El encuentro, disputado en el Antonio Campoamor, estuvo precedido por un emotivo acto en el que participaron la directora gerente del CRMF Imserso San Fernando, Conchi Mayoral; el director  territorial del Imserso en Ceuta, Alfonso Grande; el delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull; el gerente de Servicios Turísticos de Ceuta, Rafael Montero Ávalos; y la directora gerente del Instituto Ceutí de Deportes (ICD), Carolina Hurtado de Mendoza.

 

El acto comenzó con un vídeo en el que se recordó al ceutí, que jugó en el equipo de baloncesto de silla de ruedas de San Fernando, también presente en este emotivo homenaje y cuyos jugadores se enfrentaron con un equipo formado por usuarios del CERMI, a través de COCEMFE.

 

Tanto Conchi Mayoral como Alfonso Grande, al igual que Fernández Cucurull, destacaron “la constancia, la responsabilidad, el sentido del esfuerzo y la ilusión” que siempre demostró Juan Ignacio Pérez. Unos valores que “nos gustaría dar a conocer”.

 

Los responsables de los distintos organizadores y asociaciones participantes en este acto, que estuvo patrocinado por Transmediterránea y que contó con la colaboración de la Federación de Baloncesto de Ceuta, confían en que el partido disputado como homenaje a Juan Antonio sirva “de germen” para confeccionar un equipo de baloncesto de deporte adaptado en Ceuta, solicitando además que se fomente dicho deporte adaptado a nivel de base.

 

Tras la presentación del acto, y antes de la celebración del encuentro entre los equipos de San Fernando y de Ceuta (en el que participó Melania Anaya) de deporte adaptado, se entregó unas placas de reconocimiento a los integrantes de cada uno de los equipos, además de otra de homenaje a los familiares de Juan Ignacio. El encuentro, con el que se puso el punto final a este emotivo homenaje terminó siendo una fiesta en el que lo que menos importó fue el resultado, ya que terminaron mezclándose ambos equipos.

 

Juan Ignacio Pérez, que ingresó en el CRMF-Imserso de San Fernando para seguir un programa de formación y rehabilitación, destacó durante su estancia en él por convertirse en una persona muy querida tanto para los usuarios y usuarias como por los cuidadores y resto del personal.

 

De él, no sólo sobresalió el gran aprovechamiento que realizó de todas las posibilidades formativas y rehabilitadoras del centro sino también, y especialmente, el profundo cariño que supo ganarse por su inconfundible y amable sonrisa, su predisposición a ayudar a los compañeros, su generosidad y su humildad.  Su enorme fuerza de voluntad, su gran sentido de la responsabilidad y su trabajo le llevaron a  pasar de no tener estudios reglados a completar la formación secundaria e iniciar estudios universitarios a través de la UNED, primero en San Fernando y después en Ceuta.