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sábado, 14 de abril de 2018cermi.es semanal Nº 297

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

Programa de formación dirigida al empleo de Fundación ONCE

Uno a uno, más que dos

13/04/2018

Blanca Abella

Un total de 103 asociaciones repartidas por toda España van a formar a 1.046 jóvenes con discapacidad gracias al programa ‘Uno a Uno’ de Fundación ONCE. El objetivo de ‘Uno a Uno’, que dispone de un presupuesto de 4,18 millones de euros, es la mejora directa de la empleabilidad de los jóvenes con discapacidad mediante una formación cercana, casi personalizada y apoyada continuamente por técnicos de las asociaciones de personas con discapacidad. La formación se realiza tanto en el plano puramente teórico, con un mínimo de 160 horas, como en el práctico, con una duración de 100 horas por alumno.

Aula de formación de la Fundación Carlos Martín“Algo está cambiando”, asegura César Jiménez, director técnico de Inclusión Laboral de la Fundación Carlos Martín. “Y el cambio se produce tanto en las familias, que vienen con la intención de que su hijo tenga un futuro laboral, si es posible, o formativo por lo menos, como en las propias personas con discapacidad, que no quieren quedarse en un Centro Ocupacional, vienen con la idea de desarrollarse personalmente y profesionalmente, y eso es importantísimo”.
 
La experiencia la recoge este experto después de años de trabajo en la Fundación Carlos Martín y de colaborar con otras entidades, y relata que el germen de este proyecto de inclusión se encuentra en las “conversaciones con Fundación ONCE para intentar demostrar que con una formación adecuada, adaptada y homologada, las personas de los centros ocupacionales y otros centros de los servicios sociales podían transitar a los Centros Especiales de Empleo (CEE)”.
 
Hasta ahora, o hasta hace bien poco, lo más habitual es que las personas que llegan a un Centro Ocupacional “se queden eternamente con esa plaza”, algo que a priori puede resultar cómodo para las familias, incluso para las entidades. Sin embargo, desde hace ya unos años, las entidades de la discapacidad han creado un área de inclusión laboral para esta población, “para personas con un mínimo nivel de competencias, con deseos de trabajar y con el apoyo de la familia, porque sin ese apoyo es bastante complicado”, explica César Jiménez. 
 
Llegados a este punto, Fundación ONCE encarga un estudio que desvela que tan solo el 3% de las personas que se encontraban en las plazas de los servicios sociales transitaban a los CEE. “Ese fue el dato revelador”, exclama César Jiménez. 
 

Proyecto piloto 

 
Trabajo en un Centro Especial de EmpleoY así empezó la historia, primero con la atenta mirada de los expertos, luego con conversaciones e intercambio de opiniones, un estudio y, finalmente, Fundación ONCE y la Fundación Carlos Martín, se embarcaron en un proyecto piloto “para desarrollar una metodología de trabajo que sirviera de transición para personas que estaban en plazas ocupacionales de los servicios sociales y que hicieran el tránsito a un empleo, generalmente en el ámbito del CEE”, explica Sabina Lobato, directora de Formación, Empleo, Proyectos y Convenios de Fundación ONCE
 
El proyecto piloto se realizó en 2015 y, tal como explican ambos expertos, la experiencia fue un éxito. “Se demostró que efectivamente con una formación adecuada y con un apoyo ‘uno a uno’, como rezaba el título del proyecto, era viable que esas personas transitaran al empleo y no solo un 3% si no en este caso 6 de 15, que es un número bastante más alto”, afirma Jiménez.
 
El éxito del piloto fue claro, ya que tras la participación de 15 alumnos, 13 de ellos resultaron aptos y ocho fueron contratados en el perfil profesional para el que se habían preparado, a pesar de que el proyecto no implicaba ninguna exigencia de contratación.
 
“Esa experiencia nos dio pie al diseño de nuevas acciones dentro del marco de los programas que tenemos con el Fondo Social Europeo (FSE)”, asegura Sabina Lobato. Y así, en la actualidad, gracias al éxito de ‘Uno a uno’, y dentro de la iniciativa de mejora de la empleabilidad de Fundación ONCE que cuenta con la cofinanciación del Programa Operativo de Empleo Juvenil del FSE, un total de 103 asociaciones formarán a 1.046 jóvenes con discapacidad de toda España. 
 

134 proyectos de formación

 
El objetivo de ‘Uno a Uno’, que dispone de un presupuesto de 4,18 millones de euros, es la mejora directa de la empleabilidad de los jóvenes con discapacidad, mediante la adquisición de las aptitudes y competencias necesarias.
 
Se trata de un programa de formación dirigido al empleo, pero sin un objetivo concreto que se traduzca en puestos laborales. “Sería un éxito que alguno de estos alumnos consiguiera empleo, aunque el objetivo es la formación”, explica Sabina Lobato. Y se trata de un programa muy especial porque está dirigido a jóvenes, que “dentro del sector de la discapacidad es el que menos oportunidades está teniendo”, asegura Lobato. 
 
Trabajo en un Centro Especial de EmpleoPero además, el programa está destinado a jóvenes que se encuentran inactivos en el ámbito de los servicios sociales (Centros Ocupacionales, Centros de día, Servicios de rehabilitación, Servicios de intermediación laboral…). La mayoría de ellos presentan discapacidad intelectual o enfermedad mental, que son los sectores con las tasas de empleo más bajas dentro del mundo de la discapacidad.
 
Para asegurar la calidad de los programas y la atención personalizada, se ha limitado la participación a un mínimo de cinco y un máximo de diez jóvenes por proyecto. Son grupos pequeños, porque así lo requiere la metodología de intervención, “que combina la formación en competencias y conocimientos específicos de un puesto de trabajo con la formación en el propio puesto de trabajo”, explica Sabina Lobato. Además, los grupos pequeños favorecen el objetivo de Fundación ONCE: “Queríamos llegar al mayor número de entidades posible y que los proyectos estuvieran muy cuidados”.
 
Los programas que desarrollarán las entidades de la discapacidad constarán por tanto de acciones formativas –con un mínimo de 160 horas de formación por participante- y de acciones de formación en puesto de trabajo –con un mínimo de 100 horas por participante-. De acuerdo con las bases de la convocatoria, los proyectos deben garantizar la especialización formativa para la adquisición de aquellos conceptos y habilidades básicas necesarias para responder a la necesidad del futuro puesto de trabajo. 
 
Además, la metodología aplicada ha de basarse en la formación personalizada e individualizada de cada participante proporcionándole los apoyos que sean necesarios en función de su perfil profesional y sus necesidades por razón de su discapacidad. 
 

Aprender haciendo

 
Trabajo en un Centro Especial de EmpleoExplica César Jiménez que la clave del éxito en este proyecto, más que un número reducido de alumnos, que también favorece bastante, es “el tipo de formación, que es ‘aprender haciendo’, porque se consigue que estas personas demuestren su operatividad”.
 
En la Fundación Carlos Martín, dentro de este proyecto de Fundación ONCE y el FSE, se van a encargar de formar a 26 alumnos, repartidos en cuatro perfiles de formación: Atención sociosanitaria; Manipulados auxiliares de la industria; Acondicionamiento secundario farmacéutico y Operario de almacén. 
 
Los alumnos son seleccionados por el equipo técnico del centro, según explica César Jiménez: “Con una valoración inicial que contempla sobre todo un mínimo de capacidad de lectoescritura, aunque no es imprescindible y de hecho nos hemos llevado sorpresas con gente que ni lee ni escribe pero luego es capaz de hacer determinados trabajos, y luego competencias operativas que requiere el perfil y competencias personales que son casi transversales a cualquier puesto de trabajo”.
 
A partir de ahí, el equipo técnico se pone en marcha con los encargados de apoyo y los preparadores laborales, que son las personas que al final van a continuar todo el camino de formación y van a acompañar a la persona si se inserta en un trabajo, haciendo el seguimiento con la empresa.
 
Lo ideal, según este experto, es que “las personas trabajen donde quieran, pero la realidad es que uno no trabaja donde quiere sino donde puede y es un hecho que el entorno favorece más la adaptación de estos jóvenes dentro de un CEE porque es más sencillo contar con una unidad de apoyo y la comunicación con el centro de origen”. Aunque también defiende el Enclave laboral como fórmula adecuada y, por supuesto, el trabajo en una empresa ordinaria, pero si es complicado lograr un puesto en el empleo protegido, mucho más en el mercado abierto.
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