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viernes, 13 de mayo de 2016cermi.es semanal Nº 212

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

30 años de Ley General de Sanidad

Partida de nacimiento de un nuevo modelo de atención a la salud mental

13/05/2016

Beatriz Sancho

España, por lo visto, llegó a la década de los ochenta con un "grave abandono de la asistencia psiquiátrica". Existía cobertura sanitaria para los trabajadores a través de la Seguridad Social, pero no incluía la hospitalización por enfermedad mental. La base de la asistencia se realizaba, fundamentalmente, en los hospitales psiquiátricos de las diputaciones provinciales y de las órdenes religiosas. En la gran mayoría de los centros existía una situación que se ha calificado de "vergonzante", pues "se hacinaba a los internados, humillándoles, y su dignidad era lesionada con internamientos que se prolongaban durante años".

Hospital psiquiátrico abandonadoEstas últimas líneas representan la escalofriante estampa de la que da fe José García González, psiquiatra y vocal de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica creada, en 1983 por el Ministerio de Sanidad, para la realización de un informe, que se publicaría en abril de 1985. El documento, según narra este coartífice, sentó las bases y los criterios para implantar un modelo de atención comunitaria en salud mental e ir superando, progresivamente, los hospitales psiquiátricos conocidos, vulgarmente, como "manicomios".  
 
"Antes de la ley del 86", manifiesta el presidente de la Confederación de Salud Mental España, Nel A. González Zapico, "las personas con problemas de salud mental no recibían una atención adecuada. Estaban recluidos en 'manicomios', apartados del resto de la sociedad". En estos lugares, asegura González Zapico: "recibían tratamientos como electroshocks o lobotomías, y se les desproveía de cualquier tipo de derecho al no ser consideradas ni siquiera personas enfermas, sino 'diferentes' e incluso 'potencialmente peligrosas".
 
El 25 de abril de 1986 se aprobó la Ley General de Sanidad que, según la confederación estatal: "materializó el proceso de reforma psiquiátrica, que se había puesto en marcha unos años antes". Relata el psiquiatra y vocal de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica que, efectivamente, en la década de los años setenta ya se había intentado transformar la asistencia en algunos de estos hospitales psiquiátricos, pero que "los intentos fueron interrumpidos", y surgieron "diversos conflictos", que provocaron hasta "despidos colectivos de profesionales de la salud mental".
 
Salud Mental España señala a la Ley General de Sanidad del 86 como el momento en el que "hombres y mujeres encerrados en ‘manicomios’ pasan a ser ciudadanos con derecho, a recibir una atención adecuada". Sin embargo, a pesar de subrayar que la reforma supusiera "una gran revolución" al cerrar estos centros, y que, además, representó el comienzo de la restauración o devolución (aún sin concluir, maticemos) "de la dignidad a las personas con problemas de salud mental", el presidente de la confederación Nel A. González Zapico, mantiene que la tal revolución se ha quedado "a medias" y que "es necesario seguir desarrollando e implantando esta ley". 
Un hombre detrás de una mampara recibiendo una ducha"La Revolución Psiquiátrica se ha quedado a medias y es necesario seguir desarrollando e implantando la Ley General de Sanidad"
EN PRIMERA PERSONA
 
Prueba de ello es el testimonio, en primera persona, de Manifiesta Rodríguez,  quien bajo pseudónimo, relata las medidas que tilda de "extremas" a las que ha sido sometida en la planta de internamiento de un centro de salud mental madrileño del que no citaremos el nombre. Entre ellas, destaca: "que los sanitarios llamen a un guardia jurado (o varios) para que te inmovilicen con una porra, y con la fuerza física, para ponerte una inyección". O, continúa Manifiesta Rodríguez, "que te aten de pies y manos durante varias horas, o incluso un día entero, para que no puedas moverte y controlar, según ellos, tus alteraciones de ánimo". También rememora con dolor como la obligaron a dormir toda la noche "inmovilizada en la cama".
 
En opinión de Rodríguez: "más terapia durante los internamientos o la participación en actividades físicas al aire libre lograrían que los enfermos ingresados estuvieran menos alterados" durante su paso por las unidades de salud mental de los hospitales. No obstante, su crítica va más allá de sus experiencias en planta de uno de estos centros y llega a la salud mental nacional que, a su parecer, "está muy condicionada por la falta de medios". Como paciente, durante los últimos doce años, ha tenido temporadas donde lamenta haber podido visitar a su psiquiatra "tan solo 15 minutos dos veces al año, por falta de mayor disponibilidad en la consulta médica". 
 
En este sentido, Rodríguez también insiste en subrayar el "desequilibrio enorme" existente entre la calidad profesional y personal, que recalca de "excelente", de los profesionales de la salud mental respecto a los "muy limitados" medios materiales. También da cuenta Rodríguez del espacio reducido (un pasillo de 20 metros y una sala común, aparte de las habitaciones) en que consiste la planta de internamiento por la que ha pasado varias veces por su enfermedad mental grave. 
 
"En la unidad de salud mental que me corresponde no hay una zona exterior en la que pasear aunque sea una hora al día. Los pacientes que están varias semanas, o incluso meses, internados pueden estar temporadas largas sin estar al aire libre. Y, desgraciadamente", insiste en incidir, "todavía se recurre mucho a la inmovilización y los medios de contención física. Es posible que no haya otra alternativa en ciertos momentos, pero también es verdad que si hubiera opciones de esparcimiento físico, disminuiría la frecuencia con que se utilizan estas medidas extremas, que son enormemente humillantes y denigrantes para los pacientes".
 
Detalle de un hospital mental abandonadoLOGROS Y REGRESIONES DE LA REFORMA
 
Lo que se consiguió con esta reforma, afirma el presidente de Salud Mental España, fue "desmantelar un sistema antiguo desarrollado en torno al hospital psiquiátrico, y favorecer el desarrollo de unos servicios y recursos de atención a la salud mental en la propia comunidad". "Además de", continúa, "equiparar a las personas con problemas de salud mental a las demás personas que requerían servicios sanitarios y sociales".
 
Por su parte, lo que destaca el psiquiatra García González que consiguieron él y sus compañeros de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, aunando experiencias, información y conocimientos sobre los modelos de atención comunitaria, fue "proponer los contenidos y las estrategias" en el informe del 86, y que sirviera "de base para el artículo 20, sobre la Salud Mental, de la Ley general de Sanidad 14/ 1986". Norma que también para el experto: "marcó una inflexión histórica en la atención sanitaria y en salud mental en nuestro país poniéndola, en el orden jurídico, en igualdad con el resto de la asistencia".
 
El también psiquiatra Emilio I. Sánchez Díaz, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, apunta que "la reforma psiquiátrica acontecida hace 30 años tuvo connotaciones político-sociales en su día" y que, "de hecho, hubo un movimiento denominado 'la anti psiquiatría', que incitó este tipo de cambio que era necesario y era lógico". "Sin embargo", subraya, "las palabras y las leyes, muchas veces, no sirven de nada si no se actúa en consecuencia porque, aunque ahora menos, durante esos primeros años de la reforma muchos pacientes, muchas personas con problemas de salud mental se quedaron en la calle, literalmente, desatendidos". 
"Durante esos primeros años de la reforma muchos pacientes con problemas de salud mental se quedaron en la calle, literalmente, desatendidos"
Del mismo modo, para su colega García González "esta ley, en lo que respecta a la salud mental, ha tenido un desarrollo deficitario y una aplicación desigual entre las distintas comunidades". Para este psiquiatra, de haberse seguido las directrices tanto del informe realizado para la Reforma Psiquiátrica como, posteriormente de la Estrategia de Salud Mental del Servicio Nacional de Salud, de 2006, "hoy tendríamos un conjunto de tratamientos y formas de intervención diversificadas". 
 
Entre estas últimas, por ejemplo, podrían haberse desplegado, según el experto, "los tratamientos con psicoterapia o los programas de atención continuada y familiar". "Pero no fue así", matiza el vocal de la comisión para reformar la Psiquiatría, "y el problema no es sólo la dotación actual de recursos, claramente insuficientes, sino cómo se están organizando y cómo funcionan los disponibles".
Cama para ser atado"El problema no es sólo la dotación actual de recursos, claramente insuficientes, sino cómo se están organizando y cómo funcionan los disponibles"
"Y es que", arremete Sánchez Díaz, "tú no puedes cerrar lugares, hospitales en este caso, y no dejar nada a cambio. Sí, de acuerdo con que había que cerrar o mejorar los llamados 'manicomios' porque eran centros de pacientes crónicos, enfermos, y se concluyó que estas personas podrían estar, sentirse mejor en otros lugares. La idea, en principio, era que pudieran estar en la sociedad, en 'su entorno' y, lógicamente, eso es estupendo, pero, aunque sea lo más deseable, todavía hay personas hoy, pacientes que, lamentablemente, requieren de unidades residenciales, de centros adaptados". 
 
"Cuando se produjo la Reforma Psiquiátrica", desvela Sánchez, "se cerraron camas y plazas para estas personas con problemas de salud mental, y no se ofrecieron otras en otros centros". "Aquí, en Madrid, durante estos años de reforma", denuncia, "hemos tenido problemas trabajando en agudos y mandando a esas personas, tras el alta, poco más que a la calle o a albergues".
"Durante estos años de reforma, en Madrid, hemos tenido problemas trabajando en agudos y mandando a esas personas, tras el alta, poco más que a la calle o a albergues"
En los últimos años, también para García González "ha existido un bloqueo y una regresión muy perjudicial en el desarrollo de la red de servicios y en la oferta de intervenciones". En este sentido, denuncia el "predominio de las puramente psicofarmacológicas, en detrimento de tratamientos integrados, psicoterapéuticos, así como de programas de recuperación y de atención continuada e inserción en la comunidad de las personas con trastorno mental grave". 
 
Desde el año 1986, menciona también este profesional de la salud mental, "se produjo una diminución de más de la mitad de camas en hospitales psiquiátricos, y no hubo el desarrollo de los servicios alternativos necesarios". De este modo, concluye García González: "no se cumplió lo establecido en el decreto de la cartera de servicios sobre prestaciones" y, lo que es más, "esa situación se complicó con la derivación y desplazamiento a dispositivos asistenciales privados como consecuencia de la carencia de los públicos".
 
Detalle de la entrada de un antiguo hospital mentalHACIA DÓNDE DIRIGIRSE
 
El camino a seguir en este punto, a día de hoy, es seguir reivindicando el desarrollo de un modelo público de atención comunitaria de Salud Mental en los diversos niveles. Al menos, así debería ser a juicio, nuevamente, de García González, quien, además, sugiere seguir demandando el desarrollo de servicios y programas comunitarios, que se fundamenten en las necesidades de los usuarios. "Se debe exigir", precisa, "la derogación del decreto Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones" porque, sostiene el psiquiatra, "modificó el carácter universal del sistema sanitario". 
 
García González, además, pone el foco en "las insuficiencias que presenta la atención a las personas con trastorno mental grave y a las personas de mayor vulnerabilidad" y aboga por "exigir  intervenciones y programas de atención integrales". Insiste, muy en la línea del movimiento asociativo, la obligación de que se tengan en cuenta los derechos que amparan en la actualidad a las personas con problemas de salud mental y que están recogidos en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, que, según recuerda y critica este profesional de la salud mental, "el gobierno español firmó y ratificó".
"Se debe exigir la derogación del decreto Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, que modificó el carácter universal del sistema sanitario"
Por su parte, Emilio Sánchez, dentro de su conocimiento sobre la salud mental existente allende nuestras fronteras, considera el sistema de salud mental de los países nórdicos como "pionero" y "posible referente" a emular. "Pero hay que tener en cuenta que se trata de sociedades distintas: nosotros somos mediterráneos, nuestro carácter y nuestra cultura es distinta a la de ellos. Sin embargo, en el modelo de los países nórdicos se ha trabajado mucho, y con éxito, para disminuir el estigma, y en el que se intenta que el paciente esté muy integrado en la sociedad favoreciendo mucho, por ejemplo, la integración laboral". 
 
El psiquiatra del Gregorio Marañón destaca además que el sistema de salud mental de los nórdicos es "un sistema muy interesado en integrar realmente al paciente en la sociedad, que tienen un montón de coberturas y de ayudas que nosotros no tenemos, y que nos coloca por detrás de ellos". "A nivel social nos ganan en todo", arremete Sánchez, "pero se está caminando hacia ello, poquito a poco. Lo malo es que sin dinero, es verdaderamente difícil conseguirlo".  
"El sistema de salud mental de los nórdicos está muy interesado en integrar realmente al paciente en la sociedad. Tiene coberturas que nosotros no. A nivel social nos ganan en todo" 
RECLAMACIONES PSIQUIÁTRICAS
 
Pese a los avances aplaudidos por los distintos testimonios, el movimiento asociativo de la Salud Mental, imparable en sus demandas como su seña de identidad requiere, sigue reclamando reformas psiquiátricas en beneficio de la salud mental de las personas con enfermedad mental grave que representan y el respeto de sus derechos recogidos en la Convención de la ONU sobre discapacidad. Es por ello que, desde Salud Mental España "exigimos a la administración pública", clama el presidente de la confederación, "un mayor compromiso para el desarrollo de políticas enfocadas al mejor y mayor impulso de recursos, que aseguren una atención en salud mental de calidad bajo el modelo comunitario".
 
Hospital psiquiátrico abandonadoPara González Zapico, dichas políticas "deben estar vertebradas y cohesionadas por la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, un documento que debe ser consensuado y asumido por todos los agentes implicados". Y para que la revolución no se quede "a medias", como indicaba el presidente de Salud Mental España al principio, reivindica "que se rompa la desigualdad existente entre territorios tanto respecto al desarrollo como a la implantación de una red de atención en salud mental", ya que "pese a este gran avance, y 30 años después de la Reforma Psiquiátrica, hoy sigue existiendo escasez de recursos y desigualdad entre territorios".
 
Además es necesario para González Zapico: "aumentar los recursos disponibles y el número de profesionales dedicados a la salud mental, así como garantizar que se produzca una adecuada coordinación socio-sanitaria". A esto añade también la obligación de "seguir trabajando para crear conciencia social sobre el impacto de la salud mental, y de los problemas de salud mental en el bienestar de las personas". 
 
Es importante también, según el mandatario de la confederación estatal, "fortalecer y apoyar los movimientos sociales" porque "sin el movimiento asociativo de familiares y personas con problemas de salud mental, tras treinta años de ley, los resultados habrían sido peores". 
 
Por ello, además de seguir desarrollando e implantando la Ley General de Sanidad del 86, tal y como acota el presidente de Salud Mental España, "es necesario avanzar hacia un modelo en el que el protagonista del proceso de recuperación sea la propia persona con un problema de salud mental". "Hay que situar a la persona afectada por un problema de salud mental en el centro de cualquier intervención y fomentar su participación", matiza, "en todas aquellas decisiones que afecten directamente a su proceso de recuperación".
"Es necesario avanzar hacia un modelo en el que el protagonista del proceso de recuperación sea la propia persona con un problema de salud mental"
"Que la reforma era necesaria, por supuesto. Que se ha avanzado con ella, por supuesto. Que estamos mucho mejor que antes, por supuesto", enfatiza, finalmente, Emilio I. Sánchez Díaz. "Pero faltan un montón de recursos intermedios, de larga estancia", reclama el psiquiatra del Gregorio Marañón. "En Madrid, especialmente, que es un caos. Somos muchos, y el paciente grave y sin familia está totalmente desamparado", denuncia, "no tienen sitio, no hay coberturas, y esto un problema. Faltan recursos, no como antes de la Reforma Psiquiátrica iniciada hace 30 años, pero faltan". Sánchez Díaz se queja y enumera que faltan pisos tutelados, centros terapéuticos, recursos esenciales de diversa índole, que deberían estar garantizados para que las personas con problemas de salud mental mejoren. "Solo en Madrid", insiste, "para utilizar estos recursos tenemos listas de espera de entre uno y dos años". De vergonzante a vergonzoso.
 
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