Crónica
XII Conversatorio de la Fundación CERMI Mujeres. Desarrollo rural, mujer y discapacidad
El entorno no debe marcar los derechos
29/10/2021
Blanca Abella
Frente a la imagen de una ciudad congestionada, nuestro país ofrece al mismo tiempo la desolada realidad de miles de pueblos sin servicios de desplazamiento. El transporte es una de las principales vías de comunicación para cualquier persona y, por eso, en este conversatorio es también un tema recurrente, porque los servicios de desplazamiento dan libertad a las personas. Las mujeres con discapacidad del medio rural reclaman también sus derechos y denuncian las continuas barreras que deben soportar en el transporte, o en el acceso a un empleo y, en general, en los necesarios recursos o servicios en sus territorios.
Ana Mª Rabadán, técnica responsable de los programas de envejecimiento de Fademur (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales) explica que “la variable discapacidad está un poco desaparecida para las administraciones”, sobre todo, señala, en la gestión y oferta de servicios de transporte, accesibilidad, sanitarios, escolarización, empleo… Afirma que los responsables públicos, “deberían salir de sus despachos y bajar al territorio, al campo, hablar, conversar y estar con las personas que viven todo el año en los pueblos”.
Detrás de la mujer, va toda la familia
Según señala esta experta en su intervención inicial en este
conversatorio, organizado por la
Fundación CERMI Mujeres y moderado por José Manuel González Huesa, director de cermi.es y director general de
Servimedia, en todas estas necesarias políticas relativas al medio rural no se tiene en cuenta a las niñas, que son el futuro del medio rural, y explica que, “si estas niñas ven que en su territorio no tienen oportunidades de formación o empleo, van a abandonar esa tierra y ese abandono comienza con las mujeres, pero detrás irá toda la familia, y así el proceso de despoblación es imparable”.
Carolina Alonso es una mujer con discapacidad que vive en
Villamuelas, y es la
alcaldesa de esta localidad de Toledo. Su intervención inicial se centra en dos cuestiones, el empleo y el transporte. Explica que en su pueblo apenas hay empresas y que para la mujer con discapacidad es imposible acceder a un trabajo en el campo, como puede ser recoger aceitunas o trabajar en los viñedos. En cuanto al transporte, denuncia las continuas complicaciones que soportan, especialmente, las personas con discapacidad del medio rural, con unos medios realmente “reducidos y complicados”.
Dolores Palacios, representante Federación Española de Municipios y Provincias en el Comité de Apoyo para la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad del CERMI Estatal, ofrece una serie de datos que respaldan las demandas y denuncias de la población rural, entre otros, que el 83,4 % de los ayuntamientos de España tiene censados a menos de 5.000 habitantes, y este 83,4% representan solo el 12% de la población. Afirma que “estos números demoledores manifiestan que vivimos en un país donde la despoblación en el medio rural es una de las lacras y realidades más severas que confluyen en la regresión demográfica”.

Explica que la Femp, ya en 2017, redactó un documento de acción con medidas y propuestas para atajar el problema demográfico, y una de esas medidas hacía referencia entonces a las personas con discapacidad. Apela, sobre todo, a la necesidad de cambiar los modelos de gobernanza, generar modelos que se basen en la escucha y en la participación de todas las personas, pero fundamentalmente en el ámbito rural.
Reclama también la “participación de los ciudadanos en la generación de la política, no en la ejecución, y la necesidad de que las mujeres con discapacidad manifiesten lo que necesitan para quedarse en su territorio y lograr que no huyan dos de cada tres mujeres del ámbito rural por los problemas de movilidad, de empleo, en el ámbito educativo...“ Es necesario, añade, “conocer e identificar el problema, las causas de esa huida, y luego poner soluciones”, pero sobre todo desde la política local pues a su juicio es la idónea para esa tarea. Sentencia, finalmente, que “ya es hora de planificar desde los derechos humanos, no desde el paternalismo”.
Movimiento y libertad

Ana Mª Rabadán se muestra escéptica ante la oportunidad que parecen ofrecer los fondos Next Generation, pues antes de estos, “ya hubo otros que no han servido para invertir esa tendencia poblacional”. En cualquier caso, expresa la esperanza de que ese dinero llegue a quien realmente lo necesita y ayude “a vertebrar y estructurar poblacionalmente los territorios, porque, si hay sobrepoblación en un territorio y otro está vacío, ambos van a tener problemas”.
En la actualidad, existen ya esas grandes diferencias, como explica Rabadán, pues “hay un desequilibrio muy grande entre las poblaciones rurales y las que no lo son, así, frente a las ciudades congestionadas, están los pueblos sin servicios de desplazamiento”. Insiste en esta cuestión del transporte porque, asegura, “los servicios de desplazamiento dan libertad a las personas, que pueden tener el poder de viajar por sí mismas”.
Y añade otros problemas que no son menores, como es la atención sanitaria, y afirma: “Es una bomba de relojería lo que está pasando con las mujeres del medio rural y la atención sanitaria”. Al igual que ocurre con la accesibilidad, que define como “una barrera insalvable en el medio rural”. Finalmente, afirma que “los derechos son para todas las personas, independientemente del territorio en el que vivan, no debería ser el entorno el que marque los derechos”.