Fue por eso que varias familias unieron sus fuerzas en la búsqueda de explicaciones y soluciones, “y nos vamos encontrando que hay una historia previa de adversidad temprana en ellos, hijos adoptados y acogidos, pero también en casos de hijos biológicos”.
 

Adversidad temprana y trastornos de apego

 
El apego es el tipo de relación que el bebé desarrolla con sus padres o cuidadores y que le proporciona la seguridad emocional y la tranquilidad indispensable para explorar el mundo, es decir, permite al niño realizar un buen desarrollo cognitivo, emocional y físico. 
 
“Los problemas de apego tienen que ver con cosas que pasan incluso desde la concepción”, asegura Carmen Moreno, psiquiatra infanto-juvenil.  “Son más frecuentes en niños que al final no acaban viviendo con la familia que les ha concebido y sabemos que esa adversidad temprana tiene mucho de psicológica pero también mucho de biológica, porque cuando ese bebé se va formando, todo su cuerpo se ve impactado, primero por esos padres y luego por todas las circunstancias de crianza”, explica esta experta. Entonces enumera una serie de casos, como puede ser el de una madre que no se ha cuidado durante el embarazo o ni siquiera ha sabido que estaba embarazada hasta mucho después, o madres que toman tóxicos, o beben, o han vivido una situación social muy adversa, han sufrido violencia, mucho estrés o malnutrición… “Y nace el bebé y hay cosas que no se ven a primera vista”, sentencia.
 
“Hablamos de una adversidad que a menudo comienza antes de nacer y a partir de ese nacimiento, muchas veces es acumulativa, y eso hace que el desarrollo se vea alterado en muchos aspectos, tanto físicos como psíquicos...”, explica Carmen Moreno. Y como apunta Úrsula Martínez, “la desatención no pasa solo por el abandono, obviamente en la adopción hay un abandono, una pérdida importante, adversidad temprana clarísima, pero qué pasa con una depresión postparto o con una separación de unos padres o la pérdida de uno de los cónyuges…”
 
Diego Figuera, psiquiatraDiego Figuera, psiquiatra y experto en los trastornos del apego, afirma que “hoy en día ya no hay separación entre lo biológico y lo psicológico, a través incluso de la epigenética sabemos que hay muchos genes muy sensibles al ambiente emocional, a los cuidados del intraútero pero también en las primeras relaciones”. Y explica que “entre los seis meses y el año es cuando se establecen las relaciones de apego más importantes para tener modelos internos de relación con los demás, a partir de entonces, las dificultades se van acumulando”. Según su criterio, “no se trata de pensar si son biológicos o psicológicos, hay una mezcla compleja y hay que mirarla a la luz de esa complejidad”. 
 
La adversidad temprana es más evidente en los casos de adopción o acogimiento, pues se da por hecho un abandono previo, y por eso Petales nació con familias adoptivas, aunque luego se ampliara con otros casos. “No es un problema exclusivo de los niños en adopción, pero en estos casos los niños en su primer momento de la vida no tienen posibilidad de apegarse a nadie y según el estudio ERA (English and Romanian Adoptees), de niños rumanos adoptados en Canadá o Estados Unidos, los menores que han tenido más tiempo de orfanato y menos oportunidad de llegar a una familia y de restituir esa situación vincular, tienen más problemas en el tiempo, y empeora gravemente en la adolescencia y en muchos casos persiste en la edad adulta”, explica Carmen Moreno.
 
Por su parte, Diego Figuera, asegura que “nos fijamos en esos niños de orfanato porque son mucho más identificables y las familias están más atentas y alerta para pedir ayuda, pero los apegos desorganizados, que tienen que ver con cuidados negligentes en general, abandono, traumas, sobre todo en los primeros años de vida, se dan en el 5% de la población en España, y de ahí están derivando, muchos, en trastornos límites de la personalidad, algunos trastornos psicóticos con problemas disociativos, trastornos psicosomáticos, consumo de tóxicos… hablamos de una población que se acerca al 10%, y muchos de ellos tienen adversidad temprana y no solo son adoptados”. 
 

Detección y cuidados

 
“La detección de los trastornos de apego en familias adoptantes o de acogimiento puede ser más fácil, pero en los demás casos las familias no van a saberlo, porque a su vez esos padres o madres seguramente tuvieron problemas en sus vidas”, asegura Diego Figuera. De ahí que, desde Petales, advierten de la necesidad de contar con estudios de incidencia y prevalencia, e insistan en que la prevención, detección y atención temprana son imprescindibles para poder proteger a los niños que provienen de entornos de riesgo, siendo la adopción un punto de atención fundamental, pero no el único, para favorecer el desarrollo de adultos sanos y funcionales. 
 
Carmen Moreno, psiquiatra infanto-juvenilEn este punto, Carmen Moreno asegura que “la atención coordinada desde la primera infancia es absolutamente necesaria, no solo para los trastornos del vínculo sino para la correcta asistencia infanto-juvenil y además una coordinación con colegios, servicios sociales, etc., porque cuando los padres tienen más capacidad de mirar, es más fácil que vean, pero no todos los padres pueden, no todos están tan sanos”. 
 
Y si algo es necesario, como apuntan los expertos, es la creación de las especialidades más implicadas. Diego Figuera asegura que “hay que hacer las especialidades infanto-juveniles, sobre todo en primera infancia, que es donde son más necesarios los recursos y donde menos hay, porque tenemos 4 psicólogos por 100.000 habitantes en la Comunidad de Madrid, cuando la media en Europa son entre 15 y 28”. Asegura que en España no tenemos las especialidades de psicología infanto-juvenil, ni psiquiatría infanto-juvenil. Según Carmen Moreno, “ni este ministerio, ni el anterior, ni el anterior, ni el anterior, han tenido a bien sacar la especialidad de psiquiatría infanto-juvenil; creo que en Europa solo queda Bulgaria sin esta especialidad, y ocurre lo mismo con la psicología infanto-juvenil”. 
 
“Cuanto antes, mejor, porque cuando ya se ha desarrollado una enfermedad mental, las dificultades de trabajo son mucho mayores, porque ese chico lo que ha hecho es adaptarse de la mejor manera posible a esa sociedad y a partir de ahí es todo más difícil y se medicaliza en exceso”, añade Figuera.
 
Logotipo de Petales, con las frases, No me olvides, aunque no pueda apegarmePetales funciona desde 2017 y reúne a 150 familias en todo el territorio español. Tiene también sede en Bélgica, donde nació, en Francia y Canadá. Su nombre viene de ‘pétalo’ y su logotipo es la flor de myosotis, o no me olvides, que tiene cinco pétalos y uno de ellos parece querer desprenderse. El significado del nombre y el logo lo explica Úrsula Martínez: “no me olvides, aunque no pueda apegarme”. 
 
Las madres y padres de Petales afirman moverse en un espacio de arenas movedizas marcadas por los trastornos graves de conducta de sus hijos e hijas, la hiperactividad, los trastornos de apego, el daño cerebral, de alimentación o el contacto con las drogas como medida de escape, la búsqueda de amistades peligrosas, etc. 
 
Y aunque son necesarios muchos avances en el cuidado, el tratamiento y acompañamiento de los menores y sus familias, sobre todo buscan la comprensión, el conocimiento de estos hechos, de una realidad que el especialista Figuera define incluso como pandemia, por el alcance que tiene en toda la población. Así pues, para Petales, la información y formación de los colectivos profesionales implicados, de las instituciones públicas y privadas en los ámbitos de la salud, la educación y la justicia, y el conocimiento de la sociedad en general, son el principio de la comprensión de este problema. 
 
Algunos datos:
  • El proceso de apego se produce a lo largo del primer año de vida
  • Estudios americanos hablan de los efectos de la adversidad temprana en un 30% de la población institucionalizada y en un 1,5% de la población mundial
  • El 40% de los niños y jóvenes adoptados puede presentar un trastorno de apego y otras patologías relacionadas con la adversidad temprana
  • Los apegos desorganizados, que tienen que ver con cuidados negligentes, se dan en el 5% de la población en España
  • Cada año, en todo el mundo, hay tres millones de niños menores de 3-4 años con adversidad temprana
 
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