Reportaje
'Los orígenes del genocidio Nazi. De la eutanasia a la solución final', de Henry Friedlander
El inicio de la solución final
Publicación del CERMI en su colección Empero
18/06/2021
Blanca Abella
Hadamar era un hospital psiquiátrico en la Alemania de los años 30 del siglo pasado. Con la llegada del nazismo, este centro y otros similares se convirtieron en la antesala de Auschwitz, el prólogo del genocidio. El libro publicado por el CERMI en su colección Empero, ‘Los orígenes del genocidio Nazi. De la eutanasia a la solución final’, de Henry Friedlander, habla del “tristemente célebre hospital dedicado a la eutanasia”, si bien aclara a su vez que el uso del término ‘eutanasia’ en boca de los asesinos nazis era un eufemismo para camuflar asesinatos de seres humanos a los que habían designado como “indignos de vivir”. El propósito no era acortar la vida de personas que padecían dolorosas enfermedades terminales sino matar a seres humanos a los que consideraban inferiores.
A partir de 1940 Hadamar y los demás hospitales similares contaron con nuevas instalaciones en el sótano: cámara de gas y hornos crematorios. Aunque las víctimas estuvieran internadas en hospitales y residencias estatales, solo unas cuantas presentaban enfermedades mentales. Muchas fueron hospitalizadas por el mero hecho de tener discapacidad intelectual o por ser ciegas, sordas o epilépticas, o porque presentaban alguna discapacidad física.
Racismo biológico
Cuenta Henry Friedlander en su libro que el término ‘genocidio’ se acuñó para aludir al asesinato de grupos nacionales o étnicos. Sin embargo, las víctimas del genocidio nazi no fueron grupos nacionales sino grupos de seres humanos que supuestamente compartían características raciales. La herencia génica determinaba la selección de las víctimas. Por consiguiente, explica “me vi obligado a definir el genocidio nazi –lo que en la actualidad suele denominarse el Holocausto– como el asesinato masivo de seres humanos por pertenecer a un grupo definido biológicamente”.
Francisco Javier Blázquez, Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Pública de Navarra, explica que “el darwinismo social sirvió de base para configurar esa ideología nazi, ya que según las tesis de Darwin, los más fuertes sobreviven y los débiles perecen y lo que en realidad es un darwinismo propio para explicar el reino animal, el nazismo lo incorpora desde un punto de vista social, es decir, las personas con discapacidad, consideradas inútiles o no aptas, no merecen sobrevivir… Un judío es como un cáncer, hay que extirparlo, y las personas que están en centros psiquiátricos son personas enajenadas, improductivas y desde un punto de vista biológico, no tiene sentido mantenerlos con vida”.
En su campaña contra los judíos, los nazis mataron incluso a niños y ancianos, una política que no siguieron en el trato dispensado a otros de sus enemigos, como eran los comunistas, los polacos, los testigos de Jehová y los homosexuales. Pero los judíos no fueron el único objetivo seleccionado biológicamente, también fue así con los gitanos y las personas con discapacidad. La biología determinó su destino, el régimen nazi asesinaba sistemáticamente a tres grupos de seres humanos: las personas con discapacidad, los judíos y los gitanos.
El nazismo no acepta todo aquello que es diferente a su modelo estético de raza aria: otro color, orientación sexual, extranjerismo, discapacidad… “Lo puro en Alemania era la raza aria, su ideología es sectaria y excluyente, contraria a la realidad, porque la diferencia y la diversidad es lo que más enriquece el mundo, sobre todo en biología, la biología se rige por la biodiversidad, las culturas son siempre mezcla y el mestizaje es riqueza porque es diversidad y pluralidad”, explica Blázquez.
Esterilizaciones y falsa eutanasia
La cronología del asesinato masivo nazi muestra inequívocamente que el asesinato de personas con discapacidad precedió al asesinato sistemático de judíos y gitanos con un programa de falsa eutanasia. Los nazis usaron el término “eutanasia”, y también “muerte por misericordia”, como un eufemismo para encubrir el asesinato de las personas con discapacidad. “Los mataron por razones raciales y eugenésicas, no para aliviar el sufrimiento de los individuos. Su acción homicida fue un programa secreto del gobierno y no un acto de misericordia individual. No se aplicaba contra personas que padecían enfermedades físicas comunes como el cáncer, sino solo contra aquellos considerados ‘vida indigna de la vida’”, escribe Friedlander.
Action 4, o T4, conocida así por el domicilio de su sede en Berlín (Tiergartenstrasse 4), era la organización encargada de culminar el odio, de exterminar a un grupo de personas cuyo único ‘delito’ era tener una discapacidad.
“La política de exclusión fue resultado y se nutrió de más de cincuenta años de oposición científica a la igualdad del hombre”, afirma Friedlander. Explica el autor de esta obra que “miembros de las clases profesionales instruidas, habían ido aceptando cada vez más una ideología cimentada en la desigualdad humana. Genetistas, antropólogos y psiquiatras promovieron una teoría de la herencia humana que confluyó con la doctrina racista de los ultranacionalistas para crear una ideología política fundamentada en la raza”.
Y en realidad todo comenzó unos años antes, poco después de llegar al poder el partido nazi, en el año 1933, estableció su infame Ley para la Prevención de Descendencia con Enfermedades Genéticas, e inició así, relata Friedlander, “el ataque contra las personas con discapacidad que sirvió de piedra angular de la legislación eugenésica y racial del régimen”.
Se calcula que antes de la II guerra mundial se esterilizó a 300.000 personas. La llamada ley de esterilización sirvió durante todo el período nazi como modelo para toda la legislación eugenésica y establecía la esterilización obligatoria para las personas que presentaban distintos trastornos mentales y físicos y, al mismo tiempo, definió los grupos que debían ser excluidos de la comunidad nacional.
Eric Frattini, autor de 'Los científicos de Hitler. Historia de la Ahnenerbe', explica que las mujeres que estaban en instituciones psiquiátricas, casadas o unidas en pareja con judíos o gitanos, tenían que ser también esterilizadas, y si no lo hacían de forma voluntaria, los médicos o la propia familia las denunciaba e ingresaban en una institución. A partir de 1935, la Leyes raciales de Nuremberg permitían la esterilización sin que la propia mujer lo supiera.
La Ahnenerbe es la ‘Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana’, un departamento de las SS creado por Himmler con el objetivo de investigar el espíritu de la raza germánica, rescatar las tradiciones alemanas y difundir la cultura tradicional entre la población. Tal y como explica Frattini: “La Eugenesia fue uno de los principales programas de desarrollo científico que llevó a cabo la Ahnenerbe en sus primeros años, a partir del año 36 se centran en la eugenesia, que es la limpieza de los subhumanos para desarrollar a los súper humanos, que era la raza aria y ahí entraba todo: judíos, gitanos, eslavos, democratacristianos, socialdemócratas, comunistas, personas con discapacidad…” Esta sociedad agrupó a alemanes destacados del mundo académico, grandes catedráticos, decanos, e incluso algún Premio Nobel, asegura Frattini: “Este grupo de académicos empieza a degenerar sus conocimientos y su ciencia para intentar convencer al pueblo alemán de que era necesario llevar a cabo el genocidio de los subhumanos, que así les llamaban, y seguía una directriz de Hitler que ordenaba su eliminación y preparar así al pueblo alemán para la guerra”.
Incluso se crearon cátedras de Higiene Racial, según explica Francisco Javier Blázquez, y “hasta un 40 % de médicos se afiliaron al partido nazi, en connivencia total; dejaron de usar batas blancas y las cambiaron por uniformes grises; muchísimos fueron cómplices de los asesinatos”.
Prólogo de la solución final
Esas primeras cámaras de gas en los hospitales psiquiátricos fueron diseñadas para el programa de eutanasia, para acabar con las personas ingresadas en ellos, personas con problemas de salud mental y personas con otras discapacidades, que también fueron enviadas a estos centros en esa decidida cruzada contra seres que consideraban no aptos y que consumían unos recursos que los nazis solo querían destinar a sus guerras ideológicas y físicas, a su religión.
El programa Action 4 sirvió de modelo para todas las operaciones homicidas de los nazis, con el asesinato de las personas con discapacidad experimentan las técnicas de exterminio masivo que luego aplicarán a gran escala en la Europa del Este, y los funcionarios y técnicos del equipo Action 4, los médicos y los burócratas, se acaban convirtiendo en un grupo de especialistas de la muerte. Como asegura Eric Frattini, “el nazismo termina convirtiéndose en un sustituto de la religión, ya no hay ninguna religión salvo la ideología nazi, no hay un dios al que rezar, es Hitler, no te santiguas, levantas el brazo en señal de apoyo al gobierno nazi”.
“El programa de eutanasia ocupa la mayor porción de este libro, en parte porque no es tan conocido como la solución final y en parte porque sirvió de modelo para todas las operaciones homicidas de los nazis”, explica Friedlander.
El
CERMI decide también publicar este libro por la misma razón, por la falta de información y conocimiento general ante lo que se conoce como el programa de eutanasia. Según su presidente, Luis Cayo Pérez Bueno, “miles de personas con discapacidad fueron el preludio de algo mucho más grande, en el holocausto, en el exterminio masivo, pero las personas con discapacidad hemos estado doble y triplemente victimizadas en la medida que ni siquiera éramos consideradas víctimas primarias, no aparecían en los registros… las personas con discapacidad no contaban ni siquiera como víctimas”.