"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Reportaje
Gureak, VIII Premio Integra de BBVA
Empleo cercano y estable para la discapacidad en Guipuzkoa
15/07/2016
Blanca Abella
Gureak es una organización viva que crece poco a poco al amparo de sus ciudadanos, desde la cercanía y la solidaridad de una sociedad trabajadora y una historia fabril e industrial pero de pequeña empresa. En la provincia de Guipuzkoa, el 1% de la población activa pertenece a este grupo empresarial cuyos beneficios se reinvierten, se destinan de nuevo a la búsqueda de empleo para personas con discapacidad. Su historia de más de 40 años, su fuerza y, ¿por qué no?, su cuenta de resultados, siempre firme a pesar de las crisis, le han hecho merecedora de un gran premio, el VIII Premio Integra del BBVA.
El Grupo Gureak nació como una idea muy atrevida, al menos así lo percibe en el momento actual su presidente, Iñaki Alkorta: “La asociación que impulsó su creación, Atzegi (Asociación Guipuzcoana en favor de las personas con discapacidad intelectual), tuvo una idea bastante original para aquel tiempo, una idea muy atrevida, una sociedad que ya en sus estatutos, siendo mercantil, establece el no reparto de dividendo a los accionistas”. Se trata de un grupo empresarial constituido por sociedades mercantiles sin ánimo de lucro donde los resultados anualmente se trasladan a reservas para abordar inversiones en los siguientes ejercicios.
Origen e impulso
Hoy, 40 años más tarde, Gureak es una gran empresa, aunque en sus inicios la idea no era esa precisamente: “En la primera fase no se buscó constituir un gran centro de trabajo sino un centro de trabajo menor en cada una de las comarcas de la provincia y casi desde los inicios se abrió uno en cada comarca y eso se mantiene; se buscó dar solución a la demanda de trabajo favoreciendo que cada persona pudiera seguir viviendo en su entorno familiar”, explica Alkorta.
Desde el principio Gureak se valió del entorno fabril, industrial y de pequeña empresa, que eran las características de la economía guipuzcoana, y sigue siéndolo en la actualidad. Así, prácticamente en cada comarca había una empresa que surtía de trabajo a los talleres protegidos Gureak. “Se fue alimentando de una cultura en la que la búsqueda de trabajo estaba muy ligada al entorno de empresas de la zona, la gestión de Gureak se ha caracterizado desde sus inicios por estar muy cercana a una cultura de gestión propia de la industria y de la empresa en general”, asegura Iñaki Alkorta.
Gureak buscaba la cercanía y eso generó la primera entente de un proyecto social y marca una cultura de gestión y una manera de ser. Hasta la llegada de la Lismi, en el año 82, el empleo para personas con discapacidad intelectual en estos talleres iniciales “estaba desregulado”, explica el presidente del grupo, que añade: “y con la Lismi, Gureak fue de las primeras iniciativas en el Estado español que se acogió a la fórmula de Centros Especiales de Empleo y ya empezamos a diferenciar esta fórmula de los talleres ocupacionales; en el caso de Gureak ambos se han gestionado muy de la mano, han sido realidades muy entremezcladas, la aspiración era que toda persona con discapacidad intelectual que pudiera estar ocupada en un centro ocupacional, pasara al CEE”.
El grupo creado por Atzegi consolidó unos cimientos que han soportado con firmeza el paso de los años e incluso de las crisis. En los años 80, la desindustrialización obligó a Gureak a adaptarse a otros tiempos, a buscar nuevas líneas de trabajo, “arrancamos las primeras iniciativas en el sector servicios, con lavanderías, empresas de limpieza, jardinería, hostelería… y eso nos permitió seguir creciendo”, afirma Alkorta. Aprovechando el impulso del cambio, el grupo se planteó también en esos años 80 afrontar un proceso de diversificación en la tipología de la discapacidad que atendían e incorporaron a su labor de inclusión laboral a personas con discapacidad física, sensorial y, más recientemente, con enfermedad mental. 
“Es una organización viva que ha seguido creciendo”, define su presidente. En una provincia de unos 700.000 habitantes como es Guipuzkoa, con una población activa de 305.000 personas, Gureak emplea a unas 4.100 personas, más del 1% de la población activa de la provincia. En la actualidad el grupo está formado por unas 5.000 personas, el 84% son personas con discapacidad, 4.100 están trabajando en empleo especial y el resto en programas ocupacionales, de formación o en prácticas. Por cada euro que recibe Gureak a modo de subvenciones, bonificaciones en la seguridad social y Convenio con la Administración, retorna a la sociedad tres euros en impuestos, salarios, ahorro en servicios sociales y ahorro en pensiones no contributivas.
Premio Integra
Por toda esta historia, Gureak ha resultado ganador de la octava edición del Premio Integra de BBVA, un reconocimiento a más de cuarenta años generando y gestionando oportunidades laborales estables y adaptadas a las personas con discapacidad en Guipuzkoa. “Todo esto es un respaldo y un reconocimiento a lo ya hecho, pero a la vez una invitación a seguir creciendo y seguir cubriendo necesidades, porque por mucho que hayamos crecido seguimos teniendo a más de 500 personas en lista de espera, de las que 2/3 tienen enfermedad mental. Y esto sigue siendo el motor que nos hace movernos cada día, lo que nos da vida y ganas de continuar”, afirma Iñaki Alkorta.
El grupo Gureak se siente afortunado con este reconocimiento y entiende que “es un premio que tiene su propio prestigio y en el que hay que competir con otros proyectos muy interesantes que se desarrollan en España”. Además, los 150.000 euros del premio “vienen bien para fortalecer algunos programas”, aunque según explica el presidente del grupo, “esto se suma a una situación de Gureak que es financieramente muy estable porque desde el primer día hemos perseguido cerrar nuestras cuentas de explotación con beneficios, y a su vez destinar estos beneficios, año tras año, a reservas que nos han permitido también ir afrontando inversiones, mejoras y crecimiento; todo esto es una dinámica de una cultura de gestión que busca el beneficio para reinvertir, siempre se aplica al empleo de personas con discapacidad”.
El empleo se sigue creando, poco a poco, al igual que en los inicios, porque, como explica Iñaki Alkorta, “se crea a medida que los clientes van dando confianza y eso requiere también mucho trabajo comercial y mucha presencia, en ese sentido creo también que el mercado del País Vasco se nos queda pequeño y ahora mismo más de un 60% de la actividad industrial son clientes de fuera del País Vasco, en sectores muy exigentes, como el de la automoción, que es el sector que más satisfacción nos está dando últimamente en términos de creación de empleo, incluso en la crisis se ha mantenido y ahora en la salida de la crisis vuelve a ser muy dinámico”.
En definitiva, como se pensó en su origen y se mantiene tras más de 40 años, estamos hablando de empleo para personas con discapacidad en localidades pequeñas, en su entorno, donde todo lo que se hace es conocido, “se nos conoce y se conoce a las personas con nombres y apellidos”, explica el presidente de la entidad. Y sentencia: “ser pequeños tiene inconvenientes pero también ventajas, una de ellas es que se socializa de otra manera, se favorece más la inclusión, además estamos en una sociedad bastante abierta y solidaria con estas historias, por solidaridad y por conocimiento”.
