"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Parlamento
De las palabras a los hechos
Por Arantza Tapia, portavoz del Grupo Vasco EAJ-PNV en la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados
25/07/2012
Resulta innegable que, en una sociedad avanzada como la nuestra, se están produciendo nuevos enfoques para el fomento de la vida independiente tanto desde la perspectiva de la innovación social como de aplicación de tecnologías asistenciales, para dar nuevas respuestas a las necesidades de las personas con discapacidad, mayores, dependientes, etc., con el objetivo de que puedan desarrollar un proyecto de vida personal con pleno poder de decisión sobre su presente y su futuro. Se trata de explorar nuevas fórmulas para avanzar hacia una sociedad más inclusiva a través de soluciones innovadoras y de un cambio de paradigma en la forma de entender la diversidad. Es, sin duda, una de las afirmaciones en las que todos los grupos políticos estamos de acuerdo. Otra cosa es pasar de las palabras a los hechos, sobre todo en el caso de los que ostentan responsabilidades de Gobierno.
En este sentido, a pesar de que la innovación social está alcanzando unas importantes cotas de desarrollo por sus actuaciones encaminadas a fomentar la revalorización de las personas, su dignidad y su calidad de vida, tratando de garantizar los recursos económicos necesarios para ello y aportando soluciones creativas, la aplicación de la tecnología para la solución de problemas relacionados con la salud, el envejecimiento o la dependencia no están avanzando al mismo ritmo ni con la misma intensidad.
Por ello, considerando prioritaria la permanencia de todas las personas en su entorno familiar más cercano, resulta imprescindible avanzar en soluciones que modifiquen el modelo de atención y provisión de servicios sanitarios y sociales, que favorezcan una respuesta integral a los problemas de la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia de forma sostenible y a la vez, sin invadir la intimidad de las personas. Es en este campo donde la tecnología puede aportar su conocimiento y sus soluciones.
Pero sobre todo, no olvidemos a los actores de este escenario - demandantes y cuidadores - , porque a través de un conocimiento adecuado de sus necesidades y haciéndolos partícipes de las soluciones tecnológicas desarrolladas, se llegará a incorporar nuevos productos y servicios bien contrastados y cuya relación coste/efectividad sea sostenible y asumible.
Todavía hoy, los desafíos principales que afectan a la eficacia de los sistemas de salud y servicios sociales siguen siendo la escasa identificación de las innovaciones realizadas y su aplicación, pero sobre todo, su no inclusión en catálogos de referencia para que se encuentren al alcance de todos. Analizando el actual Catálogo de Ayudas Técnicas, se observa que se encuentra absolutamente obsoleto incluso para las ayudas más simples.
Es aquí, entre otros ámbitos, donde debe actuar el Gobierno español, más allá de las manifestaciones bien intencionadas de la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad. El verdadero compromiso se demuestra con hechos. Recientemente la ministra ha anunciado que el Ministerio trabaja ya en el nuevo Plan de Acción 2012-2015. Trabaja ya, pero tras más de medio año de gobierno, aún no está aprobado. Demora poco comprensible, para un Ministerio que asegura que las personas con discapacidad están en el centro de todas sus políticas.
Ese plan prevé recoger, según la propia ministra, la especial atención a la nueva economía, el fomento de la I+D+i en materia de accesibilidad integral o la implantación de la tecnología de apoyo en el ámbito laboral. Promoverá además, la investigación para la prevención y la mejora de tratamientos rehabilitadores.
Esperaremos a conocer el detalle de los planes del Gobierno, pero por de pronto, llega ya con cierta demora.
El gran desconocimiento de las tecnologías aplicables así como el complejo proceso para la regulación/homologación requeridas y el excesivo coste que conllevan en la mayoría de los casos, supone un retraso adicional que una sociedad avanzada no se puede permitir. Resulta imprescindible abordar un trabajo multidisciplinar entre los diversos sectores implicados de una misma Administración, así como una colaboración interadministrativa con el fin de dotar a las nuevas soluciones de un volumen de usuarios suficiente, con el objetivo último de que su coste sea además, asumible.
Se trata de un desafío para las personas usuarias y sus cuidadores, pero también para los centros educativos, que deben adaptarse a las nuevas necesidades de formación, creando disciplinas transversales y fomentando el trabajo multidisciplinar entre tecnólogos y personal socio-sanitario. Y no tenemos que olvidar el papel de la industria en adaptarse a los nuevos modelos de servicios y productos necesarios para poner en valor los desarrollos que se lleven a cabo, creando una nueva economía en la que, también los usuarios deben tomar parte y que deberá hacer frente a un mercado socio-sanitario cada vez más exigente.