"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
25º aniversario del CERMI
Maite Lasala, exvicepresidenta del CERMI
“El movimiento asociativo de la discapacidad tiene que seguir siendo exigente y constante”
19/11/2021
Blanca Abella
Maite Lasala conserva en la entrada de su hogar una foto de 2004, donde se la ve acompañada de grandes personas a las que recuerda con profundo cariño y agradecimiento, eran esos primeros años del CERMI, “una época muy importante que me abrió el mundo”, asegura. “¡Cuánta fuerza teníamos!”, exclama. Explica la que fuera presidenta de la Confederación Aspace, que esa fortaleza es el secreto del CERMI, y que se basa en un sustento familiar, en el amor a unos hijos, que “es la verdad absoluta”, por la que las familias pelean “a cuchillo”. Anima a continuar con esa batalla necesaria y ofrece toda su fuerza para alcanzar unos derechos fundamentales para todas y cada una de las personas con discapacidad.
Conocí el CERMI gracias a Aspace, pero entonces estaba empezando, no era el CERMI por este nombre, pero me pareció un mundo fantástico. Esa época en la Confederación Aspace fue de mucho trabajo, pero también de muchos logros, de conseguir muchos avances muy importantes, una época muy importante en mi vida, muy importante.
¿Qué recuerdos tiene de esos comienzos?
Creo que la Fundación ONCE tuvo un papel muy importante entonces y de su mano hemos conseguido, además de muchas cosas, luego caminar solos. La ONCE ha sido y es fundamental, siempre han tenido las ideas muy claras y han sabido llevar a cabo esto que ahora es el CERMI, que es una plataforma que no tiene parangón seguramente en toda Europa.
Mi recuerdo de aquellos años lo conservo en una foto donde están Luis Cayo, Isabel Bayonas, donde no está Rafael de Lorenzo, aunque él ha sido un pilar fundamental; sí está nuestro gerente en Aspace, Andrés, que todavía está ahí trabajando, tantísimos años con nosotros; está Mario García… es la foto de entrada a mi casa. ¡Cuánta ilusión!
Esa idea de unir a todas las discapacidades, ¿parecía entonces algo complicado?
Cuando llegué estaba bastante avanzado, pero había entonces tanta gente a la que recuerdo con cariño que creía en esta unidad y que ha trabajado por ello. Entonces se tenía mucha fuerza y de hecho con el CERMI hemos estado colaborando con muchos ministerios, asesorando a ministros y distintos cargos de la administración.
Esa fuerza que recuerda del CERMI, ¿en qué cree que se basaba?
¿Qué momentos históricos del CERMI conserva en la memoria?
El día que se aprobó la Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia fue para mí un día súper especial, estuvimos en el Congreso, estaba María con nosotros, y fue un día muy importante. Aunque esta ley se aprobó sin presupuestos y se ha criticado muchísimo, al menos la letra está ahí y te puedes agarrar a la letra.
Pero también el día a día es mi mejor recuerdo, esa ilusión de todas las personas por pelear, luchar y conseguir unos objetivos, y casi todo ese trabajo se debe a asociaciones de familias; esa fuerza viene de las familias, es cierto que cuando fueron creciendo, fueron buscando gente más profesionalizada, pero en el principio estaban las familias, el amor a nuestros hijos ha sido vital.
¿Cómo ha cambiado en estos 25 años su vida, la de su hija María y la de tantas personas gracias a esta lucha y esta fuerza?
Hemos sido bastante felices, con todas las dificultades que hemos tenido que superar, pero no cambiaría esos años por nada, aunque hayamos tenido que luchar por derechos básicos y elementales.
¿Como cuáles?
El reconocimiento, lograr que no les nombren como subnormales, tontos, o cojos, eso es muy importante, pero hay que seguir en la lucha, y cuánto se sigue peleando, se está peleando calle a calle por conseguir más todavía ese reconocimiento a la persona, a su derecho a una vida como los demás, a decidir sobre su propia vida. La pelea sigue y aquí, en mi ciudad, veo todavía a gente que se reúne en pequeños grupos y está dando mucha guerra por conseguir una vida independiente, con todas las capacidades, y si no se tienen, se pueden prestar apoyos. 
¿Qué es lo más necesario hoy en día para las personas con discapacidad?
Bueno, es que cada vez somos más exigentes, lógicamente, y cuanto más conseguimos, nos falta otro escalón y estamos siempre peleando y creo que es un valor maravilloso y que se debe en gran medida a que estamos las familias detrás.
No puede librarse cada batalla solo desde arriba, es necesario ese impulso de las bases, de las familias, ¿no es así?
Claro, ¿qué respaldo tendrían los de arriba sin los de abajo, que son los que tienen la verdad, la verdad absoluta, la de la necesidad y la de intentar conseguir la felicidad de sus familiares? Como decía antes, en mi ciudad veo todavía estas luchas, el otro día, una docena de madres peleando con un diputado, planteándole a cuchillo lo que necesitan sus hijos… O sea que el CERMI, el movimiento asociativo tiene mucha cuerda, es un movimiento con mucha fuerza a pesar de que hemos conseguido grandes cosas y eso parece que calma, pero sigue habiendo cosas que no están bien, hay que ser exigente y constante para lograr al menos que las personas con discapacidad alcancen sus derechos, una igualdad de condiciones.
¿Qué le queda al CERMI en los años próximos y qué desea usted como madre luchadora?
Quiero que mi hija y sus compañeros tengan las mejores condiciones de vida, sobre todo cuando no estemos nosotros.
Al CERMI le queda un trabajo de cada grupo, de cada discapacidad, pero hace falta que sigan trabajando, que tiren de quien sea, incluso de mí, pero que sigan. La tarea es de cada asociación, cada federación, cada confederación, del CERMI, desde lo más local hasta lo estatal, por eso el CERMI fue un estupendísimo invento, y los CERMIS Autonómicos que hacen mucho trabajo también en ese sentido.
El problema es que siempre tropezamos con lo mismo, que falta dinero, presupuesto, y fíjate el momento en el que estamos, con tanta crisis.
Pero es dinero para unos derechos, no para unos privilegios, ¿cree que sería necesario un cambio de mentalidad, en políticos, en la sociedad…?
Quizás la sociedad no ha evolucionado tanto como debiera, creo que todavía a la gente le cuesta mirar fuera de su interior, pero bueno, aquí seguimos, luchando.
