A sus 33 años recuerda perfectamente los juegos que su hermano mayor le preparaba en casa cuando era muy pequeña y sobre todo es muy consciente de la implicación de sus padres con ella desde sus primeros meses. “Recibí atención temprana y logopedia y todo eso me ha ayudado a poder trabajar y tener ganas de aprender y ser constante y mis padres siempre han apostado por la educación inclusiva, igual que yo, y siempre han estado apoyándome”.

 

Su hermano construía torres para que ella se acercara y las derribara. “Es un recuerdo bonito para mí porque él quería que yo fuera gateando, intentaba trabajar conmigo, me ayudaba mucho, en todas mis etapas”. Su paso por el colegio Gençana es otro de sus grandes recuerdos, ella era la única niña con síndrome de Down: “Tengo recuerdos muy bonitos porque los profesores siempre han creído en mí”.

 

Blanca tuvo mucha suerte, y también tiene una seguridad y una fortaleza notorias. Sin embargo, no todos los profesores creían en esa inclusión educativa tan necesaria por la que apostaban en su familia. Blanca explica que uno de ellos manifestó serias dudas y lejos de ayudar, parecía empeñarse en ponerle trabas. “Mis compañeros estaban en mesas por grupos y a mí me ponía en una mesa aparte”. O bien le indicaba un tema para desarrollar en el examen y, llegado el momento, le preguntaba por otro tema que ella no se había preparado... 

 

La profesora de inglés advirtió a sus padres de que Blanca no iba a ser capaz de llegar a bachillerato, y eso les molestó, “pero no pasa nada, lo importante es lo que yo hago y seguir adelante, porque a mí la verdad tampoco me importa mucho lo que piensen de mí, yo me considero muy capaz”.

 

En el aula ella “era una compañera más”, y también tiene un bonito recuerdo de un viaje a Berlín con sus compañeros, al finalizar una de las etapas escolares: “Fue un viaje muy emotivo, muy bueno”. Comenta con poco interés que algunos no la trataron bien, la llamaban retrasada o, simplemente, “no les caía bien, pero en general bastante bien con los compañeros”. En su relato apenas se detiene en estos momentos pues asegura que ella se queda solo con las cosas buenas, “me molestaba a veces, pero intento ser fuerte y luchar por lo que yo pienso, y eso me ha hecho seguir adelante”.

 

 

Haciendo oídos sordos a las barreras que otros se empeñaban en levantar, Blanca siguió con sus estudios y se matriculó en un ciclo de integración social. Era la única alumna con discapacidad, pero allí fue todo incluso mejor: “Mucho mejor con los compañeros, muy bien, los profesores también”. En ningún momento ha necesitado profesores de apoyo y asegura que siempre ha tenido el de sus padres y su hermano: “Y eso es lo más importante, que la familia, mi hermano, te ayude mucho en todos los aspectos de la vida”. Y así ha sido, su hermano mayor también ejerció de profesor con ella cuando la enseñó a manejarse en las redes sociales, Facebook, Instagram, LinkedIn... y “saber cómo está la actualidad”.

 

Su aprendizaje continuó con un grado en Terapia Ocupacional que cursó en la Universidad católica de Valencia San Vicente mártir. Asegura que allí todo le fue muy bien, a pesar de las complicaciones que tuvo que sortear para compaginar su trabajo con los estudios. Porque Blanca lleva ya 12 años trabajando como profesora de apoyo en un colegio infantil. Un trabajo que le gusta y en el que se siente una más, de hecho afirma que allí tiene otra familia.

 

Cuando habla de los problemas, la discriminación o los momentos difíciles que ha vivido, Blanca los aparta de sus recuerdos sin mayor preocupación, asegurando que “son anécdotas”, y sigue adelante. Se define con soltura y asegura que es “empática, respetuosa, alegre, entusiasta, motivadora, y me gusta mucho la gente, soy graciosa, soy una persona que defiendo mis derechos, que intenta que los demás escuchen, y muy luchadora y constante”.

 

 

Tiene 33 años y como quiere que la escuchen, también lleva otros seis comprometida con el activismo  “porque yo creo que todavía queda mucho por hacer en la inclusión educativa y hay que seguir luchando por la inclusión laboral, también la inclusión social, porque son cosas muy importantes, son derechos que tenemos las personas con discapacidad que se siguen vulnerando y hay que demostrar a la sociedad que somos muy capaces; yo nunca diría discapacidad, diría capacidades, es una palabra muy bonita”. 

 

El deporte le gusta mucho, sobre todo el Valencia Basket Club, al que están abonados ella y su familia y disfrutan viendo en directo los partidos, y le encanta viajar. Londres, París, Roma, con su Fontana de Trevi, el País Vasco, Asturias... son algunos de sus lugares preferidos, y sueña con viajar a otros como Praga, Florencia y Nueva York, donde quiere recorrer el escenario de una de sus películas favoritas. 

 

Pero lo que más le gusta, desde hace apenas tres años, es “estar con mi sobrina”, que pronto cumplirá cuatro. Esos momentos son los mejores, aunque se apasiona también cuando habla de su activismo, o de la política, y afirma con seguridad que “los políticos deberían dejar de discutir tanto y respetar sobre todo nuestros derechos y que se hagan leyes que favorezcan nuestros derechos; llevo 6 años en política, y lo que yo quiero es la inclusión educativa, porque hay todavía políticos que no lo piensan así, y la inclusión laboral igual, a veces veo las noticias y veo que hay muy pocas personas trabajando con discapacidad en empleos ordinarios y yo creo que la mejor forma es contratar a más personas con discapacidad y demostrar siempre que lo sabemos hacer”.

 

 

Blanca cree que todavía sigue habiendo muchos prejuicios y estigmas y asegura que para lograr una mayor inclusión social “lo que hay que hacer es que la sociedad esté preparada y que nos acepte, que nos valore y nos respete y que luchemos juntos para que haya una inclusión efectiva; hay que luchar desde dentro de los partidos para que todo eso se cumpla”.

 

Insiste en la falta de acuerdo entre los políticos y lo mucho que discuten, esos desencuentros son a su juicio un problema y le preocupa seriamente: “Para mí la política debería ser el que todos los partidos se juntaran para hacer un proyecto en común, por las personas con discapacidad, por ejemplo, que todavía hay cosas que faltan por hacer y por luchar y no estar a la gresca unos con otros”.

 

También “la sociedad tiene una tarea de ayudarnos en ese sentido”, afirma Blanca. “De aceptarnos como somos porque somos muy capaces, tenemos muchas capacidades y yo creo que está muy bien este tipo de entrevistas, hacer una charla, la sensibilización para que la sociedad nos vea, nos ponga voz y nos conozcan y allá donde voy habló también como mujer, mujer y discapacidad, que hay que luchar el doble y por eso soy patrona de la Fundación CERMI Mujeres”. Y por eso Blanca ha estado en Segovia, hablando con empresarios para que contraten a más personas con discapacidad, también se reunió con la entonces princesa Letizia, en un acto privado, y “le conté un poco mi vida y lo que yo pienso”, y ha intervenido en varios congresos, así como en las Cortes valencianas. 

 

En este camino que Blanca recorre con pasión y lucha, buscando nuevas vías de actuación, de compartir con los demás, acaba de publicar ‘Días de sol’, un libro donde habla abiertamente de su vida, su familia y su compromiso social y político, a la vez que reflexiona sobre las particularidades y necesidades de las personas con trisomía 21 o síndrome de Down: “Contando lo que yo pienso y que tenemos muchas capacidades, que la sociedad nos tiene que aceptar y respetar, porque nosotros sí que respetamos a los demás; que nos acepte de una vez, porque todavía sigue siendo injusta a veces”.

 

Aunque asegura que vive el presente, también tiene planes de futuro y le gustaría seguir luchando por sus derechos: “Me gustaría que la sociedad algún día me respete como mujer y como persona con discapacidad, me gustaría seguir promocionando mi libro y también quiero estar en política, ser alguien importante, dirigente o algo así, para defender mis derechos y como mensaje final para todos, quiero decir que rememos todos juntos porque podemos conseguir muchas cosas si lo hacemos así y si algún político me está oyendo, que nos ayude, por favor, en esta lucha”.