
"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
CERMIS Autonómicos
CERMI Aragón muestra a las y los profesionales sanitarias/os los obstáculos en el acceso a la sanidad de las personas con discapacidad
27/10/2017
CERMI Aragón celebró ayer la jornada ‘Problemática de Acceso a la Salud para Personas con Discapacidad’ en el Hospital Materno Infantil Miguel Servet de Zaragoza, para dar a conocer los obstáculos que encuentran las personas con discapacidad en el acceso a los servicios de Salud.
José Manuel Aldámiz Echevarría, director gerente del Hospital Universitario Miguel Servet, y Francisco González Montesinos, vicepresidente 2º de CERMI-Aragón, fueron los encargados de inaugurar este acto. “Como servicio público abierto a la sociedad queremos conocer las necesidades de los usuarios. El reto es que nadie se sienta diferente”, afirmó Aldámiz.
“Os necesitamos para ver la realidad que a menudo obviamos como las dificultades que os encontráis cuando accedéis al sistema de salud”, apostilló Mamen Sánchez Roldan, subdirectora de Gestión de participación y ciudadanía del Servicio Aragonés de Salud. Sánchez fue la encargada de moderar esta jornada en la que representantes de las diferentes entidades de la discapacidad (física/orgánica, intelectual, mental, visual y auditiva) expusieron casos de conductas inadecuadas y prácticas para mejorar el trato hacia las personas con discapacidad en el ámbito de la sanidad.
Entre ellas, se destacó la necesidad de empoderar a las personas con discapacidad en la toma de decisiones, ofreciendo información accesible (visual, sonora y en lenguaje fácil) y, a su vez, información sobre los recursos disponibles para las familias, siendo uno de ellos el apoyo que ofrecen las diversas entidades de la discapacidad.
Además, se subrayaron aspectos técnicos, como adaptar las pruebas diagnósticas a las necesidades del paciente o la igualdad de acceso a las prestaciones y servicios sanitarios, así como aspectos comunicativos, dirigiéndose directamente a la persona con discapacidad y no a su acompañante, evitando estereotipos y el uso de palabras peyorativas (por ejemplo, disminuidos, deficientes, etc.) y limitando la ayuda a lo necesario o si lo solicita la persona con discapacidad.