En febrero de 2001 llegas al CERMI, para hacerte cargo de las cuestiones de la Unión Europea en la entidad ¿Cómo estaba el CERMI entonces?

 

Se estaba solidificando esa cohesión y esa unidad que es propia del CERMI, un proceso que ha requerido de muchísimas conversaciones, muchísima generosidad por parte de las entidades, mucho impulso del consenso, y en eso Alberto Arbide, su primer presidente, tuvo una labor importante, era el hombre del consenso, el hombre de los grandes acuerdos. Se empezaron a construir la comisión de la mujer, en 2001, o los CERMIS autonómicos, que son tan importantes; esa idea de 20 CERMIS, que la propuso Carlos Esteban desde Melilla, es muy acertada, los 20 CERMIS, todos a una, cada uno con su independencia, pero todos persiguiendo la misma unidad y la misma meta.

 

¿Qué deseabas aportar y cómo pensabas que podías contribuir a ese trabajo desde tu experiencia personal y laboral?

 

Mi aportación venía del conocimiento que tenía del funcionamiento de las instituciones europeas, donde trabajé durante ocho años, para ocuparme de los asuntos europeos y para apoyar a Alberto Arbide en las relaciones con el EDF (Foro Europeo de la Discapacidad), porque él formaba parte de la Junta Directiva. Además, por mi parte, me propuse remangarme y remar para que todo saliera adelante, es lo que quería aportar y lo que siempre pido al equipo, y creo que lo estamos consiguiendo.

 

A medida que el CERMI avanzaba, y como somos un equipo pequeño, pero que no quiere ser más grande porque no tiene mucho sentido, lógicamente hay miles de temas que tratar y el tema europeo sigue siendo una constante porque el CERMI cree firmemente en Europa, pero hay muchísimos temas y desde una dirección, toda la parte de gestión es esencial también. 

 

¿Cuál crees que ha sido y es el gran valor del CERMI?

 

El gran valor del CERMI, esa cultura CERMI, que es su marca de identidad, es reclamar, reivindicar, pero hacerlo con un papel debajo del brazo, un papel hecho con rigor, con la participación de todo el movimiento; incluso les decimos a nuestros interlocutores que se queden con ese papel y pongan su nombre y su sello, no nos importa, lo que queremos es que salga. Reivindicación desde la colaboración responsable y nunca vamos a dejar de hacerlo porque para eso estamos. El CERMI nunca va a consentir que se discrimine a una persona por su discapacidad, siempre va a gritar, pero al mismo tiempo va a aportar su propuesta.

 

Han sido muchas luchas y mucho trabajo por parte del CERMI, con ese afán propositivo. ¿Cuál ha sido la clave del éxito?

 

Todos los grandes avances que ha conseguido el CERMI han sido a base de pedir y pedir, e insistir, sin que hubiera desaliento ni si quiera cuando dicen que no, y nos han dicho que no muchas veces. Todo eso merece la pena al final. Uno de los grandes valores del CERMI es que somos una organización de la sociedad civil independiente, que no está comprometida con ninguna sin ideología política . Esto es un valor importante que hemos defendido siempre, nunca hemos tenido problemas en mantener esa independencia, pero al mismo tiempo creo que hemos conseguido que también las fuerzas políticas se olviden de su ideología cuando apoyan a la discapacidad. En general, hemos conseguido esa unanimidad desde las formaciones políticas, porque la discapacidad trata grandes cuestiones de Estado y el CERMI defiende un enfoque de derechos humanos, y es difícil decir que no a eso.

 

¿Cuáles son las que consideras conquistas necesarias?, ¿las más importantes?

 

Es muy importante la marca CERMI como innovación social en discapacidad, es el hilo conductor que marca todo. La primera innovación es la propia idea del CERMI, que hace 25 años naciera una plataforma unitaria que no calla la voz individual de cada entidad, sino que aporta además una única voz para reivindicar que no haya discriminación por discapacidad, cuando la discapacidad además es tan diversa, no tiene nada que ver las necesidades de una persona con las de otra y, sin embargo, siempre hay un punto en común, que es lo reclama el CERMI.

 

La Convención de la ONU sobre Discapacidad ha sido otro elemento innovador esencial porque un tratado de Derechos Humanos en el que participaba la sociedad civil, eso no acabamos de darle el valor que tiene. El CERMI ha podido estar en la delegación de España en Naciones Unidas en los trabajos que llevaron a este tratado internacional como CERMI, y esto no había pasado en otros tratados. Y gracias a eso el tratado ha sido mucho más cercano a lo que pide la sociedad civil de la discapacidad. Y desde luego, no hay tampoco ninguna entidad que sea mecanismo independiente de seguimiento, como el CERMI, y eso es también muy innovador y muy importante.

 

Todo el trabajo que hacemos en defensa de las mujeres, las niñas y las madres, es totalmente innovador. El área de género, la comisión de la Mujer, la Fundación CERMI Mujeres ahora, siempre han estado por delante en todo, desde la primera manifestación que hicimos delante del Ministerio de Justicia contra la esterilización, que la hicimos las mujeres, y muchas otras cosas.

 

¿Cuáles crees que han sido los principales aliados del CERMI en estos 25 años? 

 

El CERMI desde el primer momento ha creído en el papel de las alianzas y ahí hemos visto que era importante hacerlo con la Administración pública, por supuesto; con las Cortes Generales, nuestra segunda casa prácticamente son el Congreso y el Senado, porque es ahí donde se realiza nuestra labor más importante; con los operadores jurídicos tenemos alianzas desde hace muchísimo años, y me gustaría destacar la de la Fiscalía General del Estado, que nos ha dado frutos muy importantes; con los operadores privados, porque es importante que las empresas se impliquen y, por supuesto, con el Tercer Sector de Acción Social, porque hay determinados temas que no están solo en la esfera de la discapacidad y para que avancen tienen que estar en la esfera de lo social. 

 

Hablamos mucho de alianzas, ahora con el ODS 17 de la Agenda 2030, es algo que sale en todas partes, pero el CERMI ya defendía las alianzas cuando se creó, hace 25 años, el mismo CERMI es una alianza. La idea de los compañeros de viaje es vital y sin eso no hay nada; cada uno aporta lo que sabe y llegas a un resultado mucho más rico y más completo.

 

25 años de trabajo del CERMI han aportado a las personas con discapacidad...

 

Les hemos dado un espacio al que acudir cuando tengan esa necesidad de acompañamiento, y la autodenfesa, el apoyo, la orientación, sobre todo, es para lo que nacimos, esa transformación de la agenda política y el cambio en leyes importantísimas para la discapacidad.

 

Y me gustaría hacer un inciso y recordar cuando hace años el CERMI hizo públicos unos datos y me quedé asombrada al saber que había muchas personas con discapacidad que no eran conscientes de que estaban siendo discriminadas, todavía me acuerdo ahora, es bastante asombroso. Por eso, conseguir avanzar en la autodefensa es uno de los grandes logros del CERMI, aunque hay que seguir insistiendo, pero es muy importante.

 

25 años de presencia del CERMI han aportado a la sociedad...

 

El avance en la toma de conciencia hacia la discapacidad, que se vea con total normalidad que una persona con discapacidad puede hacer lo mismo que cualquier otra persona, esa es una gran aportación, pero queda muchísimo por hacer. El fortalecimiento del tejido asociativo también ha sido importante, la sociedad civil de la discapacidad ya estaba muy bien formada gracias a la ONCE y su Fundación, y sin eso el CERMI no habría tenido tanto éxito, pero el CERMI ha ayudado a que ese tejido asociativo sea mucho más fuerte y hemos conseguido consolidar un poder de interlocución ante cualquier cuestión a base de mucho esfuerzo. 

 

Desde tu especial responsabilidad en el ámbito europeo, ¿qué crees que ha supuesto el CERMI para la Unión Europea y el avance en los derechos de las personas con discapacidad?

 

Uno de mis primeros trabajos estaba relacionado con los autobuses de piso bajo, recuerdo que enviamos faxes a todos los eurodiputados españoles pidiéndoles que votasen la directiva…El Año Europeo de la Discapacidad 2003; el reglamento de los pasajeros con movilidad reducida que usan transporte aéreo, que en ese momento era muy importante; las directivas de contratación pública en 2001… Hay muchas cosas que vienen de Europa y mucha gente sigue sin conocerlo bien porque, a pesar de todo, Europa se sigue viendo lejana y ahora estamos en un momento buenísimo con esta conferencia sobre el futuro de Europa, que lo que quiere es acercar más a la ciudadanía la idea de Europa y el CERMI lo que ha aportado es esa reivindicación de que Europa sea de verdad social.

 

¿Qué destacarías de la actividad más reciente del CERMI en estos tiempos tan difíciles que nos ha proporcionado un virus terrible conocido como Covid-19?

 

Todo el trabajo de construcción conjunta del movimiento CERMI nos ha servido de gran ayuda a la hora de saber dar respuesta inmediata a los grandes desafíos a los que nos ha enfrentado la pandemia, con una mención especial a la respuesta conjunta y coordinada desde los 20 CERMIS, por una parte, y por otra al acompañamiento a mujeres y niñas con discapacidad, madres y cuidadoras a través de los webinarios 'No estás sola' de la Fundación CERMI Mujeres.

 

¿Cuál es la principal tarea que asume el CERMI de manera casi inmediata, para un futuro próximo?

 

De forma inmediata tenemos varios temas pero destacaría esa gran reforma de la Constitución y me gusta lo que destaca el presidente del CERMI en sus intervenciones, y es que al final es a través de lo social como avanza un país, como avanza una sociedad; y es muy importante que esta reforma constitucional se vea de esta manera y es esencial que un término tan indigno se elimine de un texto tan importante; además de que nuestra propuesta supone elevar a las mujeres y niñas con discapacidad en un texto donde realmente no están reconocidas, con lo que tiene una importancia mayor todavía.

 

Los avances en participación de la infancia, niñas y niños y adolescentes con discapacidad, es otro de los grandes retos a corto y medio plazo

 

¿Y a largo plazo?

 

Tenemos ante nosotros el reto de la transformación digital, que es la gran aliada para la autonomía y la independencia, pero al mismo tiempo el gran enemigo si se mantiene la brecha digital. Es un trabajo con muchas vertientes, por supuesto la accesibilidad es el primer caballo de batalla, pero también la necesidad de formación en tecnología, la disponibilidad de Internet, las herramientas para todo el mundo… Y reivindicamos que lo social tiene que estar presente en todo. Hablamos mucho de sostenibilidad ambiental, y la sostenibilidad ambiental tiene que ser social, y se habla de la transformación digital, pero si no es social no es transformación de ninguna manera. Todo es social y nuestra labor es defender a las personas con discapacidad y a las familias, pero también queremos  aportar a la sociedad en los grandes temas, porque tenemos mucho que decir de ecología, de feminismo, de tecnología… y reivindicamos ese hueco.

 

Personalmente, ¿qué es el CERMI para ti?

 

Mi primer contacto con la discapacidad fue con mi padre, que tuvo una discapacidad sobrevenida por un ictus, pero entonces no sabía todo lo que sé ahora y cuando llegué al CERMI me di cuenta de que me hubiera dado otra visión en la atención a mi padre. El CERMI ha sido un cambio total de visión, me ha enriquecido totalmente y he encontrado a grandísimos amigos que voy a mantener para siempre, pero sobre todo me ha hecho ver la vida de otra manera, esa idea de resiliencia, de adaptación ante situaciones complicadas y salir adelante la he aprendido aquí y trato de transmtir diariamente a mi hija. Tenemos un equipo de personas muy bueno y muy comprometido, es lo que nos hace avanzar... Fue tan gratificante la recogida de firmas contra el copago, y que la gente te de las gracias por lo que haces; o la marcha de 2012, abriendo los informativos con 100.000 personas manifestándose; y el montaje del derecho al voto delante del Congreso; y que se haya conseguido ese derecho al voto, la lucha contra la esterilización, que fueron años… Y la labor de la Fundación CERMI Mujeres, que está dejando una huella tan importante; los Foros Sociales de mujeres y niñas con discapacidad han sido grandes logros, ese espacio donde las mujeres se encuentran acompañadas, a gusto, y comparten vivencias de todo tipo, buenas y malas, micrófono en mano. Es una manera distinta de ver la vida, mucho más rica.