
"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Actualidad
El CERMI reclama ante las Cortes de Castilla-La Mancha "políticas públicas vigorosas" en favor de la discapacidad
10/10/2016
El presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, reclamó este lunes en las Cortes de Castilla-La Mancha "políticas públicas vigorosas, transformadoras, que generen cambio social" en favor de las personas con discapacidad y de sus familias.
EL presidente de esta entidad, que compareció en la Comisión de Discapacidad junto a la presidenta del Cermi Castilla-La Mancha, Cristina Gómez Palomo, recordó que los últimos datos disponibles reflejan que unos cuatro millones de personas viven en España con alguna discapacidad, lo que supone en torno al 9% de la población.
En todo caso, el máximo representante del CERMI aclaró que el fenómeno de la discapacidad rara vez se vive en el ámbito privado de la persona, sino que se vive en familia y por tanto el 20% de las personas tiene una situación de discapacidad cercana".
Pérez Bueno también se refirió a que "el rostro de la discapacidad está cambiando", porque cada vez nace un menor número de personas con discapacidad. Así, según explicó, esta situación se produce en gran medida por factores sobrevenidos o por el envejecimiento de la población.
El presidente de la plataforma representativa de la discapacidad en España comentó que pese a suponer un grupo de población tan amplio, "se tome el índice estadístico que se tome, las personas con discapacidad estamos en peor situación que las que no la tienen", por lo que advirtió de que "no podemos renunciar a una política pública de discapacidad. Quizá en el futuro, cuando no haya discriminación y exclusión, no sea necesario, pero en este momento siguen haciendo falta unas políticas que transformen y empoderen".
Importancia de las comunidades
En cuanto a los rasgos que deben tener las medidas sobre discapacidad, Pérez Bueno subrayó que las políticas deben ser "sólo de derechos" y que se debe erradicar "la beneficencia, el paternalismo y el llegar si se puede o si hay sensibilidad. A su juicio, "son aspectos que desaparecen ante la evidencia de que se tiene que asumir la inclusión. No se pueden establecer nuevos recursos que no pasen este tamiz".
En su opinión, se deben ir dejando de utilizar los recursos de la enseñanza que no pasen por la educación inclusiva, amén de adoptar todas las medidas desde el diálogo con el tejido asociativo de la discapacidad organizada, ya que es la principal fuente de atención a quienes lo necesitan, "por encima incluso del Estado".
Por último, exigió que todas las políticas sobre discapacidad tengan en cuenta la perspectiva de género, puesto que tener discapacidad y ser mujer "supone una doble discriminación", al igual que los factores como el de vivir en el entorno rural o pertenecer a una etnia.