¿Qué impulsó al Hospital Universitario Virgen Macarena (HUVM) a aceptar la plaza BIR de Carmen Lafuente, bióloga con discapacidad audiovisual que fue rechazada en otros hospitales?

 

Desde el HUVM tenemos un alto compromiso con la incorporación de personas con algún tipo de discapacidad. Entendemos que estas personas deben tener las mismas oportunidades que el resto de la población. Al final es una cuestión de filosofía, de organización y de voluntad.

 

Aunque al final Carmen Lafuente no ha ocupado dicha plaza, ya que aprobó una oposición al CSIC, lamentó mucho no poder aprovecharla, ¿cómo ha resultado la experiencia de compartir una semana con ella, cuando la invitaron al hospital para detectar las necesidades de apoyo o adaptaciones posibles?

 

En este sentido me gustaría destacar la experiencia desde dos perspectivas: una personal, que fue inmejorable; Carmen es una persona con una gran fuerza de voluntad, que ha superado grandes retos y este era uno más, que desde el primer día tomamos como compartido y nos encantó formar parte de su vida; ha sido una experiencia que nos ha hecho crecer como personas sin lugar a dudas; y la segunda perspectiva, del Hospital, que puso de manifiesto mucho de nuestros valores; fue un desafío apasionante, que nos hizo pensar mucho, no solo sobre este caso, si no sobre otros muchos profesionales y usuarios que ya están, visitan nuestro centro. Como decía previamente, nos hizo plantearnos qué tipo de organización somos, hacia dónde queremos caminar y cómo queremos que se nos identifique. Y en este sentido, todos los profesionales implicados en el proyecto estuvieron alineados con lo que aspiramos ser.

 

Proyectos como estos nos hacen mejores personas y mejor Hospital, pues son una forma de detectar áreas de mejora y seguir creciendo en ambos sentidos.

 

¿Cuáles eran las principales carencias del hospital en materia de accesibilidad?

 

El Hospital lleva años trabajando en mejorar la accesibilidad de personas con discapacidad y eso fue una gran ventaja. Fundamentalmente por nuestra cultura de inclusión ya comentada. Prueba de ello es el cambio que ha sufrido todo el acceso externo a nuestro centro, que es un gran reflejo de lo que estamos comentando. Las dificultades del caso concreto de Carmen estaban más orientadas a la adaptación de un laboratorio a una persona con déficit visual, pero con el esfuerzo de los profesionales del Hospital y la ONCE, creíamos que se podrían solventar.

 

¿Qué fue lo más fácil de adaptar y qué lo más difícil?

 

Lo más fácil, contar con el apoyo al proyecto de todas las unidades implicadas, representadas por sus profesionales (Servicio de Bioquímica y Jefatura de Estudios, principalmente). Lo destaco, pues esto suele ser lo más difícil en la mayoría de los proyectos.

 

Lo más difícil, manejar la incertidumbre. Nosotros apostábamos por la incorporación de Carmen al 100 % e íbamos a ‘poner toda la carne en el asador’, pero estaba claro que hasta que Carmen no comenzará a trabajar no íbamos a saber cómo se desarrollaba todo para lo que se había trabajado tanto.

 

¿Cómo reaccionó el personal que participó en esta semana con Carmen Lafuente?

 

Sin duda fue lo mejor. El jefe de Servicio de bioquímica, el supervisor de enfermería, los tutores, la jefa de estudios, el resto de profesionales de la Unidad, los médicos del trabajo, todo los profesionales implicados, no quiero que ninguno se quede sin reconocer, se volcaron en el proyecto. Sinceramente, desde el primer día todo el mundo estaba convencido de que se iba a sacar adelante.

 

¿Qué fue lo que más les impactó en estos días de aprendizaje mutuo?

 

La fuerza de voluntad de Carmen y el avance tecnológico tan importante, que puede hacer que un laboratorio se adapte a una persona con estas dificultades.

 

¿Han iniciado un nuevo camino de inclusión de profesionales con discapacidad o ya estaban en esa senda?

 

Más bien lo último. Tenemos profesionales, tanto personal con plaza como en formación, con distintas discapacidades. Ahí es clave la labor que se realiza desde la Unidad de Vigilancia de la Salud, Unidad de Prevención de Riesgos laborales, que hacen un perfecto análisis de la situación de cada profesional y asesoran a la dirección, para que la inclusión de estos profesionales sea la adecuada.

 

¿Qué iniciativas planea el hospital para seguir esa línea?

 

Existen varias, pero yo destacaría esta misma entrevista. Es decir, la difusión de las iniciativas que llevamos a cabo. Es importante que la sociedad sepa qué tipo de hospital somos, que estamos comprometidos y que no nos dan miedo estos retos.

 

¿Las experiencias de este tipo son compartidas con otros profesionales del sector?

 

Yo diría que más desde el punto de vista informal que formal, pero cada vez somos más partidarios de medir aquellas iniciativas que vamos incorporando, en especial las que estamos desarrollando a través de nuevas tecnologías (por ejemplo, aplicaciones móviles), cuyos resultados solemos difundir en los foros científicos y gestores sanitarios.