Es absolutamente indiscutible el hecho de que las organizaciones que integran el tejido asociativo de la discapacidad se encuentran en estos momentos atravesando circunstancias convulsas que hasta hace bien poco resultaban imprevisibles. Esto es especialmente palpable en la Comunidad Valenciana.

 

Los avances en materia de protección social experimentados en los últimos lustros, hacían prever que se caminaba en la dirección adecuada y que con el paso del tiempo se podría garantizar a las personas con discapacidad un alto grado de inclusión y una excelente protección social en todos los aspectos considerados imprescindibles para una vida digna.Una concienciación social cada vez más evidente y una legislación cada vez más tendente a promover una igualdad de oportunidades  y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos así lo auguraban.

 

El momento socioeconómico que nos está correspondiendo vivir ha trastocado sustancialmente esta apreciación al comprobar que las estructuras de apoyo creadas para este colectivo iniciaban un proceso de desestabilización, consecuencia de la disminución y retraso en la entrada de recursos económicos que las hacían viables y efectivas. Pero con todo y gracias ala especial entrega y sentido vocacional del colectivo profesional que trabaja en nuestro ámbito, podríamos constatar que lo más duro parece haberse superado y que en estos momentos nos podríamos  encontrar ya iniciando una, aunque lenta, andadura de recuperación de posiciones perdidas.

 

Pero, llegados a este punto nos preguntamos; ¿Qué está ocurriendo?, si se habla de reducción de impuestos a los ciudadanos, si ya empezamos a reembolsar a Europa las ayudas económicas recibidas,si por fin los indicadores macroeconómicos parecen ofrecer datos esperanzadores y hastala famosa prima de riesgo ha descendido notablemente y sube la bolsa. No se entiende bien porqué necesitamos precisamente ahora de un sobreesfuerzo económico, justamente de las personas con discapacidad, generalmente las económicamente más desfavorecidas en forma de COPAGOSfarmacéutico,ortoprotésico, asistencial, cuando es sabido que estos apoyos nunca fueron “gratis total” sino que desde siempre las personas con discapacidad contribuyeron razonablemente en forma de aportación familiar al coste de los servicios,imprescindibles para el normal desarrollo de su vida diaria,que recibieron.¿Era absolutamente necesario recurrir a los exiguos medios económicos con los que en la mayoría de los casos  sobreviven estas personas?

 

Si nos detenemos a recapacitar sobre las circunstancias familiares que concurren en un gran número de personas que se han visto afectadas por estas medidas y analizamos en profundidad la situación económica a la que las aboca de por vida esta medida, sinceramente la tristeza nos embarga. Y ese es justamente, tristeza e impotencia, el sentimiento que las familias de personas con discapacidad perciben y manifiestan a diario en el seno nuestras organizaciones del Movimiento Asociativo FEAPS.

 

–Mi familia no lo va a poder soportar. –Nosotros no podemos pagar esas cantidades.–Pero, si no tenemos dinero.–Tendremos que sacar a nuestro hijo del Centro. –Mis padres lo arreglaron todo para que a mi hermano no le faltara nunca nada y ahora ya ves, no le quedará ni para el campamento de verano. –Y si no le alcanza, ¿yo como tutor lo tendré que pagar? –Hemos recurrido en alzada y nos lo han denegado. –¿Qué podemos hacer ahora por nuestro hijo?

 

Preguntas y más preguntas ante un panorama ciertamente preocupante para un gran número de familias, que se debaten ante las resoluciones recibidas y la expectativa de que se negocie algún tipo de solución. Así está ocurriendo en la Comunidad Valenciana, una de las más afectadas en este asunto, en donde el comité ejecutivo del CERMIC.V. –en representación de las catorce federaciones de la discapacidad, entre ellas FEAPS C.V.–, mantiene una intensa negociación con la Conselleria de Bienestar Social paratratar de solventar un conflictocuyo origen se sitúa en el decreto 113/2013 de 2 de agosto de la Generalitat Valenciana,que se ha sido recurrido por el CERMI C.V. ante el Tribunal Superior de Justicia valenciano y que en estos momentos se encuentra  a la espera de sentencia.