En declaraciones a 'SER Castilla-La Mancha' reconoce que este retraso se da en todo el país. En el caso de nuestra región dice que hay tiempos de espera muy desiguales que en función de la provincia que pueden ir de los 6 meses a los dos años que se registra en el Centro Base de Toledo.

 

 

Añade que la pandemia no ha ayudado a reducir esta lista de espera pero que el principal problema es que "faltan recursos humanos especializados en estos centros" y una "reforma de la legislación" de estos recursos para adaptarlo a las necesidades actuales.

 

Más personal, que asegura Romero, va a ser necesario porque previsiblemente, antes de que termine el año el Imserso va a cambiar el baremo por el que se regula el reconocimiento de grado de discapacidad. Eso, dice el gerente del CERMI Castilla-La Mancha, va a requerir más tiempo a la hora de poder valorar a una persona; dice que si se mantienen los mismos recursos, temen que esos tiempos de espera se puedan incrementar todavía más.

 

 

Desde la Consejería de Bienestar Social reconocen a 'SER Castilla-La Mancha' que los plazos se han demorado en los últimos años debido al aumento de tareas administrativas o la creciente incorporación de solicitudes de mayores de 65 años, en torno a un 25 %.

 

Añaden que se ha incorporado más personal y agilizado los trámites para reducir estos tiempos de espera. Sobre el cambio del baremo de valoración, del Imserso, piden al Gobierno central desarrollar un nuevo Real Decreto para mejorar la formación del personal implicado y permitir "pasarelas" entre dependencia y discapacidad que permitan agilizar un 25 % del total de solicitudes.

 

Precisamente, desde Bienestar Social aseguran que este mismo mes hay convocadas reuniones entre las Comunidades Autónomas y el Gobierno central para abordar estas cuestiones y otras que contribuyan a agilizar el sistema que es la línea en la que se trabaja desde el Gobierno de Castilla-La Mancha.

 

Fuente: SER Toledo