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viernes, 06 de marzo de 2015cermi.es semanal Nº 158

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Entrevista

Berta Brusilovsky, arquitecta y autora del “Modelo para diseñar espacios accesibles. Espectro cognitivo”

“Para que seamos todos iguales, el espacio debe permitir la comprensión de todos”

03/03/2015

Blanca Abella - Imágenes: Jorge Villa

La sensibilidad es lo primero, por eso Berta Brusilovsky trabaja voluntariamente con los futuros diseñadores de espacios, para que sepan cómo hacerlos accesibles para las personas con discapacidad intelectual, para lograr que estas personas sean autónomas. Y por esa misma razón ha desarrollado un modelo para el diseño accesible que se basa en la orientación espacial. Es el espacio el que debe guiar a las personas, afirma, las señales deben aparecer cuando ese espacio no sea capaz de orientar por sí mismo. El espacio debe permitir la comprensión de todos. Esa es la igualdad.

Berta Brusilovsky, arquitecta¿Cómo ha sido el recorrido que ha llevado a una arquitecta a crear un modelo de accesibilidad cognitiva?
 
Empecé en 1996 con una beca de la Fundación Mapfre Medicina. Había un director muy interesado en el tema de la accesibilidad y le propuse hacer un proyecto sobre viviendas con apoyos para personas con discapacidad intelectual, a pesar de que en ese momento nadie hablaba de accesibilidad cognitiva. Era un proyecto de viviendas con apoyo, se basaba en las buenas prácticas arquitectónicas y de entornos para personas con discapacidad intelectual. 
 
Soy arquitecta pero tengo que luchar con otras profesiones, que realmente son los que trabajan con la discapacidad intelectual (psicólogos, médicos, trabajadores sociales...) no tenía conocimientos en esas áreas pero la investigación te lleva también a conocerlas.
 
¿Por qué accesibilidad cognitiva?
 
Porque convivía con el hijo de una prima con discapacidad intelectual. Observé su forma de comportarse, de dirigirse al entorno, sus dificultades de movilidad, de orientación... y entonces decidí presentar esta beca, me la concedieron, hice un proyecto innovador, pero en ese momento no encontré el nicho que hay ahora. El último objetivo de este libro es la autonomía de las personas, especialmente de las personas con discapacidad intelectual. Lo que realmente hace autónoma a la persona es el sistema de apoyos, y ¿qué hago yo con el espacio?, convertirlo en un sistema de apoyos.
 
Hace 20 años no era corriente hablar de accesibilidad y menos de accesibilidad cognitiva, la discapacidad intelectual era menos visible. ¿Cómo trabajó usted en estas circunstancias?
 
Estuve investigando la discapacidad intelectual en libros de 1996, donde se hablaba de otra manera, entonces no se hablaba de apoyos como ahora pero yo sí hablé de los ajustes del entorno. En 1996 no necesité que nadie me explicara que el entorno tiene que adaptarse a las personas, no las personas al entorno.
 
Y esa beca ha sido el comienzo de una historia que continúa en nuestros días con la elaboración de este modelo, ¿cómo ha sido el proceso?
 
En 2007, tras trabajar unos años en temas de cooperación internacional, retomé este proyecto y ya entonces se empezada a hablar de la accesibilidad cognitiva. En 2011 decidí hacer un máster, mi objetivo era hacer un doctorado en la escuela de arquitectura, pero desgraciadamente no encontré el ambiente necesario, no hay posibilidades de hacerlo en este tema y por eso hice el máster de “Accesibilidad y diseño para todos” de La Salle. Como trabajo final hice el modelo para diseñar espacios accesibles, que creo que es el primero con este contenido metodológico, el “Modelo para diseñar espacios accesibles. Espectro cognitivo”, Colección Democratizando la Accesibilidad, de La Ciudad Accesible
 
Berta Brusilovsky, arquitecta¿Para qué y para quién es este libro?
 
Va dirigido a todos aquellos que quieran entender cómo el espacio debe ajustarse a través de unos elementos de diseño para que las personas con diversidad cognitiva puedan comprenderlo, movilizarse y orientarse. 
 
Actualmente trabajo con 45 alumnos de la Universidad Politécnica de Madrid, en la Escuela Técnica Superior de la Edificación. Mi libro va dirigido a todo el que quiera leerlo pero básicamente a los técnicos que van a diseñar los espacios, a los arquitectos, ingenieros, trabajadores sociales, educadores e incluso psicólogos, porque cuando se diseña por ejemplo un colegio también hay psicólogos, ¿no?
 
¿En qué se basa su modelo de diseño de espacios accesibles?
 
Trabajo con la característica básica de la orientación espacial. Si no tienes orientación espacial te faltan cualidades, es fundamental para todo, está ligada a la memoria y si te falla la memoria no puedes tener esa orientación. Es un aprendizaje espontáneo desde la infancia y eso permite luego movilizarse e insertarse en el entorno. Las personas debemos aprender a orientarnos desde nuestro espacio hacia el que está más allá, donde se pierde la seguridad porque se ha perdido el espacio del propio yo. La orientación espacial se basaba en las señales, pero desde hace unos cinco años se trabaja también muchísimo con los sistemas de comunicación alternativa, que son los pictogramas, la lectura fácil, etc. 
 
¿Qué recursos presenta el modelo que usted ha creado?
 
Mi modelo se basa en la ausencia de señales. En el origen de mi modelo es el espacio el que debe guiar a las personas. Las señales deben aparecer cuando el espacio no sea capaz de orientar por sí mismo. Si llegas a un punto y te encuentras con un centro del que parten varios caminos, si cada camino está pintado de un color, sabes que para llegar a la sala verde tienes que coger el camino verde. Si desde el origen del diseño la sala verde tiene un conductor o pasillo verde, si desde el origen del diseño fuéramos capaces de orientar a las personas con el diseño… El diseño son formas, colores, iluminación y por supuesto también señales, cuando sean necesarias.
 
Berta Brusilovsky, arquitectaTambién es un modelo basado en una serie de principios universales, el primero de los cuales es romper el efecto laberinto. El segundo es la limpieza topológica o del diseño, no debemos diseñar confusión ni exceso de elementos. Y hay un principio universal que es fundamental, debemos hacer elementos comprensibles de lectura, de gráficos, pero el propio espacio debe ser comprensible. Tiene que haber referencias claras tanto de contenido como de lugar y por eso el sitio donde coloques la información es fundamental. La señalética, la referencia es muy importante, pero si no se elige el lugar preciso, no sirve para nada. 
 
Luego hay otros principios del diseño que también son fundamentales, como el efecto umbral. Por ejemplo, cuando ves un largo pasillo, muy largo, muy largo, necesitas una serie de umbrales que confirmen que vas por buen camino. 
 
En cualquier caso, todo lo que usted establece como principios fundamentales son además líneas de trabajo lógicas e incluso de sentido común.
 
Pero puedes tener una lógica organizada o una lógica inversa, y lo que tiene mi modelo es una lógica organizada, que es lo que necesita también la mente para discernir. Doy un método de trabajo sistemático y organizado para que encuentres lo que debes encontrar, que son esos elementos que debe tener ese espacio para que permita la orientación espacial, para que sea más fácil y comprensible.
 
Afirma usted que actualmente imparte clases a unos 45 alumnos, ¿son personas sensibilizadas con la importancia de la accesibilidad cognitiva?
 
Lo bueno de estos estudiantes es que se inscriben en una asignatura que además es optativa, la eligen ellos. Para mí esta transferencia de conocimientos es un intercambio muy activo, no doy clases, llevo un power point, hablo con ellos, ellos leen el power point, discutimos y dan su opinión y su emoción. La semana que viene, por ejemplo, van a interactuar con personas con diversidad cognitiva, que vienen de Plegart 3 (Centro Ocupacional de Afanias para personas con discapacidad intelectual) a hacer evaluación de espacios a la universidad. Estas clases son magníficas. Gracias a ellas ya hay 75 alumnos formados en esto y la formación tiene que seguir y seguir.
 
Berta Brusilovsky, arquitecta¿Cómo se ha producido esa colaboración con Plegart 3?
 
No creo en el destino pero en este caso sí, Plegart 3 y yo teníamos que encontrarnos, hay encuentros que se tienen que dar. Iba por la calle en enero de 2014, por  Atocha, y me encontré con un grupo de personas con discapacidad intelectual, entablé conversación con ellos y surgió la posibilidad de interactuar porque además en ese momento ellos tenían el encargo para hacer la accesibilidad cognitiva del ayuntamiento y del centro de mayores y no tenían un método de trabajo fácil. Hicimos un curso online de la Ciudad Accesible y empecé a trabajar con los usuarios de Plegart 3. Hicimos comprensible el modelo, por eso el libro tiene ya unas tablas del modelo en lectura fácil. Para el trabajo de campo ellos van caminando e identificando sus dificultades con un esquema previo de trabajo, es desenredar lo enredado, como dice uno de estos colaboradores de Plegart 3. 
 
Lo ideal es crear espacios accesibles desde el principio, es posible que algún día lo logremos, pero ¿cómo?
 
Con sensibilidad. La sensibilidad viene de hablar tú y yo ahora, por ejemplo. No tengo cátedra en la universidad pero colaboro con la catedrática de 'Accesibilidad en la edificación' para ofrecer este modelo, es una colaboración voluntaria para que la accesibilidad sea universal. Aparezco donde me llaman porque creo que todo lo que diga es importante, aunque cometa errores, que cometo muchos porque soy arquitecta, porque si en esto no se hace difusión no hay sensibilización. Quiero que a las personas con diversidad cognitiva no se las mire de una manera especial, quiero que no se las mire, que sean como cualquiera, que sean invisibles como todos, que no llamen la atención por su diversidad.
 
Cuando ves una persona en silla de ruedas y una rampa, y esa persona sube esa rampa sin pedir ayuda a nadie, esa persona no se ve, es una más del grupo de personas que llegan a ese lugar. Pero cuando esa persona llega con su silla y encuentra una escalera, ahí es cuando se distingue. Para que seamos todos iguales, el espacio debe permitir la comprensión de todos, la comprensión de la escalera, la comprensión de los elementos de orientación para que se pueda circular sin preguntar nada a nadie, y por supuesto los elementos sensoriales para que esa persona se pueda desplazar. 
 
A este método mío, y especialmente al espacio laberinto, uno de los chicos de Plegart 3 lo llama "desenredar lo enredado". Y cómo se hace para desenredar lo enredado, en los edificios de nueva planta los tenemos que pensar desde el principio, y en los edificios que ya están consolidados tenemos que crear los elementos de orientación en cada lugar para que esa persona pueda orientarse y deje de ser una persona que se destaque. 
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