"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
Nos preocupa el estado en el que quedará la salud mental de toda la sociedad una vez que pasemos esta crisis
Por Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental España
07/04/2020
Con toda probabilidad, la mayoría de las personas que estáis leyendo estas líneas, si no todas, jamás habéis estado en una situación similar a la que estamos viviendo estos días, y me gustaría tener toda la certeza para afirmar que no la volveremos a vivir. Lamentablemente no puedo, aunque de lo que sí tengo certeza es de cómo está afectando y va a afectar toda esta situación a la salud mental de las personas.
Las situaciones de aislamiento y confinamiento, como la que estamos viviendo por la crisis del Covid-19, contienen factores de riesgo que pueden provocar un empeoramiento de la salud mental, tanto en la población general como en aquellas personas que ya tienen un problema de salud mental.
Así lo estamos constatando a diario en Salud Mental España y a través de todas nuestras entidades, que, a pesar de la cancelación de servicios necesarios para las personas con trastorno mental, por no ser considerados esenciales, están dejándose literalmente la piel para intentar seguir ofreciendo, en la medida de lo posible y de lo que las circunstancias permiten, el apoyo y la atención a las personas que tienen un problema de salud mental.
Aquí, las nuevas tecnologías se han convertido en nuestras grandes aliadas y, casi, en bien de primera necesidad, con el que desde la Confederación y el movimiento asociativo estamos procurando mantener informada y asesorada a la población, acerca de las recomendaciones y pautas para cuidar su salud mental y la de sus familiares y personas allegadas.
En este sentido, nos preocupan y nos ocupan las personas que están solas, y especialmente las personas mayores que son las más vulnerables. Nos preocupan las personas que viven en recursos residenciales y viviendas tuteladas, acompañadas de profesionales que no disponen de los equipos de protección individual necesarios. Nos preocupan las personas que tienen miedo de salir a la calle por si la policía les para y no pueden acreditar su discapacidad. Nos preocupa también, y mucho, el riesgo de que aumenten las ideaciones o intentos de suicidio debido a la situación de confinamiento. Y nos preocupa, en definitiva, el estado en el que quedará la salud mental de toda la sociedad una vez que pasemos esta crisis.
Sin ánimo de ser pesimista, pero sí realista, creo que el escenario que se nos viene alcanza una magnitud que no somos capaces de medir, pero en el que seguramente la salud mental de toda la sociedad se vea tremendamente afectada.
Será el momento en el que tengamos que hacer frente a los efectos de la pérdida de seres queridos, del aislamiento, de duelos sin resolver, de una situación económica complicada y especialmente precaria para los sectores de población más vulnerable, y de un sistema sanitario desbordado, y que históricamente ha sido insuficiente para atender la salud mental.
Será un momento, si me permitís la expresión, en el que la salud mental de la población estará muy tocada. Aunque no hundida. Y por eso, y siguiendo con el símil naval, tenemos que remar todas y todos a una, y saber que a partir de ahora, y si queremos una sociedad sana, va a ser imprescindible una mayor inversión en salud mental.
Estamos pasando por momentos muy duros, tanto el tercer sector en general, como las organizaciones de la salud mental, en particular, pero ahí estamos. Librando la batalla. Y la ganaremos entre todos y todas. Por eso, y para terminar, quiero aprovechar este foro para expresar mi agradecimiento a todas las personas cuyo trabajo en estos días está siendo crucial para el bienestar de las personas. Tal y como hemos trasladado en la última campaña de Salud Mental España, ‘Gracias por tu valor’. Porque ahora más que nunca es necesario el valor para superar esta situación inédita, para salir de ella y para afrontar lo que venga después.