"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
25º Aniversario del CERMI
Luis Cañón, exvicepresidente del CERMI
“El CERMI se constituyó tras un objetivo cumplido: erigirnos como una misma fuerza y voz frente a los poderes públicos”
15/10/2021
Beatriz Sancho - Fotos Jorge Villa
Orgulloso y privilegiado de haber compartido “gran parte” de la historia del CERMI, Luis Cañón, tercer presidente de la CNSE, participó activamente en el “intenso” diálogo y negociación de la fundación del CERMI Estatal, que se constituyó, apunta satisfecho, con el objetivo “cumplido” de erigirse con una misma fuerza y voz frente a los poderes públicos. Si lo más difícil en los albores del CERMI fue la disolución de las hostilidades y discrepancias entre las organizaciones, y las disputas por la representatividad, para el exvicepresidente del CERMI el reto actual más importante de la entidad, de “trayectoria encomiable” y “acción exitosa”, es sin duda el de seguir promoviendo la visibilidad de la discapacidad.
En aquellos inicios era un novato en el movimiento asociativo de las personas sordas y en el de la discapacidad en general, si bien es cierto que no me faltaban sueños, proyectos y aspiraciones.
Ya por entonces, creía firmemente que las personas con discapacidad y sus familias tenemos que “luchar sin dramatismo”, y desde luego, sigo pensando lo mismo.
Cuando asumí la presidencia de la CNSE, en octubre de 1992, empecé a asistir prácticamente a todas las convocatorias de reunión del CERMI, participando activamente en el proceso para su constitución formal años después, en 1997.
¿Cómo era entonces la entidad, cuando te uniste a ella y comenzaste tu activismo por la discapacidad en general?
El CERMI era un comité de carácter informal integrado por varias organizaciones de personas con discapacidad, entre ellas la CNSE, que, a su vez, componían la junta de Gobierno del Real Patronato. Recuerdo que la sede de Feaps (ahora Plena Inclusión), solía ser el enclave elegido tanto para la puesta en común de los asuntos concernientes a las juntas del Real Patronato, como para preparar las intervenciones.
En el período comprendido entre 1992 a 1997, con la incorporación de la ONCE al comité, representada en la figura de su entonces vicepresidente Rafael de Lorenzo, comenzaron a incorporarse nuevas organizaciones. De este modo, gracias en gran medida a su inteligencia y liderazgo, el CERMI se consolidó como una plataforma de acción representativa defensora de nuestros derechos y los de nuestras familias en todos los ámbitos de la sociedad. La verdad es que fue una tarea compleja, no exenta de tensiones y negociaciones entre antiguas y nuevas organizaciones.
“La consolidación del CERMI fue una tarea compleja, no exenta de tensiones y negociaciones entre antiguas y nuevas organizaciones”
Le preguntamos hace poco a Isabel Bayonas, para esta sección de entrevistas del ‘25 aniversario del CERMI’, por “aquel ambiente” del año 93, antes de que el CERMI se convirtiera en una institucional, política, es decir, en el movimiento social organizado de la discapacidad, ¿recuerdas asistir también tú a aquellas reuniones informales que convocaba De Lorenzo?
Previo al año 93, quien asistía a estas reuniones era mi antecesor, Félix Pinedo, segundo presidente de la confederación. Hablamos, más concretamente, de encuentros preparatorios de las juntas de Gobierno del Real Patronato de la Discapacidad. Posteriormente, coincidiendo con el inicio de mi andadura como presidente de la CNSE, el CERMI se fue consolidando gracias a la incorporación de nuevas organizaciones como, por ejemplo, la ONCE.
“El CERMI se constituyó tras un intenso proceso de diálogo y negociación y un objetivo cumplido: erigirnos como una misma fuerza y voz frente a los poderes públicos”
¿Podrías hacernos un retrato, darnos tu visión personal de cómo ha sido la evolución del CERMI desde que recuerdes a la época actual?
El CERMI fue capaz de lograr en sus inicios lo más difícil: aparcar las hostilidades y discrepancias que existían entre algunas organizaciones de la discapacidad, y poner fin a las disputas por la representatividad. De esta forma, se empezó a actuar con una sola voz y con una sola bandera frente a los poderes públicos.
Por otro lado, ha contado, y actualmente sigue contando, con unos representantes tanto en su junta directiva, como en su equipo directivo y técnico, con una capacidad política, técnica y jurídica envidiables, y una potente interlocución frente a los poderes públicos. Muchos de ellos son incluso ministrables en política social, por encima de ideologías.
Entre sus muchas acciones loables, considero que es digno de aplaudir que el CERMI haya ampliado su campo de actuación en la protección de los derechos de personas con discapacidad a grupos especialmente vulnerables como son las mujeres, las personas mayores, los jóvenes y las personas LGBTI con discapacidad. En definitiva, la acción del CERMI ha sido y es exitosa, en cuanto a logros legislativos y reglamentarios a favor de las personas con discapacidad y sus familias.
“El CERMI logró en sus inicios lo más difícil: aparcar las hostilidades y discrepancias entre algunas organizaciones, y poner fin a las disputas por la representatividad”
Son muchos los retos conseguidos. El principal, y quizá el más importante, sea haber promovido la visibilidad de la discapacidad en nuestro país. Un reto que evidentemente ha tenido consecuencias positivas en todos los ámbitos, a pesar de que todavía nos quede camino que recorrer.
Nuevamente, invocando a Rafael de Lorenzo, él queja de que, aunque se han conquistado normas, lo que importa es el “grado real de aplicación de la norma y de disfrute de sus beneficiarios”, ¿estamos tan lejos como el fundador y primer secretario del CERMI refiere?
Comparto plenamente la opinión de Rafael de Lorenzo. Por poner un ejemplo: la Ley 27/2007, de 23 de octubre, que reconoce y regula las lenguas de signos españolas, y que pronto cumplirá 14 años, sigue sin contar con reglamentación, y como tal, las personas sordas, sordociegas y con discapacidad auditiva continúan sin el disfrute real de sus derechos.
Frente a los incumplimientos sobre legislación favorable a la discapacidad el CERMI, aprovechando su potencial, podría proponer algunas medidas de presión como, por ejemplo, convocar a la discapacidad y sus familias en manifestaciones y movilizaciones de protesta.
“Frente a los incumplimientos sobre legislación favorable a la discapacidad el CERMI podría proponer algunas medidas de presión como manifestaciones y movilizaciones de protesta”
¿Cómo ves la trayectoria del CERMI en estos 25 años de historia?
El CERMI hoy es una organización con una trayectoria encomiable que está consiguiendo grandes cotas de bienestar para las personas con discapacidad y sus familias, llegando incluso a promover la reforma del artículo 49 de nuestra Constitución, de manera que se suprima el término peyorativo de “disminuido” en beneficio del de “personas con discapacidad”.
Pero hay que insistir en que este último logro constitucional debe tener, en la línea de lo que apuntaba Rafael de Lorenzo, un “grado real de aplicación de la norma y de disfrute de sus beneficiarios”.
“La reforma del artículo 49 de nuestra Constitución debe tener un grado real de aplicación de la norma y de disfrute de sus beneficiarios”
A lo largo de estos 25 años, el CERMI no solo ha puesto en valor la unidad de acción a favor de reivindicaciones comunes, sino que también ha apoyado las particulares y específicas de cada discapacidad cuando lo han necesitado. Todo lo que se luche y se logre desde el CERMI, sean reivindicaciones comunes o concretas, repercute positivamente en la propia entidad y enriquece al conjunto de las organizaciones y, por ende, a la sociedad.
“Todo lo que se luche y se logre desde el CERMI, sean reivindicaciones comunes o concretas, repercute positivamente en la propia entidad y enriquece al conjunto de las organizaciones y, por ende, a la sociedad.
Y, ¿dónde crees que está actualmente este movimiento asociativo de la discapacidad tras 25 años institucionales? ¿En su mejor momento, desarrollándose, en plena madurez?
Si bien el CERMI es aún una organización joven, cuenta con una acelerada experiencia y madurez. A su vez, atesora una posición política y social privilegiada que debe consolidarse para poder defender todo lo logrado, y para conseguir que realmente repercuta positivamente en las personas con discapacidad y sus familias.
Por otra parte, sería oportuno hacer una revisión histórica desde la creación del CERMI hasta ahora, para ver el grado de cumplimiento de todas las normas legislativas alcanzadas por y para la discapacidad y sus familias.
¿Qué has recolectado, personalmente, de tu incursión en el CERMI?
Pasé la misma cantidad de años en la CNSE que en el CERMI. Mientras la CNSE se encontraba en un proceso de reestructuración interna y renovación estatutaria, el CERMI, como explicaba antes, iniciaba una fase de diálogo y negociación entre sus organizaciones.
La experiencia que viví fue enriquecedora, de aprendizaje, como una escuela de liderazgo, y de gestión política y técnica. Me siento orgulloso y privilegiado por haber compartido gran parte de su historia.
“Me siento orgulloso y privilegiado por haber compartido gran parte de su historia”
¿Qué esperas del CERMI?
Teniendo en cuenta el carácter del CERMI, como organización unitaria, política y representativa de la discapacidad y sus familias, su acción positiva deberá llegar a conocimiento de las personas físicas a las que representa, sea directamente o a través del tejido asociativo que la integra, para que así se identifiquen con su política y objetivos, y compartan un sentimiento de pertenencia de manera unánime.
