Síguenos en

  • Ir a Cermi en facebook.
  • Ir a Cermi en twitter.
  • Ir a Cermi en Linked in.
  • Ir a Cermi en Instagram.
  • Ir a Cermi en Youtube.

CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 24 de septiembre de 2021cermi.es semanal Nº 451

Ir a Cermi en Instagram.

"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

A propósito del Club de Lectura de la CNSE

Una biblioteca de signos

24/09/2021

Beatriz Sancho

Muy pocos se dan cuenta de la responsabilidad que subyace en la tarea, aparentemente inocente, de crear cuentos signados y actividades accesibles para niños y niñas sordos y oyentes, pero detrás del Club de Lectura, de la Fundación CNSE, hay una labor extremadamente consciente en la elección y elaboración de los relatos, en los temas que tratan -la muerte, la violencia de género o el empoderamiento de la mujer-, y un mimo exquisito en la adaptación y en la elección de signos para que las niñas y niños sordos de 0 a 6 años comiencen: a signar cuanto antes y a comunicarse en su lengua materna; a estimular su desarrollo cognitivo; a que tengan las mismas oportunidades que sus coetáneos oyentes, y a que comiencen a sentir profundamente su identidad.

Juan Manuel García presentando el Club de Lectura de la aplicación TeCuentoHay que remontarse cinco años atrás para saber de dónde proviene exactamente el nuevo Club de Lectura de la aplicación TeCuento de la Fundación CNSE para la supresión de las barreras, que nació hace poco más de dos meses. Un proyecto que, ante todo, busca el fomento de la lectura de las niñas y los niños sordos, promover su hábito lector con cuentos y actividades accesibles en lengua de signos española, pero que ambiciona mucho más que eso. De momento, se ha convertido en el primer club de lectura infantil especialmente dirigido a niñas y niños sordos, a sus familias y también, insisten en subrayar sus creadores, “a niños y niñas oyentes”.
 
Antes de 2016, la Fundación CNSE ya era consciente de que las niñas y los niños sordos no tenían las mismas oportunidades que los oyentes a la hora de encontrar cuentos infantiles antes de empezar a leer. “No había ninguna biblioteca de cuentos singados”, explica David Sánchez, actual coordinador del área de Traducciones de la entidad, y ante esta desigualdad de oportunidades, ante la necesidad de que “los cuentos fueran signados en su lengua materna para que construyeran una base lingüística y así, cuando aprendan a leer, accedan a su segunda lengua, el castellano”, se comenzó un proyecto de fomento a la lectura financiado por el Ministerio de Cultura.
 
Sin embargo, “esto no era suficiente” porque los primeros cuentos signados, como “Lazarillo de Tormes”, “El Principito” o “El Ratoncito Pérez”, se realizaban en formato DVD. “Se repartían, se vendía, y se agotaban. Incluso se estropeaban, y luego los progenitores no tenían forma de conseguirlos de nuevo. Era una solución con muchas limitaciones. De ahí que, en 2016, creáramos la aplicación TeCuento”.
 
La filosofía de una aplicación suele ser, por regla general, dice Sánchez, “crearla y que se quede ahí”, pero no es el caso de la suya. Todo su equipo anhelaba que TeCuento “supusiera un acercamiento” a las y los usuarios más pequeños, y lo han conseguido pariendo este nuevo Club de Lectura, desde la aplicación TeCuento: “llamando la atención de las niñas y niños sordos mediante actividades accesibles para que les resulte más atractivo sumergirse en la lectura”, y así ofrecerles más oportunidades. 
 
“Muchas veces ver un cuento detrás de otro, puede llegar a cansar”, dice el responsable de la aplicación TeCuento y del Club de Lectura, que cree que la mayor parte de los usuarios y usuarias solo conocen la aplicación, pero no esta nueva iniciativa. “De ahí que, después de TeCuento, hayamos ideado el Club de Lectura con novedosos recursos accesibles como, por ejemplo, un concurso de preguntas y respuestas relacionadas con el texto, una competición entre los niños y niñas”, explica Sánchez, “que les haga prestar más atención al relato, y les motive aún más a leer”. 
 
Además, junto a esta actividad, el área de traducciones de la CNSE, en pro de ese fomento de la lectura y de ese acercamiento a los infantes sordos tan buscados, también han realizado dos talleres con sus dos últimos cuentos dentro siempre del Club de Lectura, que han sido un rotundo “éxito” porque, según informan, han congregado a más de 2.000 familias en torno a su trabajo.
 

Una cuestión de derechos humanos

 
Además del disfrute, el fomento del hábito lector y la comodidad que supone tener un dispositivo desde el que las niñas y los niños sordos -especialmente los aún no lectores-, tengan acceso a cuentos signados donde quiera que estén, el Club de Lectura “facilita el acceso a la lectura a través de la elaboración y difusión de recursos en lengua de signos”, uno de los mandatos de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las personas con Discapacidad
 
Algo crucial, según el coordinador de esta iniciativa, porque además de entretener y enseñar a los pequeños -mientras van de viaje con sus padres, o están en la sala de espera del logopeda, o en casa de un familiar que no sabe signar -, les permite acceder “a una información y unos estímulos que, de otro modo, no recibirían, y así potenciar su desarrollo cognitivo”. “Si a un niño oyente le quitas la pantalla, que muchas veces usa por capricho, no pierde nada, sigue recibiendo mucha información y estímulos de otras formas. Sin embargo, para la niña o el niño sordo es una necesidad. Le quitas la pantalla, y lo pierde todo. Le aíslas totalmente”.
 
Equipo del área de Traducciones de la Fundación CNSE grabando un cuentoDavid Sánchez, para ilustrar esto, retrata su niñez y juventud como persona sorda que ha vivido sin móvil y sin la tecnología actual, y confiesa que disponer de tecnología le “abrió puertas con la accesibilidad como nadie se imagina. Fue como pasar de tener solo acceso una tierra árida y seca a, de pronto, dar un paso, y verlo todo verde, un bosque, el mundo”. No obstante, recuerda abnegado que la radio, la televisión sin subtítulos y otros medios “siguen siendo límites a la información y a los estímulos para las personas sordas”. 
 
Y no es que el equipo de área de Traducción de la Fundación CNSE esté a favor de los dispositivos en manos de los niños y niñas todo el día, pero para fomentar en los pequeños con discapacidad auditiva la lectura, reconocen que la tecnología “es fundamental, una necesidad auténtica”. “Si me quitan el móvil, me quitan la vida”, exagera Sánchez, “el acceso a la tecnología es vital para las personas sordas”. 
 

La puesta en marcha de un cuento

 
Si bien el trabajo individual de cada miembro del equipo del área de Traducciones requiere de una gran especialización y destreza para ofrecer un cuento en el Club de Lectura, las niñas y los niños, tanto sordos como oyentes, lo tienen muy fácil con esta iniciativa. 
 
De hecho, esta app la crearon precisamente para aprovechar al máximo los recursos y para incluir cuentos, pero además para que los niños y niñas creen sus propios cuentos, signados o no. “Alguien puede grabarse un vídeo y lo puede incluir en la app, y pueden guardarlo en el dispositivo para verlo más tarde. Se pueden incluir texto, vídeos, fotos, pasar páginas… no tienes límites”, explica Sánchez, “salvo la memoria del dispositivo, claro”.
 
Según el coordinador “es muy fácil e intuitivo. Solo hay que meterse en el apartado de la app ‘Crear un cuento’, y se les va explicando todo paso a paso. Pueden ir incluyendo los archivos de vídeo, las fotos…”. Incluso, según invita el coordinador, pueden hacer una foto a cada página de un cuento físico que les guste, “y luego el padre o la madre pueden signarlo. Cuando esté todo el cuento, el niño lo podrá ver las veces que quiera, en el lugar que quiera, o elegir ver otro cuento”.
 
Menos fácil es la labor de nutrir de cuentos y actividades accesibles por parte de las diez personas (cinco de ellas sordas) que conforman el equipo de Sánchez. La puesta en marcha de los relatos “no consiste en traducirlos a lengua de signos y ya”, advierte, se necesita de profesionales como editores, expertos en subtitulado, locutores, cámaras de televisión para grabar la emisión, editores, presentadores, quienes busquen la vestimenta y actores, entre otros. En estos cuentos “la locución y el subtitulado tienen que seguir la lengua de signos”, puntualiza, “y no al revés como ocurre en otros entornos. Es primordial que sea así”.
 
La parte más lúdica, pero igual de responsable, del área de Traducciones que hace posible el Club de Lectura TeCuento de la Fundación CNSE, es que, además de grabar los cuentos en lengua de signos, todos participan en él. Y es que después de traducir el texto, hay que interpretar. Muchas veces los cuentos tienen solo un narrador que hace de todos los personajes, pero, como esclarece el coordinador, “cansa ver siempre a la misma persona signante contando todo el cuento en la pantalla”. 
 
Es por ello que el equipo de Sánchez va más allá y, siempre que puede, incluye a los personajes en la “adaptación” del texto y así, “cuando el narrador dice que la abuela sale a pasear en el cuento original, nosotros introducimos el personaje de la abuela que sale en cámara y dice: vamos de paseo”.  
 

El corazón del cuento

 
Los cuentos los busca y propone al equipo el coordinador de la iniciativa, pero admite que luego es importante que estén todos de acuerdo “para compartamos los mismos criterios”. Debido a la falta de subvención, aunque actualmente cuentan con la financiación del Ministerio de Cultura y Deporte y de la Fundación ONCE, no pueden subir a la plataforma todos los cuentos que desearían. De ahí que Sánchez dedique sumo cuidado, como es propio de la idiosincrasia de la CNSE, a la elección del tema y a los valores que descansan en el corazón del relato elegido. 
 
Emisión en directo de un cuento en el Club de Lectura“El último cuento ‘Camina y el abuelo pastelero’ hablaba del tema tabú de la muerte, y el anterior ‘La historia de Laura’, de la violencia de género. Es importante disfrutar los cuentos, pero hay que aprovechar este recurso al máximo para tratar temas importantes. El de la muerte es tabú en la sociedad”, reprocha Sánchez. “En el cuento aparece una frase que dice: ‘¿Morir duele?’ ‘¿Cómo se siente alguien cuando muere?’ Eso aparece y son preguntas que los niños pueden hacerse. Muchas veces los adultos evitamos el tema, pero la muerte es algo normal, forma parte de la vida, y hay que hablarlo. Igual que el tema de la violencia de género, porque es una problemática que existe, y es importante que los niños la conozcan”.
 
Los siguientes cuentos signados que quieren subir al Club de Lectura TeCuento –adelantan- tienen que ver con el mantenimiento y el cuidado de la Naturaleza y con el empoderamiento de la mujer. Respecto a este último contenido, el coordinador señala que “es necesario tratarlo porque las niñas, sordas y oyentes, tienen que empezar a ver que, cuando crezcan, podrán hacer lo que quieran”. A él, como a todo el equipo, les gustaría poder hacer más cuentos, pero justo por “la poca selección que nos ofrecen y la escasez de fondos, seleccionamos temas muy, muy importantes”. 
 

Versatilidad profesional

 
Juan Manuel García es técnico también dentro del área de Traducciones de la Fundación CNSE, pero en el proyecto TeCuento y en su Club de Lectura, García es además: presentador, modelo signante, narrador en los vídeos, y revisa los contenidos que se traducen, entre otras labores. “Soy como un actor”, alega, “me gusta estar muy metido en el cuento e involucrar mucho a los pequeños, meterles en un mundo de fantasía”. 
 
Juan Manuel García, aunque no es actor de profesión, sino pedagogo, se siente como tal después de pasar tantos años actuando y formando parte de en esta iniciativa. Comenta que hay muchos factores en juego a la hora de interpretar en lengua de signos un cuento para que las niñas y niños sordos se imaginen lo que va narrando. “Hay que ser muy creativo, y utilizar un lenguaje muy llamativo para engancharles y que se vayan introduciendo en los cuentos, en la literatura”.
 
Él vive su trabajo y se implica al máximo. Pero para José Manuel García, que también es sordo, antes de todo, lo importante es conocer bien la lengua de signos y tener en cuenta las edades de los niños y niñas a quienes va dirigido, para “adaptar el vocabulario a sus edades, y que puedan ir recreando las imágenes en su mente”.
 
Sabe de la dificultad de tratar temas como el de la muerte o la violencia de género en los textos y, para obtener el mejor resultado, asegura que hay que tener en cuenta cuál es el objetivo y el porqué de presentar ese cuento en concreto. El técnico primero se mete de lleno en el cuento, y cuando ya lo tiene claro, busca un lenguaje, los signos, y un vocabulario adecuado “para evitar que afecte a los niños y niñas”. 
 
Apuesta también este pedagogo por buscar signos sencillos porque “si les complicas, les parece más difícil”, indica, “y es importante que reciban el mensaje. Posteriormente, buscamos recursos para que accedan al cuento de manera comprensible con dibujos de fondo que llamen la atención”. “Conseguido esto, no hay que olvidar que el objetivo primordial”, recuerda, “es fomentar la lectura”. 
 
Insiste García, como su compañero, en el enorme interés que supone aprovechar ese objetivo de fomentar el hábito lector para sembrar valores en los niños y niñas, para que “conozcan y normalicen realidades, las comprendan, e incluso las eviten, como en el caso de la violencia de género”. “Precisamente este tema”, critica, “se les explica solo como teoría en casa. Pero, a la hora de la verdad, no entienden cómo debe ser”. “Al conocer el cuento”, señala el técnico, “pueden identificar las escenas de su entorno, en su vida cotidiana, pueden empatizar, y verlo y enfocarlo de una manera más fácil. Por eso es de gran importancia exponer estos temas en nuestros cuentos”. 
 
Pero si lo primordial del Club de Lectura de la app TeCuento es el fomento a la lectura, también lo es que “la lengua de signos sea la base para las niñas y los niños sordos” y “ofrecerles estímulos desde muy desde pequeños”. A los niños oyentes se les estimula a hablar, y cuando van produciendo palabras, significa que empieza y se produce el desarrollo cognitivo. Sin embargo, lo cuenta García, muchas veces, los niños y niñas sordos tienen progenitores oyentes, y no saben signar o muy poquito, y, por ello, “es muy bueno que empiecen a ver vídeos, a ver la lengua de signos y a sentir su identidad”. 
 
Emisión del taller de cocina preparado para el cuento "Camila y el abuelo pastelero" en el Club de Lectura de la app TeCuentoMomento de la presentación en directo del taller de cocina del Club de Lectura TeCuentoTambién subraya como trascendental el pedagodo, técnico y actor la posibilidad que ofrece el Club de Lectura a los niños y niñas “de crear cuentos propios” porque “es otro estímulo para que empiecen a signar, para producir su propio lenguaje y para crear sus propias historias”. Además, para el acto de crear, recalca el experto, “necesitan, como mínimo, tener una habilidad en una lengua, una base, en este caso en lengua de signos y esto contribuirá a que las niñas y los niños desarrollen la creatividad y la imaginación mucho más fácilmente”. 
 

Actividades del Club de Lectura

 
Aunque niños y adultos pueden acceder a los 22 cuentos signados que ofrece la app TeCuento, el recién estrenado Club de Lectura es, sobre todo, y por ahora, para la presentación de los cuentos en streaming -para lograr ese acercamiento y contacto con los usuarios y usuarias más pequeños-, y para la realización, también en directo, de actividades accesibles preparadas para fomentar el hábito lector de los más pequeños que, por supuesto, podrán ver posteriormente también. Todos los eventos, avisan los organizadores, siempre se anuncian en la página web de la Fundación CNSE.
 
Desde que se pusiera en marcha el Club de Lectura TeCuento, dos únicos relatos, los dos últimos, han sido presentados en directo, y para cada uno de ellos se ha realizado un taller acorde con la temática del cuento. Para “Camina y el abuelo pastelero”, un taller de repostería, mientras que para “La historia de Laura”, crearon una manualidad en 3D de uno de los personajes del cuento. También crearon un concurso de preguntas y respuestas. Y lo mejor de todo ello es que “los niños y niñas lo tienen colgado en el club”, anima David Sánchez, “y los pueden hacer o ver cuando quieran”.
 
El deseo del equipo con este Club de Lectura hubiese sido interactuar con los niños y niñas directamente: “que ellos nos vieran, y verles a ellos”, matiza el responsable del área de Traducciones de la fundación. Sin embargo, al final se decidió que solo los niños podrían ver a los organizadores en directo, por “la problemática que supondría el que imágenes de niños quedaran subidas en la plataforma”.
 
Sin embargo, el afán del equipo es seguir mejorando el proyecto, y realizarlo con más frecuencia. De momento, están trabajando en dos títulos nuevos, de los que no pueden ofrecer muchos detalles dado que están aún cerrando con las editoriales y los autores, y buscando fechas para el streaming o presentación en directo desde el Club de Lectura. “Normalmente, elegimos finales del curso académico, pero si todo va bien”, se aventura el coordinador del proyecto, “lo mismo podríamos hacer la presentación del tercer cuento en febrero”. 
 
La intención del equipo del área de Traducciones es realizar, presentar y crear talleres y actividades accesibles en el Club de Lectura “al menos dos veces al año, pero dependemos de la financiación, de las subvenciones”, achaca Sánchez. Aunque sueñan con hacer seis u ocho cuentos al año, por el momento “no da para tanto”. La app TeCuento, y por consiguiente el Club de Lectura, son gratuitas, pero “el mantenimiento y ponerse al día con las actualizaciones de la tecnología”, lamenta, “supone un gran gasto”.
 

Galardones vacíos de fondos

 
La Fundación CNSE recibió en 2011 Premio Nacional de Fomento de la Lectura por promover el hábito lector entre las personas sordas, y por su parte, la app TeCuento, el Premio Reina Letizia del Real Patronato sobre Discapacidad en 2018. Sin embargo, estos galardones llegan “vacíos de fondos”, asegura el equipo, como para lograr mejorar las iniciativas de la entidad y ofrecer más oportunidades a las niñas y niños sordos.
 
“El premio supuso un reconocimiento de nuestro trabajo y nuestro objetivo. Me hace muy feliz, pero”, reflexiona el coordinador de la plataforma, “por otro lado, no significa nada, porque hay que demostrar más, hay que hacer más, y no vino acompañado de subvenciones”. “Nos han dado el premio, sí, pero actualmente nos cuesta seguir porque no llegan subvenciones e, incluso, tuvimos que paralizar el tema de los cuentos en un momento determinado”.
 
Equipo del área de Traducciones de la Fundación CNSE que realizan el Club de Lectura TeCuento“Ahora nos hemos recuperado un poco, y menos mal que podemos continuar. Por eso hemos creado el Club de Lectura ahora, para dar un impulso”, revela Sánchez. “Las subvenciones de otras organizaciones, que nos apoyen y se involucren, y no solo ellas, sino toda la sociedad, son imprescindibles para continuar con este proyecto, pero no por egoísmo; hay que seguir por y para el bien de los niños y niñas sordas”. 
 
“No se trata de sobrevivir, sino de que, de cero a seis años, las niñas y niños sordos que aún no saben leer y que no tienen forma de recibir información como los oyentes, tengan acceso a cuentos en lengua de signos, para que puedan incorporar la literatura a su vida desde el principio”, expone el responsable. “Igual que los oyentes empiezan a escuchar desde pequeños y luego empiezan a leer, hay que darles lo mismo a las personas sordas. Si no les ofrecemos este recurso, se les estará vetando un derecho y estaremos incrementando la desigualdad existente, bastante grande de por sí. Todo un problema”. 
 
Por eso, “aunque el Club de Lectura y TeCuento ofrecen cuentos para todas las edades, y sería interesantísimo -y deberíamos- cubrir con relatos signados un rango de edad superior al actual, si tengo que escoger”, sopesa Sánchez, “lo primero son los niños y niñas de 0 a 6 años porque ellos empiezan a aprender, a elegir sus hábitos lectores”. Si tuvieran la posibilidad de elegir un cuento para cada fase o edad “con presupuesto, claro”, apostilla el responsable, “lo haríamos sin dudarlo. Encantados”. 
El cumplimiento del mandato de la Convención de la ONU de facilitar el acceso a la lectura a través de la elaboración y difusión de recursos en lengua de signos o fomentar el hábito lector en los pequeños son dos de los objetivos principales del Club de Lectura  y, por extensión, de la app TeCuento. 
 
Sin embargo, entre estos dos retos más lucidos, yacen otros también capitales en los que merece la pena incidir nuevamente para que no se traspapelen: “lograr que los más pequeños comiencen a signar en su lengua materna cuanto antes; motivarles a crear sus propios cuentos y aumentar así su imaginación y creatividad; priorizar el interés “superior” del niño, de la niña; luchar contra las desigualdades ofreciéndoles información y estímulos desde el principio para favorecer su desarrollo cognitivo; promover una mejora continua de la accesibilidad; dotarles de herramientas para afrontar la propia existencia, y conquistar así para las niñas y niños sordos, especialmente antes de convertirse en lectores, una vida de mayor calidad y más equitativa”. 
  • facebook
  • twitter
  • linked in
  • enviar a un amigo
  • imprimir noticia

Con el apoyo de:

  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Secretaría de estado de servicios sociales. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Fundación ONCE. Abre una ventana nueva.
  • CERMI. Innovación social en discapacidad. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Asuntos sociales, unión europea y cooperación. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Hablamos de Europa Abre una ventana nueva.

    ¿Dónde estamos?

    Calle Recoletos, 1 Bajo, 28001 Madrid - España