
"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Actualidad
El derecho humano a una vivienda digna “quiebra estrepitosamente” en el caso de las personas con discapacidad, según el CERMI
26/11/2019
El CERMI denuncia que las personas con discapacidad experimentan “quiebras sustanciales en el goce y disfrute del derecho humano a la vivienda”, a pesar de estar contemplada esta realidad de forma específica en tratados internacionales y en la propia Constitución.
Para el CERMI, a pesar de los progresos normativos a nivel estatal, la regulación en vivienda sigue sin acomodarse totalmente a los mandatos de los tratados internacionales de derechos humanos, lo que debe corregirse, a tenor de las diferentes recomendaciones que ha realizado España a Naciones Unidas. Así, ante la inseguridad jurídica para hacer efectivo el derecho humano a la vivienda, pide que se promueva una regulación que contenga y otorgue efectividad, especialmente en el ámbito judicial, a las decisiones de los órganos de tratados internacionales de derechos humanos.
Además, la entidad reclama al Estado español impulsar un plan de desinstitucionalización que afecte de forma transversal a las políticas de vivienda y de atención a la dependencia, con dotación presupuestaria suficiente, con el fin de garantizar la vida independiente con los apoyos necesarios.
También urge a eliminar las barreras de acceso a la justicia que siguen sufriendo las personas con discapacidad, lo que dificulta que puedan acudir a los tribunales en igualdad de condiciones en situaciones de desalojo forzoso o cuando una comunidad de vecinos se niega a realizar reformas para acabar con barreras arquitectónicas que impiden a las personas con movilidad reducida entrar y salir libremente de su hogar.
En definitiva, la plataforma representativa de la discapacidad en España pide que se ejecuten todas las acciones encaminadas a garantizar el derecho a una vivienda digna a las personas con discapacidad, porque no tener hogar es mucho más que estar sin techo, porque vivir en un hogar, en una casa, conlleva muchos más puentes y enlaces que la sola existencia de unas llaves y un edificio de ladrillo.