Síguenos en

  • Ir a Cermi en facebook.
  • Ir a Cermi en twitter.
  • Ir a Cermi en Linked in.
  • Ir a Cermi en Instagram.
  • Ir a Cermi en Youtube.

CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 27 de marzo de 2015cermi.es semanal Nº 161

Ir a Cermi en Instagram.

"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Cultura

Juan Ramón Biedma, escritor

“No hay nada que nos proteja eficazmente de la maldad”

Esther Peñas

Adentrarse en el universo literario de Juan Ramón Biedma (Sevilla, 1962) es descender al lado más cavernoso de la vida, desplazarse por las galerías húmedas de la sombra humana, donde el aire viciado nos desasosiega y el paso, incierto, siempre conduce al precipicio. Pero su maestría al escribir nos atrapa en esas alucinógenas atmósferas de las que uno, en el fondo, no quiere salir. Su última novela, ‘Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado’ (Lengua de trapo) ha sido reconocida con el Premio Valencia de Novela Negra. Un apetitoso reencuentro entre Holmes y Moriarty, rodeados de un crisol de personajes que se retuercen, en última instancia, contra sí mismos. Biedma estudió Derecho, se desplaza en silla de ruedas como consecuencia de una parálisis sufrida de niño y trabaja en Gestión de Emergencias, empresa de la Junta de Andalucía.

Juan Ramón Biedma, escritor¿Por qué se presta tanto la época victoriana a lo sublime, utilizando la acepción de Burke en tanto que perverso, de terror cotidiano e inevitable...
 
No sé... quizás por asociación, asociamos esas aventuras que leímos de jóvenes (de Stevenson, Wilde, Conan Doyle) con carruajes de caballos, callejones mugrientos y llenos de niebla... es un paisaje natural que lo ubicamos perfectamente. 
 
Los títulos de los capítulos no son fortuitos, todos llevan el prefijo de la negación (desposesión, desencadenamiento, desventura, desplomo, desembocadura)...
 
Así es, de alguna manera la novela es también la historia de una decadencia de gente que ya vivía un poco al límite de sí mismos pero que, si le damos una vuelta de tuerca, descubrimos que podía sucumbir aún más; hablamos de gente abocada a su propio destino, ese sería un buen resumen, la historia de quienes viven una especie de determinismo creado por ellos mismos. Sherlock Holmes, Moriarty, Rambalda, Cox... se han marcado una manera de hacer las cosas, de conducir su vida que, a pesar de ser conscientes de que les está dinamitando su existencia, son incapaces de cambiar el timón, el rumbo, y continúan, conscientes de que les lleva a un aniquilamiento anunciado, pero que renunciar a él sería como renunciar a su propia identidad. Nos pasa a muchos de nosotros, nos marcamos una especie de hoja de ruta y nos resulta difícil cambiarla; preferimos seguirla, nos lleve a donde nos lleve.
 
La historia de Cox, que es un romántico, ¿puede entenderse en clave de redención?
 
No lo vería en ese sentido, no creo en las redenciones ni que este tipo la necesite, es más bien una víctima que años después vuelve a sufrir una manipulación en manos del mismo verdugo, del poder. No veo que necesite redención, hay un tímido intento de cambiar de vida, un conato de ilusión que se va al diablo, pero sí creo que das en el clavo con lo de la clave romántica. En general, es una novela palmariamente romántica, de un marcado romanticismo en el viejo sentido, en el sentido decimonónico, de gente que actúa impulsada por el sentimiento por encima de la razón. Si los protagonistas de la novela se hubieran detenido a pensar en sus intereses probablemente todos hubieran actuado de manera muy distinta. Sobre todo Cox, que actúa movido por el impulso del recuerdo, del romance que tuve con Rambalda; es consciente de que no se volverá a repetir, pero es incapaz de quitarse de en medio.
 
¿Y Wildeman? ¿Una vida enfangada en el horror puede sufrir, como la suya, una epifanía?
 
En muchos casos, y lo podemos ver entre nosotros, ese tipo de miseria extrema es un buen caldo de cultivo para ciertas forma de epifanía; de hecho, y estoy trabajando mucho en este sentido, si nos adentramos en los suburbios de extrarradio, en los lugares más castigados por la pobreza, determinadas iglesias, especialmente a día de hoy las evangelistas, proliferan de manera asombrosa porque la gente que vive allí necesita un vehículo que les acerque a un dios tan pobre, mísero y yonqui como ellos. Creo que en determinadas circunstancias, y si los pastores son lo bastante listos y sibilinos, convertirán la miseria en el puente perfecto para abrazar cualquier tipo de religión.
 
Portada de ‘Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado’, de Juan Ramón BiedmaEmparenta al profesor Moriarty con los socialistas utópicos, especialmente con Fourier. Es fantástico...
 
No me parecía muy coherente al principio, quería escribir algo en que un villano, el malvado por antonomasia, llevase a cabo una empresa social, de manera que si lo eliminásemos tuviera consecuencias funestas para personas inocentes. Ese era mi desafío. Asociar a Moriarty con los socialistas utópicos me resultaba muy forzado, hasta que encontré el nexo de las matemáticas. Él fue un prodigio en este campo, y lo revolucionó a los 21 años, así que de pronto encontré la posibilidad de introducir los falansterios, basados en las 1600 que los componían como número perfecto para que la comuna tuviera éxito y sentido, y todo encajó.
 
Dice Moriarty: “llevo toda la vida intentando que los demás me contagien de algo, de lo que sea”, como si le moviese el hastío...
 
El hastío y de una tremenda lucidez, porque es consciente de su falta de empatía para con la gente, y siente la nostalgia de esa empatía.
 
¿Es bueno que Holmes admire el mal?
 
Es lógico que así sea... de tanto rozarse con él surge algún tipo de atracción aunque sea solo como herramienta; coquetea con la posibilidad de usar el mal como fórmula para conseguir sus fines, esta posibilidad de tomarse la justicia por su mano, de actuar al margen de la ley.
 
¿Qué tiene Holmes de fascinante?
 
Fíjate... pasa el tiempo y cada vez hay más gente fascinada por él, que conoce todos los detalles de sus historias, por nimios que sean. Lo entiendo porque, de alguna manera, es un personaje contradictorio: de una parte, es un tipo transgresor, convertido en un sujeto asocial, su interés por la humanidad es muy discutible, y mantiene una capacidad mínima de simpatizar con la gente y, sin embargo, a la vez es el gran defensor de los valores de su época, restablece la justicia y es capaz de entregarse con una generosidad absoluta, convirtiéndose en muro último de defensa de la sociedad en la que está. Esa contradicción lo hace singular. 
 
Qué idea fue peor, ¿acabar con Holmes o resucitarlo?
 
Jajaja, qué bueno... Conan Doyle estaba en su derecho de hacer ambas cosas, pero la peor fue resucitarlo, porque creo que uno debe ser consecuente con lo que decide, a pesar de que nos hubiéramos perdido alguna de las mejores historias, incluida mi favorita, ‘El sabueso de los Baskerville’. Como autor, yo nunca lo hubiera hecho, aunque también es cierto que me lo hubiera pensado un poco más a la hora de asesinarlo. 
 
A lo largo de la novela, la frontera entre lo cotidiano y lo terrible es tan tenue... ¿todos llevamos una bestia dentro?
 
Sin duda, esa frontera está ahí, tan cerca... una vez que nos veamos en una situación lo bastante límite, cualquiera es capaz de cualquier cosa, no creo que los asesinos, ni siquiera los más atroces, constituyan una raza aparte ni sean una casta extraterrestre, sino que son gente a la que se le han roto determinados frenos y a la que se le ha ido deteriorando los asideros culturales y humanos. Eso, unido a la mala suerte y, por tanto, cualquiera en esa situación quizás no llegaría a este punto que llegan alguno de ellos, pero no sería muy distinta su conducta.
 
Pienso en la conversación entre el abad y Moriarty, citando ‘Ricardo III’. Si la cultura no nos preserva del mal,  ¿qué nos protege de él?
 
La cultura no sólo no nos protege del mal, aunque sí en la mayoría de los casos, sino que, en algunos casos, puede ser incluso una manera de afianzar ese mal. No hay nada que nos proteja eficazmente no del mal sino de la maldad, la maldad es inherente a todos, en mayor o menor medida. Lo mejor es confiar en tener una buena dosis de fortuna que nos permita mantenernos incólumes a la tentación de machacar a alguien para sobrevivir.
 
“En aquella maldita nación las clases bajas son masacradas y callan, las clases medias procuran distraerse y callan, la clase dominante no necesita callarse pero mantiene el escenario en perfectas condiciones con toda discreción”. Por un momento, pensé que leía el periódico.
 
Sí, a lo largo del libro, en muchas ocasiones también pensé que hay importantes paralelismos entre una gran ciudad de nuestros días y el Londres de finales del XIX, ciudades como Sevilla o Madrid, con grandes núcleos de población no del todo bien incrustada, viviendo unos momentos de recesión importantísimos, con dirigentes que viven centrados en unos intereses alejados de las necesidades de los más desfavorecidos; es decir, que determinadas situaciones han cambiado muy poco, desgraciadamente.
 
Pienso en Daniel Frederiksen, ¿el discípulo siempre se rebela ante maestro?
 
Es lo suyo, de otro sería un discípulo mediocre; al fin y al cabo eso es lo que esperamos, que los hijos nos maten un poco a los padres para ver cómo arrancan. Quería retomar esa historia porque Conan Doyle, con todo su derecho, profundiza poco. Frederiksen sí está en busca de redención, a su manera, ha encontrado cierta paz en su pareja, viviendo en un agujero oscuro, es capaz de liberarse de los fantasmas que lo persiguen.
 
El grial, fotografías del alma, muertos que resucitan... ¿la muerte nos aterra y nos fascina a partes iguales?
 
La muerte nos aterra. Punto, se acabó. Lo de la fascinación es poesía, literatura, defensa propia, recursos que utilizamos para neutralizar el terrible pánico que nos provoca la muerte, el germen de todas las religiones del mundo, lo demás es adornar el tema y convertir en literatura el pánico.
 
¿Por qué le interesa tanto lo terrorífico?
 
Para parte de mi generación el terror es una parte muy asumida en nuestra vida, una parte oscura, reivindicamos y apostamos por esa zona oscura, depravada si quieres, que hay en todos nosotros, lo tenemos tan presente que nos resulta natural y termina aflorando en lo que escribimos. Tanto es así que ni siquiera terminamos considerándolo terror como tal, sino parte de la vida. Además, es una metáfora perfecta para indicar que la vida de la gente no es simple y llanamente lo que vemos en el exterior, sino que hay un trasfondo que nos condiciona a todos, una tendencia hacia lo extremo, lo oculto, lo degradado, hacia nuestro propio abismo que está ahí y debe estar presente también en las historias que escribimos. 
 
A pesar de imaginar a la reina Victoria sodomizada por su criado en la chimeneas de palacio... ¿usted duerme plácidamente?
 
Jajaja... ¡Son ese tipo de imágenes las que me hacen dormir plácidamente y las que me hacen la vida menos monótona!
 
El título, tan admonitorio, ¿lo tuvo claro desde el principio?
 
Soy incapaz de trabajar en algo que no tenga título, pero en este caso lo hice con uno provisional que nunca me terminó de convencer del todo; al final, con la novela terminada la envié al Premio Valencia de Novela Negra con este título definitivo, el verso de Wilde. Después, aunque el editor tenía reticencia, lo aceptó sin grandes inconvenientes, cosa que le agradezco.
 
Una última, ¿preferiría tomarse un café con Holmes o con Moriarty?
 
Con Moriarty, sin duda. Holmes es un tipo incómodo, misántropo, incluso le daría algún acceso de ira. Moriarty guarda mucho más las formas, es mejor conversador, aunque seguramente me enviase un esbirro para liquidarme después de ese café.
  • facebook
  • twitter
  • linked in
  • enviar a un amigo
  • imprimir noticia

Con el apoyo de:

  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Secretaría de estado de servicios sociales. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Fundación ONCE. Abre una ventana nueva.
  • CERMI. Innovación social en discapacidad. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Asuntos sociales, unión europea y cooperación. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Hablamos de Europa Abre una ventana nueva.

    ¿Dónde estamos?

    Calle Recoletos, 1 Bajo, 28001 Madrid - España