Cuarto de invitados
Silvio Rodríguez, cantante
“El amor es viejísimo y siempre resulta inaugural”
Por Esther Peñas
08/01/2016
Hay poetas que no hablan sobre las cosas que se ven, sino que nos ofrecen la luz que nos permite ver. Y lo que vemos, gracias a ellos, es la vida misma. Hay poetas de la lucha, de adjetivo justo y espuma proporcionada. Poetas de sueños comunes, muy suyos, poetas del tú, poetas que cabalgan enamorados el ritmo del día y que abrazan, en la noche, el cuerpo amado. A todos ellos pertenece Silvio Rodríguez (San Antonio de los Baños, 1946), poeta mayor del reino, quien visitará nuestro país en abril. Diez fechas ya cerradas. Atentos. Una gira que, como él afirma, “se lleva amasando desde hace años”.
¿En qué anda enfrascado en estos momentos?
Ahora mismo estoy haciendo un disco con el trío Trovarroco, con quienes me presento desde hace doce años, pero no habíamos grabado en estudio. También estoy trabajando en otro disco sólo con la guitarra.
A sus padres dedicó –a través de los apellidos- sendos trabajos. ¿Qué tiene usted de ellos?
Heredé de mi madre algo de su gran musicalidad, y de mi padre adquirí el hábito de la lectura, la costumbre de hacerme preguntas.
La Habana, ¿es un estado del alma?
La Habana es una ciudad muy poderosa; no han podido con ella ni los huracanes ni el olvido.
De las más de cuatrocientas canciones que ha compuesto, dígame tres que en este momento crea que han justificado su oficio.
Puede que ‘Rabo de nube’, ‘Playa Girón’, ‘Oh, melancolía’.
Francisco León le regaló una grabadora Philips donde usted registró sesenta y dos canciones que compuso en el ‘Playa Girón’. ¿De qué depende la creatividad, del momento vital, de la energía física, de la disposición de ánimo..?
Por ejemplo, en el Playa Girón tuve mucho tiempo para dedicarlo a hacer canciones, a pensarlas y trabajarlas. Otras veces, la necesidad de decir algo se abre paso incluso a pesar de las adversidades.
De todos los artistas que ha tenido la oportunidad de conocer y trabajar con ellos (Bola de Nieve, Olof Palme, César Portillo de la Luz, Omara Portuondo, Aute, Elena Burke, Zitarrosa, Pablo Milanés...) ¿Cuál le ha dejado especial huella?

Todos los que usted menciona son grandes y trascendentes artistas, incluso Olof Palme, que fue primer ministro de Suecia y tuvo una sensibilidad humana tan especial que podría considerarse artística.
Aparte de canciones que salvan (y sanan), ¿qué queda en pie del espíritu fundacional de la Nueva Trova Cubana?
Queda en pie la guitarra, que mi generación recogió de generaciones anteriores para continuar el legado de la trova; y queda el goce, las ganas de hacer canciones que valgan la pena.
Cuando revisita ese primer trabajo de estudio, ‘Días y flores’, ¿siente nostalgia, orgullo, asombro, cansancio..?
No puedo evitar recordar lo que sufrí tratando de meter en un disco todo lo que quería decir. Fue terrible escoger sólo unos pocos temas entre tantas canciones que tenía.
¿Qué guarda el aprendiz en su zurrón?
Cosas inútiles, generalmente, por vicio de colectar menudencias.
¿Hay espacio en el siglo XXI para revolucionarios?
Si hay espacio para lo que pueda parecer imposible, creo que sí.
¿Qué esconde “hacerse hermano de la vida”, como canta en esa bendición de tema llamado ‘La maza’?
Creo que en ese momento me refería a amar la vida más que a uno mismo.
¿Han cambiado mucho las palabras que honran al amor desde las que utilizaron “los caldeos, los asirios, la Roma del poder”?
El amor es un rito milagroso que cada día aparece como si nunca hubiera sucedido. Es viejísimo y siempre resulta inaugural. Pregúntele a los enamorados.
¿Cuánto tienen las canciones de oración?
Mucho, en la medida en que expresan nuestros anhelos.
Su último disco de estudio es de 2009, ‘Segunda cita’, hace seis años. Nunca había pasado tanto tiempo entre un disco y el siguiente. ¿A qué se debe?
No tengo quien me diga que hay que entregar en fecha. Voy haciéndolo a mi aire. A veces dejo pasar tiempo, y cuando regreso a las ideas las veo diferente y las transformo; cuando no, vuelvo a empezar de cero.
¿Le satisface el acercamiento de Estados Unidos a Cuba?
No todo es satisfactorio, hay que acabar con el bloqueo, pero prefiero el acercamiento a la guerra fría. Creo en el diálogo respetuoso. En el diálogo está la posibilidad de que las diferencias vayan encontrando puntos de contacto, de alivio y de solución.