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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 06 de julio de 2012cermi.es semanal Nº 41

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

Conferencia de mujer

Empoderamiento frente a violencia

05/07/2012

Blanca Abella

Las mujeres y niñas con discapacidad tienen opinión, decisión y capacidad para ejercer sus derechos. La violencia ejercida contra ellas, tanto física como verbal, social, familiar, en cualquiera de sus vertientes, debe ser rechazada y denunciada por todos. La Conferencia Internacional organizada por el CERMI sobre “Los desafíos del Nuevo Milenio para las Mujeres con Discapacidad”, reunió a alrededor de 300 personalidades destacadas del mundo político, asociativo y social, personas expertas y comprometidas en materia de género, procedentes de más de 22 países.

Las políticas sobre discapacidad tienen que considerar la atención de mujeres y niñas con discapacidad como una “prioridad”, pero con su propia participación. Así se expresaba Ana Peláez, comisionada de Género del CERMI, en una de sus intervenciones. 

A lo largo de toda la conferencia, se han ido analizando distintas cuestiones políticas, económicas y sociales que afectan a la realidad de las mujeres con discapacidad en el mundo, pero en casi todas ellas, el factor común era la reclamación, o incluso exigencia, de que las mujeres con discapacidad deben protagonizar sus propias vidas.

“Debemos ser activistas y tenemos que tomar nuestras propias decisiones y ser protagonistas”, aseguraba a su vez Concha Díaz, vicepresidenta del CERMI y presidenta de la CNSE. Y añadía: “es una responsabilidad de toda la sociedad, porque hablamos de derechos humanos y de justicia social, desde la violencia de género, los abusos, los derechos sexuales y reproductivos, hasta el hecho de que las mujeres con discapacidad están muy ligadas a situaciones de pobreza”. Resumiendo en pocas palabras prácticamente todas las cuestiones que se han abordado en la conferencia desde el momento de su inauguración.

Inauguración

Para lograr alcanzar ese ideal que parece tan difícil según los datos ofrecidos en esta conferencia, es necesario comenzar por un cambio. Tal y como expresaba el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, en la inauguración, hay que reinventar una agenda política de discapacidad y género. “Hay que crear una agenda política global más justa, amplia y enriquecida”, señalaba.
Para llevar a cabo ese cambio, el presidente del CERMI apostaba por la lucha para que las mujeres y niñas con discapacidad “tengan su sitio” porque, “ellas lo han creado y son copartícipes y corresponsables de este movimiento social”.

 Y reconocía incluso la necesidad de saldar deudas: “tenemos una deuda histórica con las cuestiones de género, con las mujeres y niñas con discapacidad… tenemos mucho que hacer y debemos realizar una autocrítica necesaria para poner en el orden de preferencia las cuestiones de género”.

Yannis Vardakastanis, el presidente del Foro Europeo de la Discapacidad (EDF), por su parte, hablaba de la necesidad de crear un futuro para estas mujeres en Europa y en el mundo, mientras la presidenta de la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA), Diane Richler, apuntaba la idea de que el desafío no sólo es el respeto a los derechos humanos de las personas con discapacidad, sino que, a veces, nos encontramos con que “no reciben un trato de seres humanos”.

En la misma ceremonia de apertura participó también la vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding, a través de una videoconferencia, hizo referencia a la “doble vulnerabilidad” de las mujeres con discapacidad, y reclamó la igualdad de género y no discriminación a las personas con discapacidad como uno de los mandatos de la UE.

Y finalmente, la directora ejecutiva de la ONU Mujeres, Michelle Bachelet, denunció la falta de participación efectiva de las mujeres con discapacidad, apostando por mantener un compromiso con una “sociedad igualitaria e inclusiva”.

Romper el miedo

La expresión de Gennet Corcuera, activista sordociega, fue una de las muestras más representativas de la capacidad en la diversidad. “Hay que romper el miedo y seguir adelante a pesar de todas las dificultades”, afirmó.

Corcuera expuso en una conferencia marco la experiencia de vida desde la superación personal. Relató sus difíciles inicios en Etiopía y los logros alcanzados en España, desde los siete años, tras ser escolarizada hasta el punto de convertirse en la primera mujer sordociega universitaria.
Como ella, muchas mujeres con discapacidad expusieron su realidad en las distintas mesas celebradas a lo largo de la conferencia. Testimonios vitales de vidas ejemplares, o de momentos difíciles, a veces insuperables. Surgieron historias de barreras, discriminación, violencia y vitalidad.

Y fueron precisamente la violencia y los derechos reproductivos de las mujeres con discapacidad los temas más destacados a lo largo de muchas intervenciones.

Por ejemplo, en sociedades como la de Uganda, creen que los hombres con SIDA pueden curarse manteniendo relaciones sexuales con mujeres con discapacidad.  Beatrice Guzu, de la Organización de Mujeres con Discapacidad de Uganda, explicó además que las mujeres con discapacidad en su país no reciben formación sexual, porque sus familias entienden que no van a tener deseos ni necesidad de utilizarla.

Algo similar ocurre en el mundo árabe, según explicaba Jahda Abou Khalil, de la Organización Árabe de Personas con Discapacidad, donde se aborda todavía la discapacidad "como un problema", lo que hace que las mujeres que viven en ella no tengan prácticamente derechos.

Mientras, en nuestro país también se puede hablar de situaciones difíciles, como exponía Marina Martín, de la Asociación de Personas Sordociegas de España, que asegura que estas mujeres no son invisibles, es que, directamente, "no existen".

Maternidad imposible

Y en otras sociedades también avanzadas, supuestamente, como es la de Estados Unidos, hay momentos difíciles de afrontar, como el de la maternidad: "nosotras no encajamos dentro de este modelo machista de la supermamá", afirmaba, Catalina Devandas, del Fondo de los Derechos de las Personas con Discapacidad de EEUU. Y es que aunque la familia y los amigos acepten a sus mujeres con discapacidad, no se imaginan nunca que vayan a querer tener hijos, por lo que cuando se quedan embarazadas se echan las manos a la cabeza y sólo ven problemas.

Cristina Rosell, de Down España, intervino también en la conferencia reclamando que se respeten los derechos de las mujeres con discapacidad intelectual, que también quieren tener un trabajo, una pareja y unos hijos. 

“No hay oposición entre discapacidad y maternidad”. Así lo explicaba en su conferencia marco sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad Christina Ryan, de Mujeres con Discapacidad de Australia.

Y aludía a la esterilización forzosa como “una forma de violencia contra la mujer”. Las mujeres y niñas con discapacidad tienen el mismo derecho a la fertilidad, a la maternidad, a tener relaciones sexuales y a acceder y decidir sobre sus propios hijos, igual que el resto de mujeres sin discapacidad, explicó. Y advirtió: “la esterilización forzosa expone a una situación de vulnerabilidad al abuso sexual”.

“La esterilización forzosa es una violación, una tortura y un abuso”, sentenció en su intervención, al mismo tiempo que sostuvo que las mujeres y niñas con discapacidad “tienen derecho a disfrutar de sus propios derechos”.

Y fue precisamente este tema uno de los grandes focos de atención durante los tres días de la conferencia. Incluso se organizó una concentración ante el Ministerio de Justicia de nuestro país para reclamar al Gobierno la supresión del precepto legal que contempla la esterilización no consentida para las personas con discapacidad y que se aplica fundamentalmente a mujeres.

"Queremos que el artículo 156 del Código Penal sea retirado para garantizar el pleno reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad", dijo la comisionada de Género del CERMI y presidenta del Comité de Mujeres del Foro Europeo de la Discapacidad, Ana Peláez, frente a las puertas del Ministerio.

Empoderamiento frente a violencia

Hay que pasar de un enfoque basado en la victimización a un enfoque de empoderamiento, y obligar al Estado a proceder con la diligencia debida para prevenir la violencia contra la mujer. Como aseguraba la Oficial de Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Gabriela Guzmán.

Según los datos ofrecidos por esta experta, un 80% de las mujeres con discapacidad es víctima de la violencia y tiene un riesgo cuatro veces mayor que el resto de mujeres de sufrir violencia sexual.

Y como pasos o recomendaciones ante la situación, habló de la revisión de la legislación que regula esta materia, así como el desarrollo de programas preventivos y combativos acerca de la violencia, programas de sensibilización destinados a modificar las percepciones sociales sobre las personas con discapacidad, servicios y programas accesibles y fortalecimiento del acceso a la justicia para las mujeres con discapacidad. En este sentido, indicó que la medida más eficaz de prevención de la violencia de las mujeres con discapacidad es el sistema de justicia.

Según la delegada del Gobierno para la Violencia de Género de nuestro país, Blanca Hernández, en 2011 las mujeres españolas que presentan alguna discapacidad sufren violencia de género en un 18,8%, mientras que las que no tienen discapacidad sufren violencia en un 10%. “Cada víctima es un mundo y no hay un perfil único”, aseguraba al exponer el objetivo de lograr la máxima personalización de los casos de violencia de género.

A su vez, Katrine Wilms Andersen, del Ministerio de Asuntos Sociales e Integración de Dinamarca, explicaba que lo más importante es visibilizar las situaciones, ya que “las mujeres con discapacidad tienen una tendencia a minimizar la violencia que se ejerce contra ellas”.

Angelika Diggins-Rösner, del Ministerio Federal para la Familia de Alemania, relataba que su país elaboró un estudio sobre violencia en mujeres con discapacidad en 2009. Según el mismo, todas las mujeres entrevistadas tenían una discapacidad múltiple, muchas carencias, no tenían relaciones sociales, no podían elegir, experimentaban violencia sexual física y psicológica, en adolescentes y adultas. El 75% de las situaciones de violencia eran físicas; el 43%, era sexual; y el 41% de las situaciones de violencia proceden de sus parejas.

María Jesús San Pío, de la organización Salud Mental Europa, puso de manifiesto que según los datos preliminares de un estudio que está realizando su organización, que agrupa a asociaciones de 30 países, el 95% de las mujeres que han intentado suicidarse alguna vez habían sufrido malos tratos por parte de hombres y que entre el 50 y el 60% de las pacientes que buscan ayuda psicológica lo hacen tras haber sido víctimas de violencia de género.

Cécile Gréboval, del Lobby Europeo de Mujeres, denunció la ausencia de una política europea para prevenir y combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres, que, se mostró convencida, supone "un problema estructural".

Mary Nettle, de la Red Europea de (ex-) Usuarios y Supervivientes de la Psiquiatría indicó que es necesario luchar contra el tratamiento de electroshock y la reclusión de los enfermos, y Kizkitza Velasco, de la CNSE, puso de manifiesto la invisibilidad de las mujeres con discapacidad auditiva que sufren violencia de género.   

Y finalmente Carmen Riu, de la Asociación Dones no Estándares y miembro de la Comisión de la Mujer del CERMI se mostró convencida de la necesidad de seguir luchando para que las mujeres con discapacidad logren hacer una vida lo más normalizada posible y por aceptarse y conseguir que los demás las acepten tal y como son.

Derechos humanos y Convención de Discapacidad

Se trata, en definitiva, de una cuestión de derechos, tal y como expresaron una representación de los distintos Comités de seguimiento internacional de la ONU de los Órganos de Tratados de Derechos de Naciones Unidas, que reclamaron una mayor sensibilidad hacia los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad.

Fernando Mariño, miembro del Comité de Seguimiento internacional de la ONU de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) resaltó la sensibilidad de su Comité en cuestión de género y en relación a la violencia a mujeres y niñas, especialmente, con discapacidad.

El miembro del comité de seguimiento internacional de la ONU de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), Stig Langvad consideró que “la perspectiva de género debía de ser un tema trasversal al hablar de derechos de las personas con discapacidad”.
Heisoo Shin, miembro del comité de seguimiento internacional de la ONU del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR), demandó más información de la situación de las mujeres con discapacidad.

Y Jorge Cardona, miembro del comité de seguimiento internacional de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU (CRC), explicó que existe un artículo en la Convención que dicta que "todas" las niñas y niños, es decir, con y sin discapacidad, tienen “todos” los derechos que versan sobre cuatro principios: la no discriminación; el interés superior del niño; su participación; y su vida y supervivencia.

Por su parte, expertos del mundo de la discapacidad en España, como Ana Sastre, delegada de Derechos Humanos del CERMI, destacó que la transversalidad de género en la discapacidad debería llevarse a otros tratados distintos a la Convención de la ONU.

Pilar Villarino, directora ejecutiva del CERMI, en su análisis de la Convención en cuestiones de género, puso especial énfasis en el fomento de la alfabetización, la formación en educación sexual y reproductiva en los colegios, y la múltiple vulnerabilidad de las mujeres y niñas con discapacidad, especialmente en época de crisis.

Rafael de Lorenzo, secretario general de la ONCE, aseguró que la Convención sobre Discapacidad trata de “proteger en positivo”, pero no es suficiente. Y es que, aseveró, las normas jurídicas “sólo tienen sentido cuando se ejercitan”.

Mientras Isabel Caballero, de la Comisión de Mujer del CERMI, invitó a repensar el modelo de salud, desde un enfoque de género y discapacidad y denunció el hecho de que algunos servicios específicos para la población femenina no siempre están preparados para atender a las mujeres y niñas con discapacidad.

Y como broche final, las intervenciones de Ana Pelaéz. Comisionada de Género del CERMI, resumían muchos de los sentimientos y sensaciones que recorrieron las mesas y conferencias.

Ana Peláez pidió que se consulte a las mujeres y niñas con discapacidad y que, por tanto, participen “realmente” en el diseño y desarrollo de las políticas y programas sobre discapacidad.
Denunció además el hecho de que sólo el 1 por ciento de las mujeres con discapacidad de todo el mundo están alfabetizadas, lo que supone, según afirmaba que, si no conocen sus derechos, no pueden denunciar las injusticias que sufren.

"Sin derechos se nos incapacita, y a partir de ahí ya no contamos nada”.

Finalizando ya la conferencia, la propia Ana Peláez, y Pilar Villarino, directora ejecutiva del CERMI, presentaron el Manual ‘La Transversalidad de Género en las Políticas Públicas sobre Discapacidad’, del CERMI, una obra colectiva, que ha contado con más de 70 personas expertas, con el objetivo de ofrecer una herramienta útil para aquellas personas que tienen la responsabilidad de diseñar las políticas públicas sobre discapacidad, así como una guía práctica y concreta para sus usuarios.

Clausura de un encuentro en femenino

El director general de las Políticas de Apoyo a la Discapacidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ignacio Tremiño, habló de la importancia de la transversalidad de la discapacidad en todas las políticas públicas. “Si no se da este impulso, no se avanza en materia de discapacidad”, aseguró.

Y en la misma clausura, la comisionada de Género del CERMI, Presidenta del Comité de Mujeres del EDF y miembro del Comité de seguimiento Internacional de la Convención de la ONU, Ana Peláez, hizo referencia a la concentración cívica ante el Ministerio de Justica, organizada por el CERMI, que tuvo lugar como expresión de rechazo a la esterilización forzosa y el aborto coercitivo de las mujeres y niñas con discapacidad. “Es la primera vez que el CERMI ha salido a la calle demandando nuestros derechos y lo hemos conseguido gracias al compromiso de las mujeres con discapacidad y hemos avanzado gracias al trabajo que hacemos desde el área de Género para dar por primera vez voz a niñas y mujeres con discapacidad, independientemente del tipo de discapacidad”, manifestó, “queremos que sirva para un cambio real”, finalizó.

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