El acto, bajo el lema ‘Abrimos caminos para las personas con discapacidad’, homenajeó a algunos de los miembros fundadores del comité, que creyeron y apostaron por la fuerza de la unidad de las entidades de la discapacidad, y contó con la mayoría de los consellers/es de Asuntos Sociales de los últimos 30 años; fue una ocasión para agradecerles la contribución de la administración a los avances que se han registrado en el mundo de la discapacidad pero, al mismo tiempo, para recordarles las muchas asignaturas aún pendientes.

 

El presidente del comité, Antonio Guillén, dio el pistoletazo de salida del acto con algunas cifras. A día de hoy, las personas con discapacidad en Cataluña somos 551.439. En 1998 éramos 207.189, lo que supone que en 20 años el número de personas con discapacidad ha crecido un 166,15 por ciento: "Tenemos que hacer un sobreesfuerzo económico de 23.090 euros de media para poder desarrollar nuestro proyecto de vida en igualdad de condiciones que las personas sin discapacidad. Y esto hace que el riesgo de sufrir pobreza sea mucho mayor", aseguró. 

 

Con él, el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, lamentó que las personas con discapacidad estamos todavía "castigadas" en la sociedad y no podemos desarrollar todo nuestro talento!!

 

El encuentro comenzó con la ponencia El valor de la discapacidad para un mundo mejor, a cargo de Víctor Bayarri, consultor social, quien destacó algunas de las aportaciones de la discapacidad a la sociedad en cuanto a igualdad y justicia social; continuó con la mesa redonda 20 años de sinergias con las personas con discapacidad, con Jordi Tudela, fundador del COCARMI, que resaltó como "demostramos que unidos podríamos llegar mucho más lejos que por separado" con el objetivo común "de conseguir un mundo mejor, pero no sólo para las personas con discapacidad, sino para la sociedad en general".

 

También intervinieron Dolors Luna, responsable del Departamento de Servicios Sociales de ONCE Catalunya, que recordó el papel fundamental de los profesionales; Xavier Ornos, miembro del Observatorio de los Derechos de DINCAT, que hizo un llamamiento a las administraciones "para que nos escuchen, para que podamos ser incluidos en la sociedad como cualquier otra persona"; Carmela Fortuny, Directora General en el Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat (2011-2016), que agradeció la existencia de un sector fuerte y bien organizado, que facilita la tarea de la administración; y Francina Alsina, presidenta de la Mesa de entidades del Tercer Sector Social, que recordó que las personas con discapacidad representan un 20 por ciento de las entidades representadas en la Tabla.

 

El presidente del COCARMI entre 2006 y 2014, Francesc Pérez, también tomó la palabra, entre otros, asegurando que "en resistencia y resiliencia no nos gana nadie", comparando las reivindicaciones del sector con una carrera de fondo y teniendo muy claro que "esto lo tenemos que hacer nosotros, no podemos esperar que nadie compita para nosotros, y no vale abandonar, la responsabilidad de terminar la carrera es nuestra meta". Durante el acto se agradeció a la ONCE el cupón conmemorativo de los 20 años de la entidad.

 

Al finalizar actuó el grupo musical Els cracks d'Andi, formado por jóvenes con síndrome de Down, que se puso al auditorio en el bolsillo.

 

 

20 años después de su fundación, el COCARMI ha sido un altavoz de las carencias y reivindicaciones de las entidades del sector ante las administraciones, las empresas y la sociedad. El trabajo conjunto de las entidades ha permitido avanzar en reconocimiento de derechos y prestación de servicios sociales, laborales, educativos, culturales y de ocio. El impulso del carné acreditativo de la discapacidad, las leyes de la Lengua de Signos Catalana y la de Accesibilidad, la reserva de un 5 por ciento de los puestos de trabajo del sector público para personas con discapacidad o la constitución del Consejo Catalán de la Discapacidad son algunas de las muchas metas en las que el COCARMI ha hecho una importante contribución.

 

Pero todavía son muchas las asignaturas pendientes del colectivo, que van desde el pleno respeto de nuestros derechos (como el derecho a voto), la mejora de la financiación de las entidades, la aprobación de dicha ley catalana de autonomía personal y vida independiente "con un enfoque diferente" al de la ley española, según Guillén, garantizar la educación inclusiva, el cumplimiento real de la reserva del 2 por ciento de puestos de trabajo a las personas con discapacidad o avanzar hacia un modelo integral de atención sanitaria y social.