El movimiento ya estaba trabajando en conjunto durante la última década a nivel europeo, y como activista de fuerte implantación en España, Alberto Arbide ha sido parte del proceso de emancipación que llevó a la creación del Foro Europeo de la Discapacidad. Siempre recuerdo a Alberto como una voz fuerte desde los primeros años: cuando fue elegido en la primera junta en 1998, él ya estaba promoviendo la igualdad de oportunidades y la lucha por los derechos humanos desde hacía mucho tiempo.

 

He disfrutado trabajando con él desde el principio: nosotros también compartimos una cultura mediterránea común y eso nos hizo crear el Comité de Discapacidad del Sur en 1999. Siempre lo he visto trabajando duro para lograr que nuestro movimiento crezca con un alma común e independiente. Todos estos años ha sido un líder fuertemente respetado. Cuando recibió la Asamblea General de la EDF en Madrid en 2002 y 2010, incluso nos llevó a todos en las dos ocasiones hasta la Reina Sofía.

 

Sí, mi amigo Alberto es un auténtico activista por los derechos de discapacidad. Y él logró que la Unión Europea comprendiese que el deseo de las ONG europeas de discapacidad por trabajar juntos es mayor que las diferencias entre ellos. Él tiene un profundo respeto por la persona: además de ser muy discreto, sabe escuchar y es increíblemente constructivo. Él contribuyó a construir una unidad necesaria dentro del movimiento y ha reforzado al EDF en la búsqueda del consenso para alcanzar nuestras metas.

 

Pero mi amigo Alberto es también muy agradable, amable, abierto y genuinamente comprometido, y en su interior, en su mente no es diferente. Eso es lo que hace Alberto notable. Él está comprometido con el objetivo de la inclusión de las personas con discapacidad, convirtiendo este deseo en realidad. Él lo cree; me hace creerlo. Eso es un verdadero regalo.