Síguenos en

  • Ir a Cermi en facebook.
  • Ir a Cermi en twitter.
  • Ir a Cermi en Linked in.
  • Ir a Cermi en Instagram.
  • Ir a Cermi en Youtube.

CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 8 de octubre de 2021cermi.es semanal Nº 453

Ir a Cermi en Instagram.

"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Entrevista

Roser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMI

“El CERMI ha sido una demostración del valor de la unidad, que hay que cuidar mucho, porque es muy frágil”

08/10/2021

Beatriz Sancho

Para Roser Romero la creación del CERMI fue todo un acierto y elogia reiteradamente el valor de la unidad que ha sabido mantener y demostrar la entidad durante sus 25 años de historia. Sin embargo, igual que le pide a la entidad -ante las presiones-, ella misma no se arruga a la hora de “pisar callos” y le reclama, quizás a modo de recordatorio y posible autorreflexión: beligerancia -aunque comprenda su prudencia-; menos complacencia y más autocrítica, “porque aunque la tiene, le hace falta más”; fortalecer, reforzar, regenerar a sus dirigentes, y hacerlos líderes de masas; saber dar respuestas precisas; mantenerse en permanente evolución, replanteándose su existencia y sus objetivos como plataforma, y también la forma de realizarlos.

Logo del 25 aniversario del CERMIRoser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMIPero también "confía", de corazón, en que el CERMI Estatal, que ha “marcado” su vida y a cuya junta directiva perteneció durante años, continúe siendo ese garante de la discapacidad capaz de crear el cambio social que este país y, sobre todo, las personas con discapacidad y sus familias “merecen y necesitan”.
 
Aunque ahora disfrutas de tu merecida jubilación, fuiste presidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMI, secretaria de Organización de Cocemfe y presidenta de la Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (Cemudis), entre otros cargos. ¿Cuándo empiezas en el activismo del movimiento de la discapacidad y, concretamente, cuándo te sumas al movimiento de la discapacidad en general, al CERMI
 
Esa pregunta me retrotrae muchos años atrás. Yo era una joven que no tenía ningún contacto con las personas con discapacidad ni con los movimientos existentes en aquellos momentos. Había estudiado en un colegio de monjas, en un Instituto de barrio y comenzado en una Universidad pública, con lo cual sabía bastante de la discriminación y la crueldad de los jóvenes, y no tan jóvenes, pero también había aprendido a resolver los problemas ante esas situaciones.
 
Comencé a trabajar en una empresa que fue absorbida por una multinacional y que decidió trasladar la producción a Andalucía y las oficinas a Madrid. Entonces no estaba preparada para ninguna de las dos cosas, así que comencé a buscar trabajo, antes de que en mi casa me obligaran a prepararme para entrar de funcionaria. 
 
Encontré un anuncio en la prensa que ofrecían diversos puestos administrativos en un centro de nueva creación, de los mal llamados entonces “subnormales profundos”, que se iba a abrir a pocos kilómetros de Barcelona. Por aquel entonces, para poderte presentar a un puesto de trabajo, las personas con discapacidad precisaban de un certificado emitido por los servicios del Imserso, que atestiguara que éramos aptos para desarrollar el trabajo para el que nos presentábamos. Y ahí me fui, con mis antecedentes de estudios y el de haber trabajado en una multinacional, me fue fácil conseguir el certificado y en menos de días había dejado un empleo y conseguido otro. 
 
Recuerdo con inmenso cariño aquellos primeros meses. Fue como descubrir un nuevo mundo, una nueva concepción de la vida, de los valores por los que vale la pena luchar, de una sociedad distinta a la que había estado viviendo, y me conquistó. 
 
A partir de aquellos momentos todo fue muy rápido: comencé a participar en grupos de trabajo, en comisiones, etc. Y no sólo en el mundo de la discapacidad intelectual, sino también en otras discapacidades. Fueron experiencias muy buenas. A finales de los años 70, un grupo de personas con discapacidad física me pidieron si les podía ayudar a redactar los estatutos de una asociación que querían crear, y lo hice; luego me pidieron si podía formar parte de la asociación, y también les dije que sí. Me sentía en deuda con mi propio sector poblacional.
 
En apenas dos años, terminé siendo la presidenta de aquella pequeña entidad llamada Grupo De Asociados Disminuidos De Catalunya, Gradisca, que acabó siendo el “azote” de las Administraciones catalanas. No teníamos subvenciones de ningún tipo, ni las queríamos, así que nos tocó tener mucha imaginación y rascarnos el bolsillo para poder realizar los trabajos.
 
¿Cómo te llevaron todas estas experiencias hasta el CERMI?
 
No es el momento de hacer lista de lo conseguido, pero hay algunas cosillas que son especiales para mí. En un mismo año, llevamos cien denuncias ante la Fiscalía General de Catalunya, que las aceptó todas, a los principales entes locales, diputaciones, y a distintos departamentos la Generalitat Catalana, por el incumplimiento, en temas de accesibilidad, de conformidad con el Código de Accesibilidad de la Generalitat de aquella época. Llevamos también al Contencioso al Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, por no hacer reserva de plazas para personas con discapacidad en sus convocatorias públicas.
 
Roser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMIAdemás, conseguimos que las organizaciones de personas con discapacidad fueran las primeras en comparecer ante el Parlamento de Catalunya y poder explicar, a sus señorías, la realidad que estábamos viviendo. Y, por supuesto, lo dejaba para el final, también alcanzamos a ver la creación del CERMI en Catalunya, el actual COCARMI, a pesar de los muchos impedimentos que algunas organizaciones pusieron.
 
¿Cuál es el logro/los logros más reseñables que ha alcanzado el CERMI en sus 25 años de historia, según tu visión?
 
Haber logrado crear un CERMI en cada Comunidad Autónoma y conseguir que la mayoría de las entidades estuvieran en él. Y también unirlos a todos a través del CERMI Estatal. 
 
El CERMI ha sido una demostración del valor de la unidad, que hay que cuidar mucho, porque es muy frágil. Sabemos que la unión hace la fuerza, pero en ocasiones otros intereses poco santificantes se interponen, y caemos en la tentación. 
“La unión hace la fuerza, pero en ocasiones otros intereses poco santificantes se interponen, y caemos en la tentación” 
¿Qué no ha podido lograr aún y es crucial para ti que hubiera conseguido el CERMI ya? ¿Le justifican los impedimentos?
 
El reconocimiento como Agente Social. Es una cuestión básica, el poder estar presente y participar en la toma de decisiones en los temas importantes para las personas con discapacidad. Soy crítica con los que hay en la actualidad, porque no responden a las necesidades del sector de la discapacidad, y anteponen sus ideologías ante cualquier otra cuestión.
 
Es difícil hacerse un espacio en este mundillo, donde nadie está dispuesto a reducir su cuota de poder, en donde incrementar el número de representantes es reducir el poder de las mayorías, pero hay que conseguirlo. 
 
Es casi una cuestión de derechos fundamentales. Todo el mundo tiene derecho a la mejor representación y un movimiento como el de la discapacidad que representa casi el 9 por ciento del total de la población, es decir 4.120.000 personas, según datos del INE, es normal y de justicia, que tenga sus representantes en los órganos de decisión.
 
Roser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMI¿Esto puede significar enfrentamientos? Sin lugar a duda, pero tarde o temprano se producirán. Y, sobre todo, porque los movimientos de personas con discapacidad nacieron para cambiar la sociedad, para hacerla más justa, para que todos tuviéramos cabida en ella y, en ocasiones, parece que sea el mundo el que nos está cambiando. No hace falta más que darse una vuelta por las estadísticas para comprobarlo. Las personas con discapacidad, apenas aparecen y, cuando lo hacen, es en forma sesgada.
 
¿Qué es lo mejor que ha hecho mejor el CERMI? 
 
Insisto en lo anterior, lo más importante que está haciendo el CERMI es mantener el valor de la unidad, el poder facilitar información y formación a entidades que, por su tamaño y recursos, no podrían sobrevivir. 
 
Por otra parte, el CERMI plantea cuestiones sobre las que es preciso crear opinión, aunque en algunos casos echo en falta la participación de más personas, de más pisar la calle, de conocer con más detalle la realidad que viven las personas con discapacidad y sus familias.  
 
Es cierto que el CERMI es un conjunto de entidades que pretenden dar respuesta a los problemas de las personas en forma individual, pero no hay que olvidar que el mundo de la discapacidad es muy heterogéneo y no se pueden dar soluciones únicas.
 
Y, ¿cuáles son las cosas que ha hecho peor, y/o las que aún no consigue hacer por algún impedimento?
 
Esta es una pregunta trampa, en la que no voy a caer. El CERMI, con plena conciencia, no creo que haya hecho cosas mal, ha hecho lo que ha podido en cada momento y con las circunstancias que ha tenido que lidiar. A toro pasado es fácil poder criticar y aportar soluciones, pero hay que vivir el momento, con sus tensiones y circunstancias. Nunca ha sido fácil el papel del CERMI estatal, ni el de los CERMIS Autonómicos.
 
Como mucho, y desde la lejanía porque hace cinco años que dejé el mundo de la discapacidad, daría un consejo a todos: que siempre tengan presente el motivo y los valores que se pusieron como objetivos cuando se constituyeron. Nunca pretendimos ser una gran empresa con beneficios económicos. Nos creamos como grupo de presión y, por tanto, siempre seremos molestos para algunos, lo importante es saber para quién somos incómodos y el por qué.
“Nos creamos como grupo de presión y, por tanto, siempre seremos molestos para algunos, lo importante es saber para quién somos incómodos y el por qué”
Reiteradas veces, durante toda una vida de activista del movimiento de la discapacidad, te hemos visto ponerte en la piel del usuario, pero ahora, si cabe, retirada por completo como refieres hace casi cinco años, ¿cómo se ve, desde las gradas del público, este último lustro del CERMI Estatal en el que no has estado involucrada?
 
Siempre he tratado de estar en la piel del usuario, entre otras cosas porque he sido beneficiaria. Soy una persona con discapacidad, si bien con más ventajas que muchos de mis compañeros de fatigas. He tenido un trabajo, he podido tener la dicha de pasarme medía vida pagando hipotecas, tengo una pensión que me permite seguir viviendo, sin excesivas alegrías, pero sin penurias. 
 
Roser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMIDesde que tengo contacto con las personas con discapacidad, la percepción que se tiene del CERMI es que es que, en ocasiones, este ha sido demasiado cuidadoso con andar “pisando callos”, demasiado complaciente y poco beligerante. Hasta un cierto punto yo lo comprendo. Ahora hay cosas que se pueden perder y eso obliga a ser prudentes e intentar llegar a acuerdos y pactos. Por eso mi consejo de antes de no olvidar nuestros orígenes y valores.
“La percepción que se tiene del CERMI es que ha sido demasiado cuidadoso con andar pisando callos, demasiado complaciente y poco beligerante”
El CERMI, en sus 25 años de historia, siempre ha intentado ser un modelo de cambio a través de su incidencia política. ¿Consentimos mucho con tal de llegar a acuerdos con los diferentes gobiernos? ¿Por qué, para qué? ¿Cómo evitarlo?
 
Difícil de responder en unas pocas líneas, esta pregunta da para todo un análisis que se escapa a mis conocimientos. Pero en palabras muy burdas, habida cuenta de que todos los gobiernos nos han utilizado, en especial en campañas electorales, y no nos han tomado nunca en serio, ha llegado el momento en que también nosotros los utilicemos a ellos, y les hagamos pagar un alto precio por nuestro apoyo.
 
Todos somos hijos de nuestro padre y nuestra madre, y tenemos nuestras afinidades políticas, y eso es normal, natural y bueno.  Lo malo es cuando anteponemos nuestros ideales personales al grupo, o sea cuando nos vendemos por un plato de lentejas y, además, sin tener garantía de que nos pongan lentejas en el plato o que no nos las quiten al poco de ponérnoslas.
 
La forma de evitarlo es que seamos autosuficientes, y eso no significa renunciar a las subvenciones, bien al contrario, significa que tengamos el dinero que nos corresponde según criterios acordados en un acto de estado.
“Todos los gobiernos nos han utilizado, en especial en campañas electorales, y no nos han tomado nunca en serio”
Tu carácter directo, incisivo, impetuoso y honesto seguro que te ha acarreado sinsabores, pero también los rendimientos de la auténtica pasión y de la fe, del no traicionarse a una misma. ¿Cómo tendría que ser, desde esa cierta objetividad adquirida, los integrantes del movimiento de la discapacidad para conseguir la inclusión y el respeto total de los derechos humanos de todas las personas con discapacidad?
 
Roser Romero, expresidenta de la Comisión para la Autonomía Personal del CERMIPrimero estar bien formados. La persona formada suele tener convicciones bien asentadas, con raíces y fundamentos; no ser complacientes, lo que no significa ser belicosos todo el tiempo, pero sí cuando toca, y tener formación sobre la historia del movimiento asociativo de la discapacidad.
 
En nuestros colectivos tenemos muchas personas con poca formación académica, y para aquellos o aquellas que llegan a formar parte de una junta directiva, del equipo de gobierno o a la presidencia de una entidad esto se convierte en “una explosión” de emociones y prestigio, que es un todo en sí mismo. Eso es algo que hay que evitar, pero no negándoles la entrada, sino formándoles para que puedan ser buenos representantes de la entidad en cuestión.
 
Necesitamos fortalecer, reforzar y regenerar a los dirigentes de nuestras organizaciones.  Necesitamos auténticos líderes de masas.  El mundo está cambiando constantemente y es más difícil ahora que cuando nosotros y nosotras comenzamos. 
“Necesitamos fortalecer, reforzar y regenerar a los dirigentes de nuestras organizaciones.  Necesitamos auténticos líderes de masas”
Si tuvieras que retratar con palabras la trascendencia de los 25 años del CERMI como entidad, como movimiento estatal de la discapacidad organizada, ¿cómo lo harías?
 
La creación del CERMI fue todo un acierto, con sus luces y sus sombras. Si tuviera que resumirlo en una sola frase diría que, de no estar, habría que crearla, pero también añadiría que con un poco menos de autocomplacencia y un poco más de autocrítica. 
 
Tras 25 años institucionales, ¿está el CERMI en su mejor momento? ¿Ha trascendido las expectativas iniciales o aún no ha llegado al completo florecimiento?
 
Cuando comenzamos todo era mucho más fácil. Sabíamos, en su mayoría, cómo tratar a los políticos, pero ellos lo desconocían todo de la discapacidad. No éramos más que “seres infantiles”, que mientras tuvieran un techo que les cobijara, un plato de comida y algo con lo que pasar las horas, ya habían cubierto sus necesidades.
 
Ahora todo es mucho más complejo. Los políticos son más avispados, una parte de la sociedad ha visto el “nicho” que es el mundo de la persona con discapacidad, y se aferran en buscar soluciones a los problemas que dicen que tenemos, pero sin contar con nosotros para resolverlos.
 
El movimiento asociativo ha de estar en permanente evolución, replanteándose su existencia y sus objetivos, y también la forma en que llevarlos a término. En ese sentido todavía le falta madurar. 
 
Sus expectativas todavía no se han superado, ni se superarán, porque en toda evolución las perspectivas van cambiando, lo mismo que las necesidades y las personas.
“Los políticos son más avispados, una parte de la sociedad ha visto el “nicho” que es el mundo de la persona con discapacidad”
¿Qué te llevas del CERMI, qué te ha aportado y que crees haber aportado tú a la entidad?
 
El CERMI me ha aportado mucho, ha sido una experiencia muy favorable, que ha marcado mi vida, en la que he conocido a personas maravillosas y a entidades muy comprometidas que, apenas sin nada, han conseguido mucho.
 
Respecto a mi aportación al CERMI, no lo sé. He hecho lo que he podido, lo que me mandaban. Para algunos habrá sido poco -y posiblemente sea cierto-, y para otros… ¿Quién sabe?.
 
Y, por último, aunque parezca igual, pero no, ¿qué esperas del CERMI Estatal, del movimiento asociativo de la discapacidad? 
 
A mi edad ya se espera poco de todo, pero confió en que el CERMI estatal siga siendo el garante de la discapacidad, capaz de crear el cambio social que este país y, sobre todo, las personas con discapacidad necesitan y merecen. Espero que el CERMI no se arrugue ante las presiones y sepa dar la respuesta precisa en todo momento. 
 
  • facebook
  • twitter
  • linked in
  • enviar a un amigo
  • imprimir noticia

Con el apoyo de:

  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Secretaría de estado de servicios sociales. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Fundación ONCE. Abre una ventana nueva.
  • CERMI. Innovación social en discapacidad. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Asuntos sociales, unión europea y cooperación. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Hablamos de Europa Abre una ventana nueva.

    ¿Dónde estamos?

    Calle Recoletos, 1 Bajo, 28001 Madrid - España