Activista
Inmaculada Mazón, profesora titular de la escuela Oficial de Idiomas Jesús Maestro de Madrid
“Llevo luchando ocho años por mi puesto de trabajo y por las adaptaciones que necesito”
16/03/2015
Pamela Barahona
Inmaculada Mazón, o Inma, como le gusta que la llamen, tiene una discapacidad visual congénita. “Mi discapacidad es por una malformación congénita que consiste en que los ojos no están terminados de hacer. Entonces soy prácticamente invidente. Es como cuando cueces un huevo y lo quitas antes de tiempo, lo que no se ha cocido ya no se cuece”, dice. En la actualidad se encuentra luchando por la adaptación que requiere su puesto de profesora titular de una Escuela Oficial de Idiomas, y no solo reivindica su caso sino que lo hace con el objetivo de sentar jurisprudencia para todas las personas con discapacidad que vengan detrás.
Inma se esforzó para conseguir su meta, ser profesora titular de una Escuela Oficial de Idiomas, y con el apoyo de su familia, lo logró. Desafortunadamente, solo pudo ejercer con tranquilidad durante un año, ya que se le presentaron dificultades en la adaptación del puesto de trabajo.
“Cuando yo entré en 2005 en la escuela el director de entonces creyó que la adaptación que necesitaba era un profesor de apoyo a media jornada para que me ayudara con el tema de corrección de exámenes y de redacciones, además de ayudarme a preparar material para mis necesidades. Este profesor me lo concedieron sin problemas ese año, pero a partir del año 2006 empezaron a negármelo”, comenta Inma.
Según afirma Inma, en un principio, la escuela empezó a realizar llamadas y a enviar escritos a la Administración, a las que no recibían respuesta, por lo que el problema se iba agravando. Por esto, tuvo que recurrir al defensor del pueblo y al inspector de educación, que con sus informes favorables consiguieron que se le concediese el profesor de apoyo los tres siguientes años. Pero el problema no se solucionó, sino que en los últimos años ha ido empeorando.
“Hace dos años quitaron el profesor de apoyo y de alguna manera obligaron al centro en el que estoy, a poner a alguien del departamento que ya tenía su trabajo a que me realizasse las correcciones”, apunta.
Fue entonces cuando empezaron una serie de reivindicaciones, con las que no optuvieron resultado, por lo que Mazón decidió llevar a juicio a la Administración. En junio de 2014 se realizó el juicio, y le dieron la razón, pero la Administración recurrió. Entonces, inma apeló ante el Tribunal Superior de la Comunidad de Madrid, y espera recibir el fallo en abril de este año.
Como la sentencia aún no es firme, la Administración puso a Mazón el año escolar 2013-2014 de profesora de apoyo para que diese clases de conversación. “Este fue un año muy bonito que di clase a media escuela, pero mi puesto no es de profesora de apoyo sino de profesora titular, ya que yo oposité a esta plaza”, afirma.
Este año escolar Inma ha vuelto a tener su horario de profesora titular, pero lo que la Administración le ha enviado ha sido un auxiliar de conversación.
“El auxiliar norteamericano es un encanto que se lleva muy bien con los alumnos y trabaja muy bien. Afortunadamente este chico no se ha negado a hacer las tareas que yo necesito que haga, porque un auxiliar de conversación hace totalmente todo lo contrario a lo que yo necesito. Él ha acatado órdenes sin rechistar y se podría haber negado y habría estado en todo su derecho. He tenido muchísima suerte, es un apaño porque les saldrá más barato a la administración y mientras se resuelva el tema judicial, con el que estamos sacando el curso adelante, pero no es la solución que el juez propone ni que yo solicito”, dice Mazón .
Motivos de su lucha
Inma desea aportar su caso a favor de todas las personas con discapacidad, ya que conoce casos en los que dichas personas no se ayudan a si mismos.
“Se de casos de gente con discapacidad en la docencia que este profesor de apoyo se lo pagan ellos de su propio bolsillo. Esto me parece totalmente respetable pero eso tiene inconvenientes, porque dichos casos no salen a la luz. A efectos prácticos queda como si la gente no necesitase ayuda y entonces para qué aplicar la ley”, esgrime.
Por ello anima a todas las personas con discapacidad a iniciar su reivindicación para que después la sociedad les pueda prestar apoyo.
Así mismo, recuerda que hay una serie de leyes que si se llevasen a efecto serían muy beneficiosas para todas las personas con discapacidad.
“Por ejemplo si se llevase a efecto el Real Decreto 2271 sería maravilloso porque daría acceso al empleo público a muchísima gente”, asegura.
Otra de sus motivaciones es su salud, puesto que el no tener las adaptaciones necesarias supone que esta empeore por el esfuerzo diario que realiza, y no solo la física sino también la psicológica porque las soluciones que la Administración le propone es que se pague el profesor de apoyo, que se cambie a otro puesto donde no requiera esta ayuda o que solicite la jubilación anticipada.
Inma comenta finalmente, que no solo lucha por su caso sino que esto sentaría jurisprudencia para todas las personas con discapacidad con casos similares que viniesen detrás suya.
“Si logro lo que reivindico sería un paso de gigante en la integración de las personas con discapacidad en la sociedad. En la vida puede haber gente con y sin discapacidad que tienen el mismo derecho de llevar una vida digna. Todos tenemos cabida en este mundo, solo es cuestión de apretarse un poco y dejar a cada uno en su sitio”, apostilla.