Agradezco la oportunidad que me brinda CERMI de publicar estas líneas respecto a la Conferencia sobre el Futuro de Europa que organiza y promueve el Parlamento Europeo.

 

Quiero felicitar tanto a CERMI como a CERMI Mujeres por haberse adelantado a la conferencia y haber aportado un documento amplio y ambicioso sobre la Europa que el futuro en igualdad necesita.

 

Estoy convencida de que la mejor manera de realizar una conversión social de la Unión Europea es establecer y llevar a cabo, de la mano de la sociedad civil con CERMI como ejemplo, políticas públicas exhaustivas y transversales que tengan la discapacidad como eje de operación para lograr la igualdad, es decir, para compensar las desventajas de partida y situar a las personas con discapacidad en posiciones equiparables al resto de la población.

 

Una Europa inclusiva pasa por garantizar que todas las políticas públicas se construyan a partir de la Convención sobre los Derechos Fundamentales de las Personas con Discapacidad y se alinee con la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

 

Así, debemos trabajar en la dirección que nos marca que el Pilar Europeo de Derechos Sociales debe dotarse de carácter vinculante en todas las estrategias de la Unión Europea.

 

Por ejemplo, para garantizar el cumplimiento efectivo de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Unión Europea debe vincular los indicadores de desarrollo de sus estrategias a los índices de cumplimiento de la Convención.

 

La agenda política en favor de las personas con discapacidad y sus familias es tan extensa como ambiciosa y nos debe ocupar y preocupar a todos.

 

En cuanto a la participación, es fundamental que todas las personas tengan voz, que todas sean visibles y tengan garantizado su derecho a participar en igualdad de condiciones. Asegurar la accesibilidad de todas las vías de participación para garantizar el derecho de las personas con discapacidad mayores, de los adolescentes y los niños y niñas con discapacidad a ser escuchadas y a manifestar su voluntad y opinión acerca de todos los temas que les afectan.

 

La movilidad también es fundamental: una Europa sin barreras, que contemple la accesibilidad como un requisito previo que garantice la calidad de vida y la igualdad eliminando las barreras que restrinjan o impidan la participación plena y efectiva de cada persona con discapacidad.

 

La libre circulación de personas debe serlo sin discriminaciones, garantizando la accesibilidad universal y eliminando las barreras a la movilidad, al transporte, a la digitalización y a la información, a la cultura, al ocio, al turismo y al deporte.

 

Las mujeres con discapacidad son una de mis prioridades en mi acción política como eurodiputada porque son más vulnerables. Corren un mayor riesgo de sufrir violencia de todo tipo y de abuso sexual y, además, se ven más afectadas por múltiples formas de discriminación. Las mujeres y niñas con discapacidad siguen sufriendo discriminación en todos los ámbitos de la vida: desventajas sociales y económicas, tasas bajas de empleo y un índice de pobreza mucho más elevado. Además, las madres y cuidadoras de personas con discapacidad tienen que luchar contra importantes barreras en la conciliación de su vida personal y profesional.

 

Es esencial la visibilidad de la discapacidad desglosada por sexo sobre los que la Unión Europea debe mejorar sus políticas públicas. La invisibilidad del sesgo de discapacidad sumado al sesgo de género afecta gravemente a las mujeres y niñas con discapacidad y debemos utilizar los indicadores de discapacidad desagregados por sexo, edad y tipo de discapacidad.

 

Es evidente que un artículo no puede expresar todas las prioridades que tenemos en defensa de la igualdad de las personas con discapacidad: una verdadera agenda digital inclusiva, la protección social, la inclusión laboral, la lucha contra la pobreza que tanto afecta a las personas con discapacidad, la movilidad pública de las PMR, la inclusión educativa a todos los niveles, la accesibilidad a los nuevos desarrollos tecnológicos y la Inteligencia Artificial, el avance hacia una Unión Europea de la Salud, hacia una Unión Europea de lo Social, y un largo etcétera. Cada una de esas prioridades daría para cientos de artículos.

 

No quiero acabar sin mencionar que la Europa de las Personas será de verdad inclusiva cuando lleve a cabo una estrategia innovadora para combatir esa catástrofe social que es la Soledad no Deseada.

 

Como afirma Luis Cayo Pérez Bueno, presidente de CERMI, "falta relato social europeo", tenemos que visibilizarlo y explicarlo porque "Europa debe liberar su potencial inclusivo".

 

A eso dedico mi actividad en el Parlamento Europeo con la ambición de colaborar en la transformación social de la Unión Europea e incorporar la discapacidad en todas sus grandes estrategias.