Los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos son el principal instrumento financiero con el que cuenta la Unión Europea para reducir las desigualdades entre los más de 500 millones de ciudadanos y ciudadanas que habitamos en este territorio. 

 

Cada 7 años, se inician unas arduas negociaciones para acordar entre los aun 28 Estados miembro, el presupuesto de la Unión, o lo que es lo mismo, el dinero que se va a destinar a las prioridades estratégicas a las que hacer frente en los siguientes años. Aproximadamente un tercio del total del presupuesto se destina a estos Fondos para la Cohesión entre personas y territorios.

 

Desde el movimiento español y europeo de la Discapacidad y sus Familias, prestamos desde ya hace 4 periodos de programación especial atención para que, dentro de estos fondos, se destine una partida generosa a la inclusión social por medio de la formación y el empleo, a la educación inclusiva y a la accesibilidad para que los más de 80 ciudadanos y ciudadanas con discapacidad que viven en la UE, participen en igualdad de condiciones de este espacio común. 

 

Los logros han sido nada desdeñables y en estos últimos 20 años hemos conseguido que se reconozca la no discriminación para las Personas con Discapacidad, que la accesibilidad sea una prioridad de inversión y que la Convención de Derechos de Naciones Unidas para las Personas con Discapacidad sea una condición que han de cumplir los Estados miembro para acceder a los Fondos. Además, ha permitido que entidades como la Fundación ONCE, se hayan convertido en uno de los principales aliados de la UE, como entidad gestora de Fondo Social Europeo, desde ya casi 20 años, para hacer de la UE un espacio mejor en el que vivir y trabajar, considerando y poniendo en valor el talento de las personas con discapacidad. 

 

El movimiento europeo y español de la Discapacidad tenemos mucho que decir para el siguiente periodo presupuestario, que cubrirá del 2021 al 2027. 

 

No solo porque nos asiste nuestro derecho como ciudadanos, sino porque sabemos de primera mano cómo estos Fondos, bien utilizados, permiten derribar barreras físicas, mentales, tecnológicas y cambiar vidas. Y que mal utilizados, pueden provocar el efecto adverso e indeseado de que se utilice dinero público para generar más desigualdades. 

 

Hace más de un año que se iniciaron las negociaciones para el próximo periodo. La Comisión Europea presentó su propuesta de Reglamentos, que son el marco legislativo que rige la gestión y aplicación práctica de los Fondos y desde el minuto 1, de la mano del Foro Europeo de la Discapacidad, estamos defendiendo propuestas tanto de índole política como financiera, con el doble objetivo de que estratégicamente la Discapacidad no quede de lado y de que financieramente no se apliquen medidas que puedan impedir o dificultar el acceso a los Fondos por parte de las entidades que trabajamos por, para y desde la Discapacidad. 

 

Recientemente se ha llegado a un acuerdo en el Consejo en el que se tienen en cuenta varias de nuestras reivindicaciones en cuanto a accesibilidad, educación inclusiva y no crear con Fondos Europeos instituciones que segreguen a las Personas con Discapacidad, sino que se promueva su vida en comunidad, con plena autonomía, y apoyando una formación y empleos de calidad. 

 

Las negociaciones aún están a mitad de camino, todo depende del acuerdo sobre el Marco Financiero Plurianual, que se ha dejado en manos de la novata presidencia Croata de la UE, con las sempiternas querellas entre los Estados “amigos” de la Cohesión (los que reciben) y los menos “amigos” (los que pagan), el espectro del Brexit de “nunca acabar” y los nuevos retos a los que se enfrenta la Unión: cambio climático, envejecimiento de la población, inmigración… 

 

Las Instituciones españolas y europeas cuentan con un socio de confianza del movimiento español y europeo de la discapacidad, para pintar un marco legislativo adecuado, lo más satisfactorio para una Unión Europea mejor y más inclusiva.